Relation des choses de Yucatan de Diego de Landa: Texte espagnol et traduction française en regard, comprenant les signes du calendrier et de l'alphabet hiéroglyphique de la langue maya; accompagné de documents divers histori
RELATION DES CHOSES
DE YUCATAN
TIRÉE DES ÉCRITS DU
PÈRE DIEGO DE LANDA
de l’ordre de Saint François.
MDLXVI.
RELACION
DE LAS COSAS
DE YUCATAN
RELATION
DES CHOSES
DE YUCATAN.
§ I.—Descripcion de Yucatan. Estaciones varias.
Que Yucatan no es isla, ni punta que entra en la mar, como algunos pensaron sino tierra firme, y que se engañaron por la punta de Cotoch que haze la mar entrando la vaya de la Ascension haz el golfe Dulce y por la punta que por esta otra parte haz à Mexico haze la Desconocida antes de llegar à Campeche, o por el estendimiento de las lagunas que haze la mar entrando por Puerto Real y Dos Bocas.
Que es tierra muy llana y límpia de hiervas, y que por esto no se descubre desde los navios hasta muy cerca, salvo entre Campeche y Champoton donde descubren unas serrezetas y un morro de ellas que llaman de los Diablos.
Que viniendo de la Vera Cruz por parte de la punta de Cotoch, esta en menos de XX grados y por la boca de Puerto Real en mas de veinte y tres y que tiene de un cabo de estos al otro bien ciento y treinta leguas de largo camino derecho. Que su costa es baja y por esto los navios grandes van algo apartados de tierra.
Que la costa es muy suzia de peñas y piçarrales ásperos que gastan mucho los cables de los navios, y que tiene mucha lama por lo cual aunque los navios den en la costa se pierde poca gente.
Que es tan grande la menguante de la mar especial en la baya de Campeche, que muchas veces queda media legua en seco por algunas partes. Que con estas grandes menguantes se quedan en las ovas y lamas y charcos muchos pescados pequeños de que se mantiene mucha gente.
Que atraviesa à Yucatan una sierra pequeña de esquina à esquina y comiença cerca de Champoton y procede hasta la villa de Salamanca que es el cornijal contrario al de Champoton. Que esta sierra divide à Yucatan en dos partes, y que la parte de mediodia haz à Lacandon y Taiza, esta despoblada por falta de agua, que no la hay sino quando llueve. La otra que es al norte esta poblada.
Que esta tierra es muy caliente, y el sol quema mucho, aunque no faltan aires frescos como Brisa o Solano que alli reyna mucho, y las tardes la virazon de la mar. Que en esta tierra vive mucho la gente, y que se ha hallado hombre de ciento y quarenta años.
Que comiença el ynvierno desde St Francisco, y dura hasta fin de marzo, porque en este tiempo corren los nortes, y causan catarros rezios y calenturas por estar la gente mal vestida. Que por fin de enero y febrero ay un veranillo de rezios soles, y no llueve en este tiempo sino a las entradas de las lunas. Que las aguas comiençan desde abril hasta fin de setiembre, y que en este tiempo siembran todas sus cosas, y viene a maduracion aunque siempre llueva, y que siembran cierto genero de maiz por Sant Francisco que se coge brevemente.
§ I.—Description du Yucatan. Saisons diverses de l’année.
Le Yucatan n’est point une île ni simplement une pointe de terre avançant dans la mer, comme quelques-uns l’ont cru, mais bien la terre ferme. On s’était trompé à cet égard, soit à cause de la pointe de Cotoch, qui est formée par la mer et la baie de l’Ascension[1] entrant vers le golfe Dulce, soit à cause de la projection que, de l’autre côté, forme en allant vers le Mexique la Desconocida, avant d’arriver à Campêche[2], ou bien encore à cause de l’étendue des lagunes creusées par la mer entrant par Puerto-Real et Dos Bocas[3].
C’est une terre aux abords unis et débarrassés de végétation, d’où il arrive qu’on ne la découvre de dessus les navires, que de très-près, excepté entre Campêche et Champoton[4], où l’on aperçoit quelques petites montagnes, et entre celles-ci un morne appelé de los Diablos.
En venant de la Vera-Cruz vers la pointe de Cotoch, elle est située à moins de XX degrés, et vers la bouche de Puerto-Real à moins de vingt-trois; et, d’une extrémité à l’autre, elle peut bien avoir cent trente lieues de long, chemin direct[5]. La côte est basse; aussi les gros navires cinglent-ils quelque peu éloignés de terre.
Elle est hérissée de rochers et d’âpres ardoisières qui usent beaucoup les câbles des navires, et la plage y est très-étendue, d’où il arrive que quand même les navires donnent à la côte, il se perd peu de monde.
Les marées sont si fortes, surtout dans la baie de Campêche, que la mer en plusieurs endroits laisse souvent à découvert une étendue de plus d’une demi-lieue. De sorte qu’avec ces grandes marées, il reste souvent entre les algues et les épaves, ou dans les flaques d’eau, un grand nombre de petits poissons dont se nourrit beaucoup de monde.
Le Yucatan est traversé par une petite chaîne de montagnes d’un angle à l’autre, laquelle commence près de Champoton, et s’avance jusqu’à la ville de Salamanca, à l’encoignure opposée à celle de Champoton. Cette chaîne divise le Yucatan en deux parts; celle du midi, qui s’étend vers le Lacandon et Taiza[6], est déserte faute d’eau, car il n’y en a que lorsqu’il pleut; et celle du nord qui est habitée.
Cette terre est fort chaude et le soleil brûle durement, bien qu’il n’y manque pas de brises fraîches comme celles du nord-est et de l’est qui dominent principalement, et les vents de mer qui soufflent le soir. Le monde vit longtemps dans ce pays, et l’on y a vu plus d’une fois des gens de cent quarante ans.
L’hiver commence à la Saint-François[7], et dure jusqu’à la fin de mars, parce que c’est le temps où dominent les vents du nord, qui occasionnent des rhumes très-forts, et des fièvres causées surtout par la mauvaise manière de se vêtir des habitants. Vers la fin de janvier et en février, il y a un petit été accompagné d’un soleil ardent, et durant ce temps il ne pleut point, sinon à l’entrée de la lune. Les eaux commençant dès le mois d’avril durent jusqu’à la fin de septembre: c’est dans cet intervalle que les indigènes font toutes leurs semailles, lesquelles arrivent à maturité, bien qu’il continue à pleuvoir; ils sèment aussi à la Saint-François une qualité particulière de maïs qu’ils recueillent au bout d’un temps fort court.
§ II.—Origen del nombre desta provincia. Situation della.
Que esta provincia se llama en lengua de los Indios Ulumil Cuz y Etel Ceh, que quiere dezir tierra de pavos y venados, y que tambien la llaman Peten que quiere dezir isla, engañados por las ensenadas, y bayas dichas. Que quando Francisco Hernandez de Cordoba llego a este tierra, saltando en la punta que el llamo Cabo de Cotoch, hallo ciertos pescadores indios, y les pregunto que tierra era aquella; y que le respondieron Co t’och que quiere dezir nuestras casas, y nuestra patria, y que por esto se puso este nombre a aquella punta, y que preguntandoles por señas que como era suya aquella tierra, respondieron ci u than que quiere dezir, dizen lo, y que los españoles la llamaron Yucatan, y que esto se entendio de uno de los conquistadores viejos llamado Blas Hernandez que fueron con el adelantado la primera vez.
Que Yucatan a la parte de medio dia tiene los rios de Taiza, y las sierras de Lacandon, y que entre medio dia y poniente cae la provincia de Chiapa, y que para passar a ella, se avian de atravesar los quatro rios que decienden de las sierras, que con otros se viene a hazer Sant Pedro y Sant Pablo, rio que discubrio en Tabasco Grijalva y que a poniente esta Xicalango y Tavasco que es una mesma provincia.
Que entre esta provincia de Tabasco y Yucatan estan las dos bocas que rompe la mar en la costa, y que la mayor de estas tiene una gran laguna de abertura y que la otra no es muy grande. Que entra la mar por estas bocas con tanta furia que se haze una gran laguna abundante de todos pescados, y tan llena de isletas que los indios ponen señales en los arboles para acertar el camino, para ir o venir navegando de Tavasco a Yucatan y que estas islas y sus playas y arenales estan llenos de tanta diversidad de aves marinas, que es cosa de admiracion y hermosura, y que tambien ay infinita caça de venados, conejos, y puercos de los de aquella tierra, y monos que no los ay en Yucatan. Que ay muchas yguanas que espanta, y en una dellas esta un pueblo que llaman Tixchel.
Que al norte tiene la isla de Cuba y a LX leguas muy en frente la Habana y algo adelante una islilla de Cuba que dizen de Pinos. Que al Oriente tiene a Honduras, y que entre Honduras y Yucatan se haze una muy gran ensenada de mar la qual llamo Grijalva Baya de la Ascension, y que esta muy llena de isletas y que se pierden en ella navios, principalmente de los de la contractacion de Yucatan a Honduras, y que avra XV años que se perdio una barca con mucha gente y ropa que se les zozobro el navio y se ahogaron todos, salvo un Majuelas y otros quatro que se abraçaron con un gran pedaço de un arbol del navio, y que anduvieron assi tres o quatro dias sin poder llegar a ninguna de las isletas y que se ahogaron faltandoles las fuerças, sino fue Majuelas que salio medio muerto, y torno en si, comiendo caracolejos y almejar; y que desde la islilla passo a tierra en una balsa que hizo de ramos como mejor pudo, y passado a tierra firme buscando de comer en la ribera topo con un cangrejo que le corto el dedo pulgar por la primera conjuntura con gravissimo dolor. Y tomo la derrota por un aspero monte a tiento para la villa de Salamanca y que anochescido se subio en un arbol, y que desde alli vio un gran Tigre que se puso en asechanza de una cierva y se la vio matar y que en la mañana el comio de lo que avia quedado.
Que Yucatan tiene algo mas baxo de la punta de Cotoch a Cuzmil en frente, V leguas de una canal que haze la mar entre ella y la isla de muy gran corriente. Que Cuzmil es isla de XV leguas en largo y cinco en ancho en que ay pocos indios y son de la lengua y costumbres de los de Yucatan y esta en XX grados a esta parte de la equinocial. Que la isla de las Mugeres esta XIII leguas abaxo de la punta de Cotoch XI leguas de tierra en frente de Ekab.
§ II.—Origine du nom de cette province. Sa situation.
Cette province, dans la langue des Indiens, se nomme Ulumil Cuz et Etel Ceh, c’est-à-dire la terre de la volaille et du gibier; ils l’appellent aussi Peten, ce qui veut dire île[8], trompés qu’ils étaient par les anses et baies susdites. Lorsque Francisco Hernandez de Cordoba aborda à cette terre, étant descendu à la pointe, nommée cap de Cotoch, il y trouva des pêcheurs indiens auxquels il demanda quelle terre c’était, et ceux-ci lui répondirent: C’otoch, ce qui veut dire nos maisons[9] et notre patrie, d’où vient le nom qu’on donna à cette pointe. Leur ayant ensuite demandé par signes de quelle manière était leur terre, ils répliquèrent Ci u than, qui signifie: Ils le disent, d’où les Espagnols dirent Yucatan; c’est ce que racontait un des vieux conquérants, nommé Blas Hernandez, qui arriva ici avec l’adelantado la première fois.
Au sud du Yucatan sont les rivières de Taiza[10] et les montagnes de Lacandon. Entre le midi et le couchant se trouve la province de Chiapa; pour s’y rendre d’ici, il faut traverser les quatre rivières qui descendent des montagnes et qui, avec quelques autres, forment le San Pedro y San Pablo, fleuve découvert en Tabasco par Grijalva, au couchant duquel existent Xicalanco et Tavasco, qui ne sont qu’une seule et même province[11].
Entre cette province de Tabasco et le Yucatan s’ouvrent les deux embouchures, coupées par la mer sur cette côte; la plus considérable des deux a une grande lagune pour ouverture; mais l’autre n’est pas très-large. Ce qui forme cette lagune, c’est la mer qui entre avec furie dans les terres; elle est très-abondante en poissons de toute sorte et remplie d’îlots. Les Indiens y posent des signaux entre les arbres, afin de reconnaître le chemin à suivre, pour aller et venir par eau entre Tabasco et Yucatan. Ces îles, leurs plages et leurs grèves, sont remplies d’une si grande variété d’oiseaux de mer que c’est admirable de les voir et de considérer leur beauté; il s’y trouve également du gibier à l’infini; chevreuils, lapins et porcs du pays, ainsi que des singes, dont il n’y a point au Yucatan. Les iguanes s’y rencontrent aussi en si grande quantité qu’il y a de quoi épouvanter, et, dans une de ces îles, il y a une localité appelée Tixchel[12].
Au nord du Yucatan est située l’île de Cuba, et, tout en face, à soixante lieues de distance, la Havane, et un peu plus avant, une petite île dépendante de Cuba, qu’on appelle de los Pinos. Au levant s’étend le Honduras, et entre le Honduras et le Yucatan s’ouvre une fort grande baie que Grijalva appelle la baie de l’Ascension[13]; elle est remplie d’îlots, et il s’y perd quelquefois des navires, surtout de ceux du commerce de Yucatan à Honduras. Il y a justement quinze ans qu’une barque chargée de beaucoup de monde et d’effets y fit naufrage; tous se noyèrent, à l’exception d’un certain Majuelas et de quatre autres qui s’attachèrent à un tronçon du mât du navire; ils allèrent ainsi durant quatre jours, sans pouvoir atteindre aucun des îlots, et les forces venant à leur manquer, ils finirent par se noyer à leur tour. Majuelas seul se sauva de la mer à demi mort, et recouvra ses forces en mangeant de petites limaces et des moules; de la petite île il passa à la terre ferme dans un radeau qu’il fabriqua de branches d’arbres, le mieux qu’il put; arrivé là et cherchant sur la plage de quoi se nourrir, il donna contre un cancre qui lui coupa le pouce à l’articulation, ce qui lui causa une très-grande souffrance. Il chemina ensuite au hasard, cherchant à se diriger sur Salamanca: la nuit venant, il grimpa sur un arbre; il aperçut de là un grand tigre qui se mit à guetter une biche qu’il lui vit tuer et dont il mangea ensuite lui-même les restes au matin.
Un peu plus bas que la pointe de Cotoch, entre la côte du Yucatan et Cuzmil[14], qui est en face, s’ouvre un canal de cinq lieues de large formé par la mer et dont le courant est d’une très-grande force. Cuzmil est une île de quinze lieues de long sur cinq de largeur: les Indiens y sont en petit nombre; leur langue et leurs coutumes sont les mêmes qu’au Yucatan. Cette île est située au XXᵉ degré nord de la ligne équinoxiale. L’île dite de Las Mugeres est située à treize lieues en bas du cap Cotoch et à onze lieues de terre ferme, en face d’Ekab[15].
§ III.—Geronimo de Aguilar. Su cautiverio entre los Indios de Yucatan. Navegan Hernandez de Cordoba y Grijalva á Yucatan.
Que los primeros Españoles que aportaron a Yucatan, segun se dice, fueron Geronimo de Aguilar natural de Ecija y sus compañeros; los quales el ano de MDXI, en desbarato del Darien por las rebueltas entre Diego de Nicueza, y Vasco Nuñez de Balboa, siguieron a Valdivia que venia en una caravela a Santo-Domingo, a dar cuenta al almirante y al governador de lo que passava, y a traer XX mil ducados del rey, y que esta caravela llegando a Jamaica dieron en los baxos que llaman Viboras donde se perdio que no escaparon mas de hasta XX hombres que con Valdivia entraron en el batel sin velas, y con unos ruynes remos y sin mantenimiento ninguno, y que anduvieron XIII dias por la mar; despues de muertos de hambre casí la mitad llegaron a la costa de Yucatan a una provincia que llamavan de la Maya, de la qual la lengua de Yucatan se llama Mayathan que quiere dezir lengua de Maya.
Que esta pobre gente vino a manos de un mal caçique el qual sacrifico a Valdivia y a otros quatro a sus idolos, y despues hizo vanquetes de ellos a la gente, y que dexo para engordar a Aguilar y a Guerrero y a otros cinco o seis, los quales quebrantaron la prision y huieron por unos montes, y que aportaron a otro señor enemigo del primero, y mas piadoso, el qual se sirvio dellos como de esclavos, y que el que succedio a este señor los trato con buena gracia; pero que ellos de dolencia se murieron quedando solos dos Geronimo de Aguilar y Gonçalo Guerrero, de los quales Aguilar era buen christiano y tenia unas horas por las quales sabia las fiestas, y que este se salvo con la ída del marques Hernando Cortes, año de MDXVII, y que el Guerrero como entendia la lengua se fue a Chectemal, que es la Salamanca de Yucatan y que alli le recibio un señor llamado Nachancan, el qual le dio a cargo las cosas de la guerra en que se uvo muy bien, venciendo muchas vezes los enemigos de su señor, y que enseño a los indios pelear mostrandoles hazer fuertes y bastiones, y que con esto y con tratarse como indio gano mucha reputacion y le casaron con una muy principal muger en que uvo hijos, y que por esto nunca procuro salvarse como hizo Aguilar, antes labrava su cuerpo y criava cabello, y harpava las orejas para traer çarcillos como los indios y es creible que fue idolatra como ellos.
Que el año de MDXVII por quaresma salio de St-Iago de Cuba Francisco Hernandez de Cordoba con tres navios a rescatar esclavos para las minas, que ya en Cuba se yva la gente apocando y que otros dizen que salio a descubrir tierra, y que llevo por piloto a Alaminos y que llego a la isla de Mugeres, que el le puso este nombre por los idolos que alli hallo de las diosas de aquella tierra, como Aixchel, Ixchebeliax, Ixbunié, Ixbunieta, y que estavan vestidas de la cinta abaxo, y cubiertos los pechos como usan las indias, y que el edificio era de piedra de que se espantaron, y que hallaron algunas cosas de oro, y las tomaron, y que llegaron a la punta de Cotoch, y que de alli dieron buelta hasta la baya de Campeche donde desembarcaron domingo de Lazaro y que por esto la llamaron Lazaro y que fueron bien recibidos del señor y que los indios se espantaron de ver los españoles, y les tocavan las barbas y personas.
Que en Campeche hallaron un edificio dentro en la mar cerca de tierra, quadrado y gradado todo y que en lo alto estava un idolo con dos fieros animales que le comian las ijadas y una sierpe larga y gorda de piedra que se tragava un leon y que los animales estavan llenos de sangre de los sacrificios. Que desde Campeche entendieron que avia un pueblo grande cerca, que era Champoton, donde llegados hallaron que el señor se llamava Mochcovoh, hombre bellicoso el qual appellidó su gente contra los españoles, De lo qual peso a Francisco Hernandez viendo en lo que avia de parar, y que por no mostrar poco animo, puso tambien su gente en orden y hizo soltar artilleria de los navios y que los indios aunque les fue nuevo el sonido, humo y fuego de los tiros, no dexaron de acometer con gran alarido y que los españoles resistieron, dando muy fieras heridas y matando muchos; pero que el señor los animo tanto, que hizieron retirar a los españoles y que mataron XX y hirieron cincuenta y prendieron dos vivos que despues sacrificaron, y que Francisco Hernandez salio con XXXIII heridas, y que assi volvio triste a Cuba donde publico que la tierra era muy buena y rica por el oro que hallo en la isla de Mugeres. Que estas nuevas movieron a Diego Velasquez, governador de Cuba y a otros muchos, y que embio a su sobrino Juan de Grijalva con quatro navios y dozientos nombres y que fue con el Francisco de Montejo cuyo era un navio y que partieron primero de mayo de MDXVIII.
Que llamaron consigo al mismo piloto Alaminos y llegados a la isla de Cuzmil, que el piloto vio desde ella a Yucatan, y que la otra vez con Francisco Hernandez la avia corrido a la mano derecha, y que con desseo de bajarla si fuesse isla, echo a la mano izquierda y siguieron por la baya que ellos llamaron la Ascension, porque en tal dia entraron en ella, y que dieron buelta a toda la costa hasta llegar otra vez a Champoton, donde sobre tomar agua les mataron un hombre y les hirieron cincuenta y entre ellos a Grijalva de dos flechas, y le quebraron diente y medio, y que assi se fueron y nombraron a este puerto el puerto de Mala Pelea, y que deste viage descubieron la Nueva España, y a Panuco, y a Tavasco, y que en esto gastaron cinco meses y quisieron saltar en tierra en Champoton, lo qual les estorbaron los indios con tanto corage que en sus canoas entravan hasta cerca de las caravelas a flecharlos y que assi se hizieron a la vela y los dexaron.
Que quando Grijalva torno de su descubrimiento y rescate de Tavasco y Ulua, estava en Cuba el gran capitan Hernando Cortes, y que viendo la nueva de tanta tierra y tantas riquezas, desseo verlo y aun ganarlo para Dios y para su rey, y para si, y para sus amigos.
§ III.—Geronimo de Aguilar. Sa captivité chez les Mayas. Navigation d’Hernandez de Cordoba et de Grijalva à Yucatan.
Les premiers Espagnols qui abordèrent au Yucatan furent, à ce qu’on dit, Geronimo de Aguilar, natif d’Ecija, ainsi que ses compagnons. Ceux-ci, à la suite du bouleversement occasionné au Darien par les querelles de Diego de Nicueza et de Vasco Nuñez de Balboa, suivirent, en 1511, Valdivia, qui partait avec une caravelle pour Santo-Domingo, où il allait rendre compte de ce qui se passait à l’amiral et au gouverneur, et portait en même temps vingt mille ducats du quint royal. En approchant de la Jamaïque, cette caravelle donna dans les bas-fonds appelés Las Viboras[16], où elle se perdit, et il ne s’en échappa qu’une vingtaine d’hommes qui, avec Valdivia, se jetèrent dans une chaloupe sans voiles: ils voguèrent pendant treize jours sur la mer à l’aide de quelques mauvaises rames et sans vivres aucuns; près de la moitié de leur nombre étant déjà morts de faim, les autres finirent par aborder à la côte du Yucatan à une province appelée de la Maya, de laquelle la langue du Yucatan tire le nom de Maya than, ce qui veut dire langue de Maya[17].
Ces misérables tombèrent alors entre les mains d’un cacique méchant, qui sacrifia Valdivia avec quatre des autres à ses idoles, et fit ensuite de leurs membres un festin à ses gens. Il garda, pour les engraisser, Aguilar et Guerrero avec cinq ou six autres; mais ceux-ci étant parvenus à s’échapper s’enfuirent par les montagnes chez un autre seigneur ennemi du premier et moins inhumain qui les retint comme esclaves. Le successeur de ce dernier maître les traita mieux encore; mais tous, à l’exception d’Aguilar et de Guerrero, moururent de tristesse. Aguilar était bon chrétien et avait un bréviaire, à l’aide duquel il conservait la mémoire des jours de fête, et ce fut lui qui s’échappa, en l’année 1519, à l’arrivée du marquis Hernando Cortes. Quant à Guerrero, qui avait appris la langue, il s’en alla à Chetemal, qui est la Salamanca de Yucatan[18]; un seigneur nommé Nachan-Can l’y reçut et le chargea des choses de la guerre, en quoi il se comporta extrêmement bien, remportant de nombreuses victoires sur les ennemis de son seigneur et apprenant aux Indiens à combattre et à construire des forts et des bastions. De cette manière, comme aussi en adoptant les coutumes des indigènes, il s’acquit une grande réputation: ceux-ci alors le marièrent avec une femme de haut rang, dont il eut des enfants, ce qui fut cause qu’il ne chercha jamais à se sauver comme le fit Aguilar; bien au contraire, il se couvrit le corps de peinture, laissa croître ses cheveux et se troua les oreilles pour porter des pendants à la mode des Indiens, et il est à croire même qu’il devint idolâtre comme eux.
Au carême de l’an 1517, Francisco Hernandez de Cordoba sortit de Sant-Iago de Cuba avec trois navires, afin de faire la traite des esclaves pour les mines; car la population allait déjà diminuant à Cuba. D’autres disent qu’il partit pour découvrir des terres nouvelles et qu’il emmena Alaminos pour pilote, et qu’ainsi il arriva à l’île de Mugeres, nom qu’il lui donna à cause des idoles qu’il y trouva, représentant les déesses du pays, telles qu’Aixchel, Ixchebeliax, Ixbunié, Ixbunieta, lesquelles étaient vêtues de la ceinture en bas et les seins couverts, suivant l’usage des Indiennes. L’édifice qui les renfermait était de pierre, ce qui les remplit d’étonnement; ils y trouvèrent divers objets en or qu’ils enlevèrent, après quoi ils abordèrent à la pointe de Cotoch, faisant ensuite le tour jusqu’à la baie de Campêche, où ils débarquèrent le dimanche que les Espagnols appellent de Lazare. Ils y furent reçus bénévolement par le seigneur du lieu; mais les Indiens prirent l’épouvante en voyant les Espagnols, et ils leur touchaient la barbe et le corps.
A Campêche, ils trouvèrent un édifice en dedans de la mer, non loin de terre, quadrangulaire et s’élevant par degrés tout autour[19]; au sommet, il y avait une idole avec deux animaux féroces qui lui dévoraient les flancs, et un grand serpent en pierre avalant un lion, et ces animaux étaient couverts du sang des sacrifices. De Campêche, ils apprirent qu’il y avait près de là une localité considérable qui était Champoton[20]: en y arrivant, ils y trouvèrent un seigneur qui s’appelait Mochcovoh; c’était un homme belliqueux qui s’empressa de convoquer ses gens contre les Espagnols. Francisco Hernandez vit donc avec chagrin ce qui viendrait à en résulter; mais pour ne pas avoir l’air d’être moins animé que lui, il mit également son monde en ordre de bataille, et fit décharger contre eux l’artillerie des navires. Malgré la nouveauté du bruit, de la fumée et du feu de la décharge, les Indiens ne laissèrent pas d’engager l’action avec de grands cris: les Espagnols, dans leur résistance, leur causèrent de terribles blessures, leur tuant beaucoup d’hommes; mais le seigneur du lieu inspira aux siens une si grande valeur qu’ils obligèrent les Espagnols à la retraite: ils en tuèrent vingt, en blessèrent cinquante, et leur firent deux prisonniers qu’ils sacrifièrent ensuite. Francisco Hernandez se rembarqua avec trente-trois blessures, et retourna tristement à Cuba, où il publia la découverte de cette terre, la représentant comme heureuse et riche, à cause de l’or qu’il avait trouvé dans l’île de Mugeres. Ces nouvelles excitèrent vivement l’envie de Diego Velasquez, gouverneur de Cuba, ainsi que de beaucoup d’autres: celui-ci envoya alors son neveu, Juan de Grijalva, avec quatre navires et deux cents hommes; avec eux partit Francisco de Montejo, à qui appartenait un de ces navires, et l’expédition s’embarqua le 1ᵉʳ mai de l’an 1518.
Ils engagèrent avec eux le même pilote, Alaminos: arrivés à l’île de Cuzmil, le pilote vit de là le Yucatan. Mais, comme la première fois, avec Francisco Hernandez, il l’avait côtoyé à main droite; désirant faire le tour alors pour s’assurer si c’était une île, il gouverna à gauche, et ils suivirent par la baie qu’ils nommèrent de l’Ascension, parce qu’en ce jour ils y entrèrent; puis ils retournèrent le long de la côte jusqu’à ce qu’ils fussent arrivés de nouveau à Champoton. Comme ils avaient débarqué pour faire de l’eau, on leur tua un homme, en blessant cinquante autres, l’un étant Grijalva lui-même qui reçut deux flèches, et à qui on brisa une dent et demie. De cette façon, ils s’en allèrent, laissant à ce port le nom de port de Mala-Pelea: c’est dans ce trajet qu’ils découvrirent la Nouvelle-Espagne, ainsi que Panuco et Tavasco. Dans ce voyage, ils employèrent cinq mois: ayant voulu descendre à Champoton, les Indiens y mirent obstacle avec tant de courage, qu’avec leurs canots ils arrivaient jusqu’aux caravelles à leur lancer des flèches, et ainsi les Espagnols mirent à la voile et les laissèrent.
Lorsque Grijalva fut de retour de son voyage de découverte et d’échange à Tavasco et à Ulua[21], le grand capitaine Hernando Cortès se trouvait à Cuba: sur la nouvelle de tant de terres et de richesses, Cortès éprouva le désir de les voir et de les acquérir pour Dieu et pour son roi, comme pour lui-même et ses amis.
§ IV.—Navegacion de Cortes a Cuzmil. Escribe a Aguilar.
Que Hernando Cortes salio de Cuba con onze navios que el mejor era de cien toneles y que puso en ellos onze capitanes, siendo el uno dellos, y que llevava quinientos hombres y algunos cavallos y mercerias para rescatar, y a Francisco de Montejo por capitan, y al dicho piloto Alaminos mayor piloto del armada, y que puso en su nao capitana una vandera de fuegos blancos y azules en reverencia de nuestra señora cuya ymagen con la cruz ponia siempre donde quitava idolos, y que en la vandera iva una cruz colorada con un letrero entorno que dezia Amici sequamur crucem, si nos habuerimus fidem in hoc signo vincemus. Que con esta flota y no mas aparato partio y que llego a Cotoch con los diez navios porque el uno se le aparto con una refriega, y que despues lo cobro en la costa. Que la llegada a Cuzmil fue por la parte del norte y hallo buenos edificios de piedra para los idolos y un buen pueblo, y que la gente viendo tanto navio, y salir los soldados a tierra huyo toda a los montes.
Que llegados los españoles al pueblo lo saquearon y se aposentaron en el y que buscando gente por el monte toparon con la muger del señor y con sus hijos de los quales, con Melchior interprete indio que avia ido con Francisco Hernandez y con Grijalva, entendieron que era la muger del señor. A la qual y a sus hijos regalo mucho Cortes e hizo que embiassen a llamar al señor al qual venido le trato muy bien y le dio algunos donezillos, y le entrego á su muger y hijos, y todas las cosas que por el pueblo se avian tomado, y que le rogo que hiziesse venir los indios a sus casas y que venidos hizo restituir a cada uno lo que era suyo y que despues de assegurados les predico la vanidad de los idolos, y les persuadio que adorassen la cruz y que la puso en sus templos con una ymagen de nuestra señora y que con esto cessava la idolatria publica.
Que Cortes supo alli como unos hombres barbados estavan camino de seis soles en poder de un señor y que persuadio a los indios que los fuessen a llamar, y que hallo quien fuesse aunque con dificultad porque tenian miedo al señor de los barbares y escrivioles esta carta.
Nobles señores, yo parti de Cuba con onze navios de armada y quinientos españoles y llegue aqui a Cuzmil de donde os escrivo esta carta. Los desta isla me han certificado que ay en essa tierra cinco o seis hombres barbados y en todo a nosotros muy semejantes, no me saben dar ni dezir otras señas, mas por estas conjeturo y tengo por cierto sois españoles, yo y estos hidalgos que comigo vienen a poblar y descubrir estas tierras os rogamos mucho que dentro de seis dias que recibieredes esta, os vengais para nosotros sin poner otra dilacion ni escusa. Si vinieredes todos conoceremos, y gratificaremos la buena obra que de vosotros recibira esta armada. Un bergantin embio para en que vengais, y dos naos para seguridad.
Que los indios llevaron esta carta embuelta en el cabello, y la dieron a Aguilar, y que los navios porque tardavan los indios mas del tiempo del plazo, creieron que los avian muerto y que se volvieron al puerto de Cuzmil y que Cortes viendo que los indios no tornavan ni los barbados, se hizo otro dia a la vela. Mas aquel dia se les abrio un navio, y les fue necessario tornar al puerto y que estandole aderezando, Aguilar recibido la carta atraveço en una canoa la canal entre Yucatan y Cuzmil, y que viendole los del armada fueron a ver quien era, y que Aguilar les pregunto si eran Christianos y que respondiendole que si y españoles, lloro de plazer y puestas las rodillas en tierra dio gracias a Dios y pregunto a los españoles si era miercoles. Que los españoles le llevaron a Cortes assi desnudo como venia, el qual le vistio y mostro mucho amor, y que Aguilar conto alli su perdida y trabajos, y la muerte de sus compañeros, y como fue impossible avisar a Guerrero en tan poco tiempo por estar mas de LXXX leguas de alli.
Que con esto Aguilar que era muy bien interprete torno Cortes a predicar la adoracion de la Cruz y quito los idolos de los templos, y dizen que hizo esta predicacion de Cortes tanta impression en los de Cuzmil que salian a la playa diziendo a los españoles que por alli passavan Maria Maria Cortes Cortes.
Que partio Cortes de alli, y que toco de passo en Campeche y no paro hasta Tavasco donde entre otras cosas y indios que le presentaron los de Tavasco le dieron una india que despues se llamo Marina, la qual era de Xalisco hija de padres nobles y hurtada pequeña y vendida en Tavasco y que de ay la vendieron tambien en Xicalango, y Champoton, donde aprendio la lengua de Yucatan con la qual se vino a entender con Aguilar y que assi proveio Dios à Cortes de buenos y fieles interpretes, por donde vino a tener noticia y entrada en las cosas de Mexico de las quales la Marina sabia mucho por aver tratado con mercaderes indios y gente principal que hablavan de esto cada dia.
§ IV.—Voyage de Cortès à Cuzmil. Sa lettre à Aguilar.
Hernando Cortès partit de Cuba avec onze navires, dont le plus fort était de cent tonneaux, leur donna onze commandants, lui-même étant l’un d’eux, et emmena cinq cents hommes et quelques chevaux avec des objets propres à être échangés. Il avait également avec lui Francisco de Montejo, qui était un des commandants, et le pilote Alaminos, premier pilote de la flotte. Au navire amiral, il arbora une bannière aux couleurs blanche et bleue en l’honneur de Notre-Dame, dont il plaçait toujours l’image avec une croix aux endroits d’où il ôtait des idoles, et sur la bannière se montrait une croix rouge ayant ces paroles à l’entour: Amici, sequamur crucem, si nos habuerimus fidem in hoc signo vincemus. Avec cette flotte et sans autres apprêts, il mit à la voile et arriva à Cotoch[22] avec dix navires, le onzième s’étant séparé des autres dans une tempête; mais il le recouvra plus tard à la côte. Arrivé à Cuzmil, il cingla au nord et trouva de bons édifices de pierre pour les idoles et une belle bourgade; mais les indigènes, voyant tant de vaisseaux et tant de soldats qui prenaient terre, s’enfuirent tous dans les bois.
Les Espagnols étant entrés dans la bourgade, la saccagèrent et s’y logèrent; se mettant ensuite dans les bois à la recherche des habitants, ils trouvèrent la femme du seigneur du lieu avec ses enfants. Au moyen de l’interprète Melchior, Indien qui avait suivi Francisco Hernandez et Grijalva, ils apprirent qui elle était. Les caresses que leur fit Cortès, accompagnées de dons faits à propos, les déterminèrent à faire appeler le seigneur, qu’il traita également avec beaucoup de bienveillance; il lui fit quelques petits présents, lui rendit sa femme et ses enfants, ainsi que toutes les choses que les soldats avaient pillées dans la bourgade. Il l’engagea à faire retourner les Indiens à leurs demeures et fit restituer à chacun ce qui lui appartenait. Les ayant ainsi rassurés, il leur prêcha la vanité des idoles et leur persuada d’adorer la croix, la plaçant dans leurs temples avec une image de Notre-Dame, et c’est ainsi que cessa l’idolâtrie publique.
C’est là que Cortès apprit comment des hommes barbus se trouvaient à trois soleils de chemin au pouvoir d’un seigneur; il voulut persuader les Indiens d’aller les chercher et en trouva un qui s’en chargea, quoique avec difficulté, parce qu’ils avaient peur du seigneur des barbares[23], et il écrivit la lettre suivante:
«Nobles seigneurs, étant parti de Cuba avec une flotte de onze navires et cinq cents Espagnols, je suis arrivé à Cuzmil d’où je vous écris cette lettre. Ceux de cette île m’ont assuré qu’il y a dans le pays cinq ou six hommes barbus et en tout à nous fort semblables; ils ne peuvent me donner ni dire d’autres signalements; mais pour ceux-ci je conjecture et tiens pour certain que vous êtes Espagnols. Moi et ces seigneurs qui viennent avec moi occuper et découvrir ces terres, nous vous prions beaucoup que d’ici à cinq ou six jours, ayant reçu la présente, vous veniez vers nous sans mettre d’autre retard ni excuse. Que si vous venez, nous le reconnaîtrons et vous remercierons des bons offices que de vous recevra cette flotte. J’envoie un brigantin pour que vous y veniez et deux bâtiments pour la sécurité.»
Les Indiens emportèrent cette lettre enveloppée dans leur chevelure et la remirent à Aguilar; mais comme ceux-ci tardèrent plus de temps qu’ils n’avaient annoncé, on les crut morts et les navires s’en retournèrent au port de Cuzmil. Cortès voyant alors que les Indiens n’étaient point revenus non plus que les hommes barbus, mit à la voile le lendemain. Mais ce jour-là un des navires s’ouvrit et ils se virent dans la nécessité de retourner au port. Comme ils travaillaient à le radouber, Aguilar ayant reçu la lettre, traversa dans un canot le canal entre Yucatan et Cuzmil; ce que voyant ceux de la flotte, ils furent voir qui c’était. Aguilar leur ayant demandé s’ils étaient chrétiens, ils répondirent qu’ils étaient et chrétiens et Espagnols, sur quoi il versa des larmes de joie, et s’agenouillant, il rendit grâces à Dieu, demandant ensuite si ce jour était un mercredi. Les Espagnols l’amenèrent nu comme il était à Cortès, qui le fit habiller et lui témoigna beaucoup d’amitié. Aguilar raconta alors son naufrage et ses souffrances, ainsi que la mort de ses compagnons, tout en faisant comprendre l’impossibilité où il avait été d’aviser Guerrero dans ce court espace de temps, celui-ci se trouvant à plus de quatre-vingts lieues de là.
Avec cet Aguilar, qui était un fort bon interprète, Cortès recommença à prêcher l’adoration de la croix et retira les idoles des temples. On dit que cette prédication de Cortès fit une si grande impression sur ceux de Cuzmil[24], qu’ils sortaient sur la plage, disant aux Espagnols qui passaient par là: Maria, Maria, Cortès, Cortès.
Cortès partit de là, toucha en passant à Campêche et ne s’arrêta point jusqu’à Tabasco: c’est là qu’entre autres choses et personnes que lui présentèrent ceux de Tabasco, ils lui donnèrent une Indienne qui se nomma ensuite Marina; elle était de Xalisco, fille de parents nobles, et elle avait été enlevée et vendue toute petite à Tabasco, d’où on la revendit ensuite à Xicalanco et à Champoton, où elle avait appris la langue de Yucatan, avec laquelle elle vint à s’entendre avec Aguilar. C’est ainsi que Dieu pourvut Cortès de bons et fidèles interprètes, au moyen desquels il vint à savoir la connaissance des choses du Mexique, dont Marina était parfaitement au courant pour avoir traité avec des marchands indiens et des gens distingués qui parlaient de tout cela chaque jour.
§ V.—Provincias de Yucatan. Sus edificios antiguos mas principales.
Que algunos viejos de Yucatan dizen aver oido a sus passados que aquella tierra poblo cierta gente que entro por Levante a la qual avia Dios librado abriendoles doze caminos por la mar; lo qual si fuesse verdad era necessario que veniessen de Judios todos los de las Indias, porque passado el estrecho de Magellanes, se avian de ir estendiendo mas de dos mil leguas de tierra que oy govierna España.
Que la lengua de esta tierra es todo una y que esto aprovecho mucho para su conversion aunque en las costas ay alguna diferencia en vocablos y en el tono de hablar y que assi los de la costa son mas pulidos en su trato, y lengua, y que las mugeres se cubren los pechos, y las demas adentro no.
Que esta tierra esta partida en provincias sujectas a los pueblos de españoles mas cercanos. Que la provincia de Chectemal y Bac-halal esta sujeta a Salamanca. La provincia de Ekab, de Cochuah y la de Kupul estan sujetas a Valladolid. La de Ahkin-Chel y Yzamal, la de Zututa, la de Hocabaihumun, la de Tutuxiu, la de Cehpech, la de Chakan, estan sujetas a la ciudad de Merida, la de Camol y Campech, y Champutun y Tixchel acuden a St Francisco de Campeche.
Que en Yucatan ay muchos edificios de gran hermosura que es la cosa mas señalada que se ha descubierto en las Indias, todos de canteria muy bien labrada sin aver ningun genero de metal en ella con que se pudiesse labrar. Que estan estos edificios muy cerca unos de otros y que son templos, y que la razon de aver tantos es por mudarse las poblaciones muchas vezes y que en cada pueblo labravan un templo por el gran aparejo que ay de piedra y cal, y cierta tierra blanca excellente para edificios.
Que estos edificios no son hechos por otras naciones sino por indios lo qual se ve por nombres de piedra desnudos, y honestados de unos largos listones que llaman en su lengua ex, y de otras divisa, que los indios traen.
Que estando este religioso autor desta obra en aquella tierra se hallo en un edificio que desbarataron, un cantaro grande con tres asas, pintado de unos fuegos plateados por de fuera, y dentro ceniza de cuerpo quemado, y algunos guessos de los brazos y piernas muy gruessos a maravilla, y tres cuentas de piedra buenas de las que usavan los indios por moneda. Que estos edificios de Yzamal eran XI o XII por todos sin aver memoria de los fundadores, y que en uno dellos, a instancia de los indios, se poblo un monesterio, el año de MDXLIX que se llamo St Antonio.
Que los segundos edificios mas principales son los de Tikoch y Chicheniza los quales se pintaran despues. Que Chicheniza es un assiento muy bueno, X leguas de Yzamal y XI de Valladolid, donde dizen que reynaron tres SSʳᵉˢ hermanos que vinieron a aquella tierra de la parte de Poniente, los quales eran muy religiosos, y que assi edificaron muy lindos templos y que vivieron sin mugeres muy honestamente, y que el uno de estos se murio o se fue, por lo qual los otros se hizieron parçiales y deshonestos, y que por esto los mataron. La pintura del edificio mayor pintaremos despues, y escriviremos la manera del pozo donde hechavan hombres vivos en sacrificio, y otras cosas preciosas: tiene mas de VII estados de hondo hasta el agua y de ancho mas de cient pies hecho redondo en una peña tajada, que es maravilla, y el agua parece verde, dizen que lo causan la arboleda de que esta cercado.
§ V.—Provinces du Yucatan. Ses principaux édifices antiques.
Quelques anciens du Yucatan disent avoir entendu de leurs ancêtres que cette terre fut occupée par une race de gens qui entrèrent du côté du levant et que Dieu avait délivrés en leur ouvrant douze chemins par la mer. Or si cela était vrai, il s’ensuivrait nécessairement que des Juifs seraient descendus tous les habitants des Indes Occidentales, parce que, passé le détroit de Magellan, ils avaient dû s’étendre en plus de deux mille lieues de terre, dans ce qui est aujourd’hui gouverné par l’Espagne[25].
Dans ce pays, il n’y a qu’une seule langue, ce qui a été fort utile pour sa conversion, quoique sur les côtes il y ait quelque différence dans les mots et dans la manière de parler. Ceux de la côte sont aussi plus aimables dans leur commerce habituel et plus gracieux dans leur langage; les femmes s’y couvrent la gorge, ce qu’elles ne font pas à l’intérieur.
Cette contrée est partagée en provinces sujettes aux localités espagnoles les plus voisines. La province de Chectemal et de Bac-halal est sujette à Salamanca[26]. La province d’Ekab, celle de Cochuah et celle de Kupul sont sujettes à Valladolid[27]. Celle d’Ahkinchel et d’Yzamal, celle de Zututa, celle de Hocabai-Humun, celle de Tutu-Xiu, celles de Cehpech et de Chakan sont sujettes à la cité de Merida[28]; celle de Camol, de Campech, de Champutun et de Tixchel relèvent de San Francisco de Campêche.
Il y a dans le Yucatan beaucoup d’édifices de grande beauté, qui sont la chose la plus remarquable qu’on ait découverte dans les Indes; ils sont tous de pierre de taille fort bien travaillée, quoiqu’il n’y ait en ce pays aucun métal avec lequel on ait pu les mettre en œuvre[29]. Ces édifices, qui sont fort rapprochés les uns des autres, sont des temples, et la raison pour laquelle il y en a tant, c’est que les populations changeaient fréquemment de localité; or, en chaque bourgade ils édifiaient un temple, en vue de l’abondance extraordinaire de la pierre et de la chaux et d’une terre blanche qui s’y trouve, particulièrement propre à bâtir.
Tous ces édifices sont construits par les mêmes nations d’Indiens qui les habitent aujourd’hui, ce qui se voit clairement par les hommes de pierre nus et ayant les parties naturelles couvertes de certaines ceintures qu’ils appellent dans leur langue ex, comme aussi par d’autres objets que portent les Indiens.
Or, le religieux qui a écrit ce livre se trouvant dans ce pays, on découvrit dans un édifice en démolition une grande urne à trois anses, peinte de couleurs argentées au dehors et renfermant les cendres d’un corps brûlé, avec quelques-uns des os des bras et des jambes d’une merveilleuse grosseur, ainsi que trois objets de pierre bleue travaillés[30], de la classe de ceux qui servaient aux Indiens de monnaie. Quant aux édifices d’Yzamal, il y en avait onze ou douze, mais sans qu’on connaisse les fondateurs d’aucun d’eux[31]. Or, sur les instances des Indiens, on en occupa un, en y construisant, en 1549, un monastère qu’on appela de San Antonio[32].
Après ceux-ci, les édifices les plus remarquables sont ceux de Tikoch[33] et de Chichen-Itza qu’on décrira plus tard. Chichen-Itza est une localité fort bonne, située à dix lieues d’Yzamal et à onze lieues de Valladolid. On dit que trois seigneurs qui étaient frères, et qui vinrent en cette contrée du côté du couchant, y régnèrent autrefois: ils étaient fort religieux; c’est pourquoi ils édifièrent de fort beaux temples et vécurent sans femmes d’une manière fort honnête. Mais l’un d’eux étant venu à mourir ou s’en étant allé, les deux autres se conduisirent injustement et sans décence, d’où il advint qu’on les mit à mort[34]. Nous esquisserons plus loin le dessin de l’édifice principal[35] et nous décrirons le puits où ils jetaient vivants les hommes en sacrifice, ainsi que d’autres choses précieuses: il a plus de sept stades de profondeur jusqu’à l’eau et plus de cent pieds de diamètre, taillé en rond dans la roche vive d’une manière admirable; l’eau en paraît verte, ce qui provient, dit-on, du bocage dont ce lieu est environné[36].
§ VI.—De Cuculcan y de la edificacion de Mayapan.
Que es opinion entre los indios que con los Izaes que poblaron a Chicheniza reyno un gran señor llamado Cuculcan, y que muestra ser verdad el edificio principal que se llama Cuculcan. Y dizen que entro por la parte de Poniente, y que difieren en si entro antes o despues de los izaes, o con ellos, y dizen que fue bien dispuesto, y que no tuvo muger ne hijos, y que despues de su buelta fue tenido en Mexico por uno de sus dioses, y llamado Cezalcouati, y que en Yucatan tambien le tuvieron por dios por ser gran republicano, y que esto se vio en el assiento que puso en Yucatan despues de la muerte de los señores para mitigar la discussion que sus muertes causaron en la tierra.
Que este Cuculcan torno a poblar otra cibdad, tratandolo con los señores naturales de la tierra en que el y ellos viniessen, y que alli viniessen todas las cosas y negocios y que para esto eligieron un assiento muy bueno VIII leguas mas dentro en la tierra que donde esta agora Merida XV o XVI de la mar, y que alli cercaron de una muy ancha pared de piedra seca como medio quarto de legua, dexando solas dos puertas angostas y la pared no muy alta, y que en medio desta cerca hizieron sus templos y que al mayor, que es como el de Chicheniza llamaron Cuculcan, y que hizieron otro redondo con quatro puertas, diferente de quantos ay en aquella tierra, y otros muchos a la redonda, juntos unos a otros, y que dentro deste cercado hizieron casas para los señores solos entre los quales repartieron toda la tierra, dando pueblos a cada uno, conforme a la antiguedad de su linaje y ser de su persona, y que Cuculcan puso nombre a la cibdad, no del suyo, como hizieron los Ahizaes en Chicheniza que quiere dezir el Pozo de los Aizaes, mas llamola Mayapan que quiere dezir el Pendon de la Maya, porque a la lengua de la tierra llaman Maya y que los Indios llaman Ychpa, que quiere dezir Dentro de las Cercas.
Que este Cuculcan vivio con los señores algunos años en aquella cibdad, y que dexandolos en mucha paz y amistad se torno por el mismo camino a Mexico, y que de passada se detuvo en Champoton, y que para memoria suya y de su partida hizo dentro en la mar un buen edificio al modo del de Chicheniza, un gran tiro de piedra de la ribera, y que assi dexo Cuculcan en Yucatan perpetua memoria.
§ VI.—De Cuculcan et de la fondation de Mayapan.
C’est une opinion commune entre les Indiens qu’avec les Itzaes qui occupèrent Chichen-Itza, régna un grand prince, nommé Cuculcan[37], ce que confirme le nom de l’édifice principal, appelé Cuculcan. Ils racontent qu’il arriva du côté du couchant; mais ils ne s’accordent pas sur le point, s’il vint avant ou après ou avec les Itzaes[38]. Ils disent que c’était un homme bien dispos, qu’il n’eut ni femme ni enfants, et qu’après son départ il fut regardé au Mexique comme un dieu et appelé Cezalcouati[39]. On le vénéra également comme un dieu dans le Yucatan, à cause de son zèle pour le bien public, et cela se vit dans l’ordre qu’il établit dans le Yucatan, après la mort des seigneurs, afin de calmer les dissentiments que leur assassinat avait causés dans le pays.
Ce Cuculcan établit ensuite une autre ville, d’accord avec les seigneurs de la contrée, où ils convinrent de se rendre et de faire venir toutes les affaires: à cet effet, ils choisirent une très-bonne localité à huit lieues plus à l’intérieur du pays que celle où est actuellement Mérida, à quinze ou seize lieues de la mer. Ils l’environnèrent d’une fort large muraille de pierre sèche, d’environ un demi-quart de lieue de circonférence, n’y laissant que deux portes très-étroites: la muraille n’était pas bien haute, et au centre de cette enceinte ils édifièrent leurs temples, donnant au plus grand, ainsi qu’à Chichen-Itza, le nom de Cuculcan. Ils en firent encore un autre de forme ronde, avec quatre portes, entièrement différent de tous ceux qu’il y a dans le Yucatan, et un grand nombre d’autres à l’entour: dans la même enceinte, ils construisirent des maisons pour les seigneurs seulement, partageant entre eux la terre, attribuant des villes et villages à chacun, suivant l’ancienneté de sa famille et ses qualités personnelles. Quant à la cité, Cuculcan ne lui donna pas son nom, comme avaient fait les Ahizaes à Chichen-Itza, mais il l’appela Mayapan, ce qui veut dire l’Étendard de la Maya, parce qu’ils nomment la langue du pays maya, et les Indiens disent[40] encore aujourd’hui Ychpa, ce qui signifie en dedans des fortifications.
Cuculcan vécut avec ces seigneurs durant quelques années dans cette ville: ensuite les ayant laissés dans une profonde paix et amitié, il s’en retourna par le même chemin au Mexique[41]. En passant, il s’arrêta à Champoton, et en mémoire de son séjour et de son départ, on érigea en dedans de la mer un bon édifice à la manière de ceux de Chichen-Itza, à un bon jet de pierre du rivage; c’est ainsi que Cuculcan laissa un souvenir perpétuel en Yucatan[42].
§ VII.—Gobierno politico. Sacerdotes, ciencias y libros de Yucatan.
Que partido Cuculcan acordaron los señores para que la republica durasse que tuviesse el principal mando la casa de los Cocomes, por ser mas antigua o mas rica, o por ser el que la regia entonces hombre de mas valor, y que hecho esto ordenaron que pues en el cercado no avia sino templos y casas para los señores y gran sacerdote, que se hiziessen fuera de la cerca casas donde cada uno de ellos tuviesse alguna gente de servicio y donde los de sus pueblos acudiessen quando viniessen a la cibdad con negocios, y que en estas casas puso cada uno su mayordomo, el qual traya por señal una vara gorda y corta y que le llamavan Caluac; y que este tenia cuenta con los pueblos, y con los que los regian, y que a ellos se embiava aviso de lo que era menester en casa del señor como aves, maiz, miel, sal, pesca, caça, ropa y otras cosas, y que el Caluac acudia siempre a la casa del señor y veia lo que era menester en ella, y lo proveya luego porque su casa era como oficina de su señor.
Que acostumbravan buscar en los pueblos los mancos y ciegos y que les davan lo necessario.
Que los señores proveian de governadores y si les eran acceptos confirmavan en sus hijos los oficios y que les encomendavan el buen tratamiento de la gente menuda, y la paz del pueblo, y el ocuparse en trabajar paraque se sustentassen ellos y los señores.
Que todos los señores tenian cuenta con visitar, respetar, alegrar a Cocom, acompañandole y festejandole y acudiendo a el con los negocios arduos y que entre si bivian muy en paz y en mucho passatiempo como ellos lo usan tomar en vailes y combites y caças.
Que los de Yucatan fueron tan curiosos en las cosas de la religion como en las del govierno, y que tenian un gran sacerdote que llamavan Ahkin-Mai, y por otro nombre Ahau-Can-Mai, que quiere dezir el Sacerdote Mai o el Gran Sacerdote Mai, y que este era muy reverenciado de los señores el qual no tenia repartimiento de indios, pero que sin las offendas, le hazian presentes los señores y que todos los sacerdotes de los pueblos le contribuian: y que a este le succedian en la dignidad sus hijos y parientes mas cercanos, y que en este estava la llave de sus sciencias, y que en estas tratavan lo mas, y que davan consejo a los señores y respuestas a sus preguntas; y que cosas de los sacrificios pocas vezes las tratava sino en fiestas muy principales, o en negocios muy importantes; y que este proveia de sacerdotes a los pueblos quando faltavan, examinandoles en sus sciencias y cerimonias, y que les encargava las cosas de sus officios y el buen exemplo del pueblo y proveya de sus libros y los embiava, y que estos attendian al servicio de los templos, y a enseñar sus sciencias y escrivir libros de ellas.
Que enseñavan los hijos de los otros sacerdotes, y a los hijos segundos de los señores que los llevavan para esto desde niños, si veian que se inclinavan a este officio.
Que las sciencias que enseñavan eran la cuenta de los años, meses y dias, las fiestas y cerimionias, la administracion de sus sacramentos, los dias y tiempos fatales, sus maneras de adivinar y sus prophecias, los acaecimientos, y remedios para los males, y las antiguedades, y leer y escrivir con sus libres y carateres con los quales escrivian y con figuras que significavan las escrituras.
Que escrivian sus libros en una hoja larga doblada con pliegues, que se venia a cerrar toda entre dos tablas que hazian muy galanas y que escrivian de una parte y de otra a colunas, segun eran los pliegues, y que este papel hazian de raizes de un arbol, y que le davan un lustre blanco en que se podia bien escrivir, y que sabian de estas sciencias algunos principales señores, por curiosidad, y que por esto eran mas estimados, aunque no lo usavan en publico.
§ VII.—Gouvernement politique. Sacerdoce, sciences et livres du Yucatan.
Cuculcan étant parti, les seigneurs s’accordèrent pour le bon ordre et la durée de la république à donner le commandement principal à la maison des Cocomes[43], soit parce qu’elle était la plus ancienne ou la plus riche, soit que celui qui était à sa tête, en ce temps-là, fût l’homme le plus considérable. Cela fait, voyant qu’il n’y avait dans l’intérieur de l’enceinte que des temples et des maisons pour les seigneurs et le grand prêtre, ils ordonnèrent que l’on construisît au dehors d’autres maisons où chacun d’eux pût avoir, au besoin, des gens de service, et où ceux de leur province pussent trouver place, quand ils viendraient à la capitale pour leurs affaires: chacun alors établit dans sa maison un intendant, lequel portait pour insigne un bâton court et gros, qu’ils appelaient Caluac; celui-ci avait à sa charge les diverses localités de la province et ceux qui les gouvernaient; ceux-ci, à leur tour, recevaient l’avis de ce qui était nécessaire dans la maison du seigneur, comme les oiseaux, le maïs, le miel, le sel, le poisson, le gibier, les étoffes et autres choses. Quant au Caluac, il assistait toujours dans la maison de son seigneur, afin de voir ce qui y manquait et de la pourvoir de tout aussitôt, sa maison étant comme l’office du palais.
On avait coutume de rechercher dans les villes et villages les estropiés et les aveugles, afin de leur donner le nécessaire.
Les seigneurs pourvoyaient au gouvernement de ces localités et confirmaient les fils dans les emplois de leurs pères, s’ils le tenaient pour agréable; ils leur recommandaient de traiter avec bienveillance le pauvre peuple, de maintenir la paix et de faire en sorte que les gens s’occupassent de leurs travaux, pour se sustenter eux-mêmes ainsi que leurs seigneurs.
Tous les seigneurs avaient l’obligation de visiter, de respecter et de réjouir Cocom, l’accompagnant, lui faisant fête et se réunissant autour de lui pour toutes les négociations importantes. Ils vivaient en paix les uns avec les autres, ayant beaucoup de divertissements, durant lesquels ils s’entretenaient en danses, en festins et en chasses, suivant leur usage.
Les indigènes du Yucatan n’étaient pas moins attentifs aux choses de la religion qu’à celles du gouvernement. Ils avaient un grand prêtre qu’ils nommaient Ahkin-Mai et autrement Ahau-Can-Mai, ce qui veut dire le Prêtre-Mai ou le Grand Prêtre-Mai[44]: c’était un personnage très-respecté des seigneurs, qui n’avait eu aucune part à la distribution des domaines; mais, en outre des offrandes, les seigneurs lui faisaient des présents, et les prêtres de toutes les communes lui apportaient une contribution. Les fils ou les parents les plus proches succédaient au grand prêtre dans sa dignité: en lui était la clef de leurs sciences, et c’était à quoi ils s’appliquaient le plus; car c’étaient les prêtres qui donnaient des conseils aux seigneurs et des réponses à leurs questions. Quant aux choses qui avaient rapport aux sacrifices, ils en traitaient rarement en dehors des fêtes principales ou des assemblées réunies pour des affaires importantes. C’était le grand prêtre qui nommait les prêtres, quand ils venaient à manquer dans les communes, les examinant auparavant dans les sciences et les cérémonies: il leur recommandait les choses de leur office et le bon exemple envers le peuple, les pourvoyaient des livres à leur usage, après quoi il les envoyait; ceux-ci à leur tour s’employaient au service des temples, à enseigner leurs diverses sciences comme à écrire les livres qui les contenaient.
Ils instruisaient les fils des autres prêtres et les fils cadets des princes qu’on leur amenait à cet effet dans leur enfance, si l’on remarquait qu’ils fussent enclins à cet office.
Les sciences qu’ils enseignaient étaient la computation des années, mois et jours, les fêtes et les cérémonies, l’administration de leurs sacrements, les jours et époques fatales, l’art de la divination et les prophéties, les événements à venir, les remèdes pour les maladies, ainsi que leurs antiquités, avec l’art de lire et d’écrire selon les lettres et caractères à l’aide desquels ils écrivaient, comme aussi avec les figures qui signifiaient des écritures.
Leurs livres étaient écrits sur une grande feuille, doublée en plis, qu’on renfermait ensuite entre deux planches qui étaient ornées avec soin; ils écrivaient de l’un et de l’autre côté en colonnes, suivant l’arrangement des plis; quant au papier, ils le faisaient des racines d’un arbre et lui donnaient un vernis blanc sur lequel on écrivait très-bien[45]. Il y avait de ces sciences que cultivaient par goût des seigneurs de haut rang, ce qui ajoutait à leur considération, quoiqu’ils ne s’en servissent pas publiquement.
§ VIII.—Llegada de los Tutuxivis y alianza que hicieron con les señores de Mayapan. Tirania de Cocom, ruina de su poder y de la ciudad de Mayapan.
Que cuentan los indios que de parte de medio dia vinieron a Yucatan muchas gentes con sus señores y parece aver venido de Chiapa aunque los indios no lo saben; mas que este autor lo conjetura porque muchos vocablos y composiciones de verbos es lo mismo en Chiapa y en Yucatan y que ay grandes señales en la parte de Chiapa de lugares que an sido despoblados. Y dizen que estas gentes anduvieron XL años por los despoblados de Yucatan, sin aver en ellos agua sino la que llueve, y que en fin de este tiempo aportaron a las sierras que caen algo en frente de la cibdad, de Mayapan X leguas de alla, y que alli començaron a poblar y hazer muy buenos edificios en muchas partes y que los de Mayapan tomaron mucha amistad con ellos, y holgaron que labrassen la tierra como naturales, y que assi estos de Tutuxiu se sujetaron a las leyes de Mayapan, y assi emparentaron unos con otros y que como el señor Xiui de los Tutuxios era tal vino a ser muy estimado de todos.
Que estas gentes vivieron tan quietamente que no avia pleito ninguno, ni usavan armas, ni arcos, aun para la caça, siendo agora excellentes flecheros, y que solamente usavan lazos y trampas con que tomavan mucha caça y que tenian cierto arte de tirar varas con un palo gruesso como tres dedos, agujerado hazia la tercia parte, y largo seis palmos, y que con el y unos cordeles tiravan fuerte y certezamente.
Que tenian leyes contra los delinquentes y las esecutavan mucho, como contra el adultero que le entregavan al ofendido para que el le matasse, soltando una piedra grande desde lo alto sobre la cabeza, o le perdonasse si quisiesse, y que a las adulteras no davan otra pena mas de la infamia, que entre ellos era cosa muy grave. Y que al que forçasse donzella le matavan a pedradas, y cuentan un caso que el señor de los Tutuxios tenia un hermano que fue acusado deste crimen, y le hizo apedrear, y despues le hizo cubrir de un gran monton de piedras, y que dizen que tenian otra ley antes de la poblacion desta cibdad, que mandava sacar las tripas por el umbligo a los adulteros.
Que el governador Cocom entro en cudicia de riquezas, y que para esto trato con la gente de guarnicion que los reyes de Mexico tenian en Tabasco y Gicalango, que les entregaria la cibdad, y que assi truxo gente mexicana a Mayapan, y oprimio los pobres y hizo muchos esclavos, y que le mataran los señores, si no tuvieran miedo a los mexicanos; y que el señor de los Tutuxios nunca consintió en esto, y que viendose assi los de Yucatan, aprendieron de los mexicanos el arte de las armas, y que assi salieron maestros del arco y flecha y de la lança y hachuela y sus rodelas y iacos fuertes de sal y algodon, y de otros pertrechos de guerra, y que ya no se admiravan de los mexicanos ni los temian, antes hazian poca cuenta de ellos y que en esto passaron algunos años.
Que aquel Cocom fue primero el que hizo esclavos pero que deste mal se siguio usar las armas con que se defendieron para que no fuessen todos esclavos.
Que entre los successores de la casa Cocomina uvo uno muy orgulloso, y imitador de Cocom, y que este hizo otra liga con los de Tavasco, y que metio mas Mexicanos dentro de la cibdad, y que començo a tyranizar y hazer esclavos a la gente menuda; y que por esto se juntaron los señores a la parte de Tutuxiu, el qual era gran republicano como sus passados, y que concertaron de matar a Cocom, y que assi le hizieron, matando tambien a todos sus hijos, sin dexar mas de uno que estava ausente, y que le sequearon la casa y le tomaron las heredades que tenia de cacau y de otras frutas, diziendo que se pagavan de lo que les avia robado, y que duraron tanto los vandos entre los Cocomes que dezian ser injustamente echados, y los Xiuis, que despues de aver estado en aquella cibdad mas de D años, la desampararon y despoblaron, yendose cada uno a su tierra.
§ VIII.—Arrivée des Tutul-Xius et leur alliance avec les rois de Mayapan. Tyrannie des Cocomes, ruine de leur puissance et abandon de Mayapan.
Les Indiens racontent que, du côté du midi, entrèrent au Yucatan des tribus nombreuses avec leurs chefs, et il paraît qu’elles seraient venues de Chiapa, quoique les Indiens ne sachent pas le dire[46]; mais l’auteur de ce livre le conjecture à cause d’un grand nombre de mots et de constructions de verbes identiques au Chiapa et au Yucatan[47], et qu’il y a au Chiapa des vestiges considérables de localités qui ont été abandonnées[48]. Ils ajoutent que ces tribus furent errantes durant quarante ans dans les solitudes du Yucatan, sans y avoir de l’eau, sinon ce que la pluie leur donnait, et qu’au bout de ce temps-là, elles arrivèrent aux montagnes qui tombent presque en face de Mayapan, à dix lieues de cette ville: là, ajoutent-ils, elles commencèrent à occuper la terre et à construire de bons édifices en beaucoup d’endroits, et que ceux de Mayapan se lièrent d’une grande amitié avec elles, se réjouissant de voir qu’elles cultivaient la terre comme les naturels du pays. De cette manière, les gens de la race Tutuxiu, s’étant soumis aux lois de Mayapan, ils s’allièrent les uns avec les autres, et ainsi le seigneur Xiui des Tutuxius en vint au point d’être fort estimé de tout le monde[49].
Ces tribus vécurent d’une manière si paisible qu’il n’y avait aucune sorte de querelles. Ces gens-là ne se servaient point d’armes, pas même d’arcs pour la chasse, quoiqu’il y ait aujourd’hui d’excellents archers parmi eux[50]. Ils se contentaient alors de se servir de lacs et de piéges, à l’aide desquels ils prenaient beaucoup de gibier; ils avaient aussi un art particulier pour tirer des baguettes à l’aide d’un morceau de bois de trois doigts, troué au tiers de sa longueur, et avec cela ils tiraient fort et juste.
Les Mayas avaient des lois contre les délinquants et les exécutaient rigoureusement: ainsi en était-il de l’adultère qu’ils remettaient aux mains du mari outragé, afin qu’il le tuât, en lui jetant de haut une grosse pierre sur la tête, ou lui pardonnât s’il le jugeait à propos; quant aux femmes coupables, elles ne subissaient d’autre peine que celle de l’infamie, qui parmi elles était une chose fort grave. Mais à celui qui forçait une jeune fille on donnait la mort par lapidation. On raconte à ce sujet qu’un prince des Tutuxius, ayant un frère qu’on accusa de ce crime, il le fit lapider et ensuite couvrir son cadavre d’un grand monceau de pierres. On ajoute qu’il y avait une autre loi, antérieure à la fondation de cette ville[51], par laquelle il était ordonné d’arracher par l’ombilic les entrailles aux adultères.
Le roi Cocom ayant commencé à convoiter des richesses, traita à cet effet avec les troupes de garnison que les rois du Mexique entretenaient à Tabasco et à Xicalango[52], afin de leur confier la garde de la capitale. C’est ainsi qu’il amena des gens de race mexicaine à Mayapan, opprimant les pauvres et faisant beaucoup d’esclaves, au point que les princes l’auraient fait mourir, sans la crainte qu’ils avaient des Mexicains. Mais le chef des Tutuxius ne consentit jamais à cette tyrannie: les Yucatèques se trouvant dans cette situation, apprirent des Mexicains l’usage des armes; ils devinrent si habiles à manier l’arc et la flèche, la lance et la hache, les rondaches et les sayes, faites de sel et de coton[53], ainsi que les autres engins de guerre, qu’ils cessèrent d’admirer les Mexicains et de les craindre, faisant, au contraire, peu d’estime d’eux, et dans cette situation ils passèrent quelques années.
Ce Cocom fut le premier qui eût fait des esclaves; de cette manière d’agir si pernicieuse data l’usage des armes avec lesquelles les habitants se défendirent pour ne pas être tous réduits en esclavage.
Entre les successeurs de la maison de Cocom, il y en eut un fort orgueilleux, imitateur de l’autre Cocom, qui s’étant ligué avec ceux de Tabasco, augmenta le nombre des Mexicains qui étaient dans la capitale. Il commença à son tour à tyranniser et à faire des esclaves parmi le bas peuple: alors les seigneurs se réunirent au chef des Tutuxius, grand ami du bien public, comme ses ancêtres, et conjurèrent la mort de Cocom. C’est ce qu’ils exécutèrent, tuant en même temps tous ses fils, à l’exception d’un seul qui était absent: ils saccagèrent son palais, lui enlevèrent ses domaines, tant en cacao qu’en autres produits, disant qu’ils se payaient de ce qui leur avait été pris. Les querelles entre les Cocomes qui disaient avoir été injustement dépouillés et les Xiuis, durèrent ensuite si longtemps, que plus de cinq cents ans après avoir été dans cette capitale, ils l’abandonnèrent et la laissèrent en solitude, chacun s’en retournant à son pays[54].
§ IX.—Monumento cronologico de Mayapan. Establecimiento del reino de Zututa. Orígen de los Cheles. Los tres reinos principales de Yucatan.
Que conforme a la cuenta de los indios avra C y XX años que se despoblo Mayapan, y que se hallan en la plaça de aquella cibdad VII o VIII piedras de a X pies en largo cada una, redondas por la una parte, bien labradas, y que tienen algunos renglones de los caracteres que ellos usan, y que por estar gastadas de la agua no se pueden leer, mas piensan que es memoria de la fundacion y destruicion de aquella cibdad, y que otras semejantes estan en Zilan, pueblo de la costa aunque mas altas, y que los naturales preguntados que cosa era respondieron que acostumbravan erigir de XX en XX años que es el numero que tienen de contar sus edades, una piedra de aquellas. Mas parece que no lleva camino, porque segun esto, avia de aver muchas mas, principalmente que no les ay en otros pueblos sino en Mayapan y Zilan.
Que lo principal que llevaron a sus tierras estos señores que desampararon a Mayapan fueron los libros de sus sciencias, por que siempre fueron muy sujetos a los consejos de sus sacerdotes y que por eso ay tantos templos en aquellas provincias.
Que el hijo de Cocom el que escapo de la muerte por estar absente en sus contrataciones en tierra de Ulua, que es adelante de la villa de Salamanca, como supo la muerte de su padre y el desbarato de la cibdad, vino muy presto, y que se junto con sus parientes y vassallos y poblo un lugar que llamo Tibulon, que quiere dezir Jugados fuimos, y que edificaron otros muchos pueblos en aquellos montes y procedieron muchas familias de estos Cocomes y que la provincia donde manda este señor se llama Zututa.
Que estos señores de Mayapan no tomaron vengança de los Mexicanos que ayudaron a Cocom, viendo que fueron persuadidos por el governador de la tierra y por que eran estrangeros, y que assi los dexaron, dandoles facultad para que poblassen en pueblo apartado para si solos, o se fuessen de la tierra, y que no pudiessen casar con los naturales de ella, sino entre ellos, y que estos escogieron quedarse en Yucatan y no bolver a las lagunas y mosquitos de Tavasco, y poblaron en la provincia de Canul, que les fue señalada y que alli duraron hasta las guerras segundas de los españoles.
Dizen que entre los XII sacerdotes de Mayapan uvo uno muy sabio que tuvo una sola hija a la qual caso con un mancebo noble, llamado Achchel, el qual uvo hijos que se llamaron como el padre, conforme a la usança de la tierra, y dizen que este sacerdote aviso a su yerno de la destruicion de aquella cibdad, y que este supo mucho en las sciencias de su suegro, el qual dizen que le escrivio ciertas letras en la tabla del braço izquierdo de gran importancia para ser estimado, y que con esta gracia poblo en la costa hasta que vino a hazer assiento en Tikoch, siguiendole gran numero de gentes. Y que assi fue muy insigne poblacion aquella de los Cheles y poblaron la mas insigne provincia de Yucatan que llamaron de su nombre la provincia de Ahkinchel, y es la de Yzamal donde residieron estos Cheles y se multiplicaron en Yucatan hasta la entrada del Adelantado Montejo.
Que entre estas tres casas de señores principales que eran Cocomes, Xiuies y Cheles, uvo grandes vandos y enemistades, y oy en dia con ser christianos los ay. Los Cocomes dezian a los Xiuies que eran estrangeros y traidores, matando a su señor natural y robandole su hazienda. Los Xiuies dezian ser tan buenos como ellos y tan antiguos y tan señores, y que no fueron traidores, sino libertadores de la patria, matando al tyrano. El Chel dezia que era tan bueno como ellos en linaje, por ser nieto de un sacerdote el mas estimado de Mayapan y que por su persona era mayor que ellos, pues avia sabido hazerse tan señor como ellos y que en esto se hazian desabrimiento en los mantenimientos, porque el Chel que estava a la costa no queria dar pescado ni sal al Cocom, haziendole ir muy lexos por ello y el Cocom no dexava sacar caça ni frutas al Chel.
§ IX.—Monument chronologique de Mayapan. Fondation du royaume de Zotuta. Origine des Chèles. Les trois Etats principaux du Yucatan.
Suivant la computation des Indiens, il y aura cent vingt ans de l’abandon de Mayapan[55]. On trouve dans la place de cette ville sept ou huit pierres, de dix pieds de longueur chacune et rondes par le bout, bien travaillées, et offrant plusieurs inscriptions en caractères de ceux dont ils usent, mais qui, pour avoir été trop effacés par les eaux, ne peuvent plus se lire[56]: on pense, toutefois, qu’elles portent la mémoire de la fondation et de la destruction de cette capitale; car il y en a d’autres semblables à Zilan, qui est une localité de la côte[57], quoiqu’elles soient plus hautes. Or, les naturels du pays, interrogés à ce sujet, répondent qu’ils avaient accoutumé ériger de vingt en vingt ans, ce qui est le chiffre de la computation de leurs cycles, une de ces pierres; mais il paraît qu’on ne s’y reconnaît pas, car d’après cela il devrait y en avoir bien d’autres, d’autant plus qu’on n’en retrouve qu’à Mayapan et à Zilan[58].
Ce que les seigneurs qui abandonnèrent Mayapan, emportèrent de plus important, en se retirant dans leurs domaines, ce furent les livres de leurs sciences; car ils furent toujours soumis aux conseils de leurs prêtres, et c’est pour cela qu’il y a tant de temples dans ces provinces.
Quant au fils de Cocom qui avait échappé à la mort, par son absence, il se trouvait dans la terre d’Ulua, qui est située au delà de la ville de Salamanca[59], occupé d’affaires commerciales: apprenant la mort de son père et la destruction de la capitale, il revint au plus tôt, et réunissant ses parents et ses vassaux, il alla s’établir dans une localité qu’il appela Tibulon, ce qui veut dire: Nous avons été joués[60]. Ils bâtirent dans ces lieux boisés un grand nombre de villes et de bourgades: de la famille de ces Cocom procédèrent des familles nombreuses, et la province où ce prince régna s’appelle Zututa[61].
Considérant que les Mexicains qui avaient prêté leur aide à Cocom, ne l’avaient fait que sur l’invitation du souverain du pays, et qu’ils étaient étrangers, les seigneurs qui avaient désemparé Mayapan, ne songèrent point à tirer d’eux aucune vengeance: ils les laissèrent tranquilles, leur donnant la faculté, soit de s’établir dans une partie de la contrée, séparés de la nation, soit de s’en aller, ne permettant pas toutefois à ceux qui resteraient, de se marier avec des femmes du pays, mais avec leurs propres filles. Ils préférèrent néanmoins demeurer dans le Yucatan, plutôt que de retourner aux lagunes et moustiques de Tabasco; ils prirent alors possession de la province de Canul, qu’on leur signala[62] et où ils restèrent jusqu’à la seconde guerre des Espagnols[63].
Entre les douze prêtres de Mayapan[64], il y en eut un, à ce qu’on dit, qui était renommé pour sa sagesse; n’ayant qu’une fille unique, il la maria à un jeune homme noble, appelé Achchel[65], lequel eut plusieurs fils qui portèrent le nom de leur père, suivant l’usage du pays. On raconte que ce prêtre avait prédit à son gendre la destruction de cette capitale: celui-ci, de son côté, s’instruisit considérablement dans les sciences de son beau-père qui, à ce qu’on ajoute, écrivit sur la partie charnue de son bras gauche certaines lettres d’une grande importance dans l’opinion publique[66]. Ayant reçu cette faveur, il alla s’établir vers la côte, fondant le siége de son autorité à Tikoch, où le suivit une population nombreuse: telle fut l’origine de l’illustre famille des Chèles, dont les adhérents occupèrent la plus considérable des provinces du Yucatan, qu’ils appelèrent de leur nom Ahkin-Chel, qui est la même qu’Yzamal où ces Chèles résidèrent[67], se multipliant dans toute la péninsule jusqu’à l’arrivée de l’adelantado Montejo.
Entre ces trois grandes maisons princières des Cocomes, des Xiuis et des Chèles, il y eut constamment des luttes et des haines cruelles, et elles durent même encore aujourd’hui, qu’ils sont devenus chrétiens. Les Cocomes disaient aux Xiuis qu’ils étaient des étrangers et des traîtres qui avaient assassiné leur souverain et volé ses domaines. Les Xiuis répondaient, disant qu’ils n’étaient ni moins bons ni moins anciens ni moins princes qu’eux, et que loin d’être des traîtres, ils avaient été les libérateurs de la patrie, en mettant à mort le tyran. Le Chel, à son tour, prétendait être d’aussi noble famille que les deux autres, puisqu’il était le descendant du prêtre le plus estimé de Mayapan; que quant à lui personnellement, il valait mieux que ses émules, puisqu’il avait su se créer une royauté comme eux. D’un autre côté, ils se reprochaient mutuellement l’insipidité de ce qu’ils mangeaient, puisque le Chel, habitant la côte, ne voulait donner ni poisson ni sel au Cocom, l’obligeant ainsi à envoyer fort loin pour ces deux choses, et que le Cocom ne permettait au Chel de tirer ni gibier ni fruits de ses États.
§ X.—Varias calamidades esperimentadas en Yucatan en el siglo anterior á la conquista, huracan, pestilencias, guerras, etc.
Que estas gentes tuvieron mas de XX años de abundancia y de salud y se multiplicaron tanto que toda la tierra parescia un pueblo, y que entonces se labraron los templos en tanta muchedumbre, como se vee oy en dia por todas partes y que atravesando por montes se veen entre las arboledas assientos de casas y edificios labrados a maravilla.
Que despues desta felicidad, una noche por ivierno vino un ayr como a las seis de la tarde y fue cresciendo haziendose huracan de quatro vientos y que este ayr derribo todos los arboles crecidos lo qual hizo gran matança en todo genero de caça y que derribo todas las casas altas las quales como son pajizas y tenian dentro lumbre por el frio, se encendieron y abrasaron gran parte de la gente, y que si algunos escapavan quedavan hechos pedaços de los golpes de la madera.
Y que duro este huracan hasta otro dia a las doze y que hallaron que avian escapado los que moravan en casas pequeñas, y los moços recien casados que alla usan hazer unas casillas en frente de sus padres o suegros donde moran los primeros años, y que assi perdio entonces el nombre la tierra que solia llamarse de los venados y pavos, y tan sin arboles que los que agora ay parecen que se plantaron juntos, segun estan nacidos a la ygual; y que mirando esta tierra de algunas partes altas, parece que toda esta cortada con una tijera.
Que los que escaparon se animaron a edificar y cultivar la tierra, y se multiplicaron mucho viniendoles XV años de salud y buenos temporales y que el ultimo fue el mas fertil de todos y que quiriendo començar a coger los frutos, sobrevinieron por toda la tierra unas calenturas pestilenciales que duraron XXIIII horas, y despues que cessavan, se hinchavan y rebentavan llenos de guzanos, y que con esta pestilencia murio mucha gente y se quedo gran parte de los frutos por coger.
Que despues de cessado la pestilencia uvieron otros dies y seis años buenos, en los quales se renovaron las passiones y vandos de manera que murieron en batallas C y L mil hombres, y que con esta matança se sosegaron y hizieron paz y descansaron por XX años, despues de los quales les dio pestilencia de unos granos grandes que les podria el cuerpo con gran hedor, de manera que se les caian los miembros a pedaços dentro de quatro o cinco dias. Que avra que passo esta ultima plaga mas de L años, y que la mortandad de las guerras fue XX años antes, y que la pestilencia de la hinchazon y guzanos seria XVI años antes de las guerras, y el huracan otros dies y seis antes que esta y XXII o XXIII despues de la destruicion de la cibdad de Mayapan, que, segun esta cuenta, ha CXXV años que se desbarrato dentro de los quales los de esta tierra an passado las dichas miserias, sin otras muchas despues que començaron a entrar en ella los españoles, assi por guerras como por otros castigos que Dios embio de manera que es maravilla aver la gente que ay aunque no es mucha.
§ X.—Calamités diverses qu’éprouve le Yucatan au siècle précédant la conquête, ouragan, pestes, guerres, etc.
Ces diverses populations vécurent durant plus de vingt ans dans l’abondance et la santé[68]. Elles se multiplièrent tellement, que la terre entière ne paraissait faire qu’une seule ville: c’est alors qu’ils construisirent des temples en si grand nombre, tels qu’on les voit aujourd’hui de tous les côtés, et qu’en traversant les forêts, on retrouve au milieu des bois des fondations de maisons et des édifices si merveilleusement travaillés.
Mais à la suite de cette prospérité, pendant une nuit d’hiver, il survint, vers les six heures du soir, un vent qui alla croissant, pour se changer bientôt en un ouragan des quatre points cardinaux[69]: ce vent renversa tous les arbres déjà grands, ce qui occasionna une destruction considérable de bêtes fauves; il enleva pareillement toutes les maisons élevées, lesquelles étant couvertes de paille et contenant du feu à cause du froid, s’enflammèrent et firent périr beaucoup de monde dans l’incendie; si quelques-uns s’échappèrent, ils restèrent estropiés des coups qu’ils avaient reçus sous les madriers de leurs maisons.
Cet ouragan dura jusqu’au lendemain midi. On trouva que ceux qui en étaient sortis sains et saufs, étaient ceux qui demeuraient dans les maisons les plus petites, ainsi que les époux nouvellement mariés; car il était d’usage pour ceux-ci d’habiter dans des cabanes érigées en face de la maison de leur père ou de leur beau-père, pendant les premières années qui suivent le mariage. Alors se perdit le nom que la péninsule avait accoutumé de porter anciennement, de terre du gibier et des oiseaux; elle resta tellement privée d’arbres, qu’il semble actuellement que ceux qu’il y a furent replantés tous ensemble, tant ils sont nés d’égale hauteur, et qu’en jetant les yeux sur le pays de quelque point élevé, on dirait que les bois ont été partout taillés avec des ciseaux.
Quant à ceux qui se sauvèrent, ils s’animèrent à réédifier et à cultiver la terre, et ils se multiplièrent considérablement avec quinze années de santé et d’abondance qui se succédèrent, la dernière étant la plus fertile de toutes. Mais, au moment où ils pensaient à commencer la cueillée des fruits, il survint partout le pays certaines fièvres pestilentielles qui duraient vingt-quatre heures: après qu’elles avaient cessé, le corps des malades enflait, puis crevait rempli de vers, avec quoi il mourut beaucoup de monde, les fruits de la terre restant en majeure partie abandonnés sans être recueillis.
Après que cette épidémie eut disparu, il y eut de nouveau seize années abondantes, durant lesquelles se renouvelèrent les passions et les luttes, au point qu’en diverses batailles il périt cent cinquante mille hommes. Ce ne fut qu’à la suite de ces massacres qu’on se calma; on fit la paix et l’on eut vingt ans de repos: après cela survint une maladie, consistant en quelques grosses pustules, de quoi le corps se putréfiait, au point que les membres se détachaient l’un de l’autre au bout de quatre ou cinq jours avec une grande puanteur[70]. Depuis l’époque de cette mortalité, il s’est passé actuellement plus de cinquante ans: les massacres causés par la guerre eurent lieu vingt ans avant; la peste de l’enflure et des vers survint seize années avant les guerres; entre celles-ci et l’ouragan, il s’en était passé seize autres, et jusqu’à cet événement vingt-deux ou vingt-trois depuis la destruction de la cité de Mayapan. Ainsi, suivant cette computation, il y a de l’abandon de cette ville cent vingt-cinq ans, durant lesquels survinrent les diverses calamités, rapportées plus haut, sans compter beaucoup d’autres, à la suite desquelles les Espagnols commencèrent à entrer, et causées par la guerre, ou par d’autres châtiments que Dieu a envoyés à ce pays, que c’est un miracle d’y voir encore du monde, quoiqu’il n’y en ait pas beaucoup.
§ XI.—Profecias de la llegada de las españoles. Historia de Francisco de Montejo, primer Adelantado de Yucatan.
Que como la gente mexicana tuvieron señales y prophecias de la venida de los españoles y de la cessacion de su mando y religion, tambien los tuvieron los de Yucatan algunos años antes que el Adelantado Montejo los conquistasse y que en las tierras de Mani que es en la provincia de Tutuxiu, un indio llamado Ahcambal y por officio Chilan, que es el que tiene cargo de dar las respuestas del demonio, les dixo publicamente que presto serian señoreados de gente estrangera, y les predicarian un Dios, y la virtud de un palo que en su lengua llamo vahom che, que quiere dezir palo enhiesto de gran virtud contra los demonios.
Que el successor de los Cocomes, llamado don Juan Cocom despues de christiano, fue hombre de gran reputacion y muy sabio en sus cosas y en las naturales bien sagaz y entendido, y que fue muy familiar del autor deste libro fray Diego de Landa, y que le conto muchas antiguedades y que le mostro un libro que fue de su aguelo, hijo del Cocom que mataron en Mayapan y que en el estava pintado un venado y que aquel su aguelo le avia dicho que quando en aquella tierra entrassen venados grandes, que assi llaman a las vacas, cessaria el culto de los Dioses, y que se avia cumplido, porque los españoles truxeron vacas grandes.
Que el Adelantado Francisco de Montejo fue natural de Salamanca y que passo a las Indias despues de poblada la cibdad de Santo-Domingo en la isla Española, aviendo estado primero algun tiempo en Sevilla, donde dexo un hijo niño que alli uvo, y que vino a la cibdad de Cuba donde gano de comer y tuvo muchos amigos por su buena condicion y que entre ellos fueron Diego Velasquez, governador de aquella isla y Hernando Cortes y que como el governador se determino embiar a Francisco de Grijalva, su sobrino, a rescatar a tierra de Yucatan y a descubrir mas tierra, despues de la nueva que Francisco Hernandez de Cordova truxo, quando la descubrio, que era rica tierra, determino que Montejo fuesse con Grijalva y puso uno de los navios y mucho bastimento, como era rico y que assi fue de los segundos españoles que descubrieron a Yucatan y que vista la costa de Yucatan, truxo desseo de enriquecer alli antes que en Cuba. Y vista la determinacion de Hernando Cortes le siguio con su hazienda y persona y que Cortes le dio un navio a cargo, haziendole capitan del y que en Yucatan uvieron a Geronimo de Aguilar de quien Montejo tomo lengua de aquella tierra y de sus cosas, y que llegado Cortes a la Nueva España començo luego a poblar y que el primer pueblo llamo la Vera Cruz, conforme al blason de su vandera y que en este pueblo fue Montejo nombrado por unos de los alcaldes del rey, en que se uvo discretamente y que assi le publico por tal Cortes quando tomo por alli, despues del camino que hizo navegando la tierra a la redonda, y que por esto le embio a España por uno de los procuradores de aquella republica de la Nueva España y para que llevasse el quinto al rey con relacion de la tierra descubierta y de las cosas que se començavan a hazer en ella.
Que quando llego Francisco de Montejo a la corte de Castilla, era presidente del consejo de las Indias Juan Rodriguez de Fonseca, obispo de Burgos, el qual estava malamente informado contra Cortes por parte de Diego Velasquez, governador de Cuba, que pretendia tambien lo de la Nueva España y que estavan los mas del consejo con los negocios de Cortes que parecia que no embiara dineros al rey, sino que se los pedia y que entendiendo que por estar el emperador en Flandes se negociava mal, persevero siete años, desde que salio de las Indias que fue año de MDXIX hasta que se embarco que fue el de XXVI y con esta perseverancia recuso al presidente y al papa Adriano que era governador; hablo y al emperador, lo qual aprovecho mucho y que se despacho lo de Cortes como era razon.
§ XI.—Prédictions de l’arrivée des Espagnols. Histoire de Francisco de Montejo, premier adelantado du Yucatan.
De même que la nation mexicaine eut des signes et des prophéties de la venue des Espagnols, de la cessation de sa puissance et de sa religion, les populations du Yucatan en eurent également, quelques années avant que l’adelantado Montejo ne les conquît: dans les montagnes de Mani, qui sont de la province de Tutuxiu, un Indien, nommé Aheambal, et par sa charge Chilan, qui est celui qui a pour office de donner les réponses du démon[71], leur annonça publiquement qu’ils ne tarderaient pas d’être assujettis à une race étrangère, que cette race leur prêcherait un Dieu unique et la vertu d’un arbre qui, dans leur langue, s’appelle vahom-che, ce qui veut dire arbre érigé avec une grande vertu contre les démons.
Le successeur des Cocomes, nommé don Juan Cocom, depuis devenu chrétien, fut un homme d’une grande réputation, savant dans les sciences de son pays, d’une sagacité et d’une intelligence remarquables dans les choses naturelles; il pratiqua beaucoup l’auteur de ce livre, frère Diego de Landa, et lui raconta bien des faits concernant les antiquités de son histoire. Il lui montra, entre autres choses, un livre qui avait appartenu à son aïeul, descendant du Cocom[72] qu’ils avaient tué à Mayapan: on y voyait la peinture d’une bête fauve, et son aïeul lui avait dit que lorsqu’il viendrait dans cette contrée des bêtes fauves de cette espèce grande, car c’est ainsi qu’ils appelaient les vaches, le culte des dieux cesserait, ce qui s’était vérifié avec l’arrivée des grandes vaches que les Espagnols apportèrent dans la péninsule.
L’adelantado Francisco de Montejo était naturel de Salamanca et il passa aux Indes, après la fondation de la ville de Santo-Domingo, dans l’Ile Espagnole, ayant été auparavant quelque temps à Séville, où il laissa un fils encore enfant qui lui était né là. Etant venu à la ville de Cuba, où il gagnait sa vie, il s’y fit beaucoup d’amis parce qu’il était de bonne condition, et de ce nombre furent Diego Velasquez, gouverneur de cette île, et Hernando Cortès. A la suite de la nouvelle apportée par Francisco Hernandez de Cordoba, des riches contrées qu’il avait explorées, le gouverneur avait envoyé Francisco de Grijalva, son neveu, faire des échanges au Yucatan et découvrir de nouvelles terres, déterminant en même temps que Montejo accompagnerait Grijalva dans son expédition. Montejo mit à la mer un des navires avec des vivres en abondance; et comme il était riche, ainsi que les autres Espagnols qui, les seconds, explorèrent le Yucatan, il éprouva, en reconnaissant la côte de la péninsule, le désir de s’y enrichir de préférence à Cuba. Plus tard, voyant la détermination de Hernando Cortès, il le suivit de sa personne et de sa fortune, et Cortès lui confia le soin d’un navire, dont il le nomma capitaine. Arrivés dans le Yucatan, ils y prirent Geronimo de Aguilar, de la bouche duquel Montejo s’instruisit des choses de cette terre. Après son débarquement dans la Nouvelle Espagne, Cortès commença immédiatement à édifier la première localité espagnole, à laquelle il donna le nom de la Vera-Cruz, d’après l’insigne de sa bannière: Montejo, ayant été choisi pour un des alcaldes du roi dans cette ville, se conduisit avec beaucoup de prudence dans sa charge, ce que Cortès publia au retour de son voyage le long de la côte. C’est pourquoi il le dépêcha ensuite en Espagne, comme un des procureurs de cette colonie de la Nouvelle Espagne, afin de porter avec le quint royal au souverain, la relation de la terre nouvellement découverte et des choses qui commençaient à s’y faire.
A son arrivée à la cour de Castille, Montejo trouva pour président du conseil des Indes Juan Rodriguez de Fonseca, évêque de Burgos: celui-ci avait été indisposé méchamment contre Cortès par Diego Velasquez, gouverneur de Cuba, qui prétendait également au gouvernement de la Nouvelle Espagne, et la plupart des membres du conseil étaient également prévenus contre Cortès qui, à leur avis, loin d’envoyer de l’argent au roi, paraissait au contraire en demander. Comprenant qu’en l’absence de l’empereur, qui était en Flandre, les affaires de son chef prenaient une mauvaise tournure, il resta sept ans à travailler pour lui, de l’an 1519 jusqu’à l’an 1526, qu’il se rembarqua, et par sa persévérance il réussit à récuser le président et le pape Adrien qui était régent[73]; il parla à l’empereur avec tant de succès que l’on finit par dépêcher les affaires de Cortès, suivant la justice et la raison.
§ XII.—Montejo navega á Yucatan y toma posesion de la tierra. Los Cheles le conceden el asiento de Chicheniza. Los indios le obligan á que lo deje.
Que en este tiempo que Montejo estuvo en la corte negocio para si la conquista de Yucatan, aunque pudiera negociar otras cosas; y dieronle titulo de Adelantado y que assi se vino a Sevilla y llevo un sobrino suyo de treze años de su mismo nombre y que hallo en Sevilla a su hijo de edad de XXVIII años a quien llevo consigo y que trato palabras de casamiento con una señora de Sevilla viuda que era rica y assi pudo juntar D hombres, y los embarco en tres navios, y siguio su viage y aporto a Cuzmil, isla de Yucatan donde los indios no se alteraron, porque estavan domesticados con los españoles de Cortes; y que alli procuro saber muchos vocablos de los indios para entenderse con ellos, y que de alli navego a Yucatan, y tomo la possession, diziendo un Alferez suyo con la vandera en la mano: en nombre de Dios tomo la possession desta tierra por Dios y por el rey de Castilla.
Que desta manera se fue la costa abaxo, que estava bien poblada entonces, hasta llegar a Conil, pueblo de aquella costa y que los indios se espantaron de ver tantos cavallos y gente y que dieron aviso a toda la tierra de lo que passava y esperavan el fin que tenian los españoles.
Que los indios señores de la provincia de Chicaca vinieron al Adelantado a visitarle de paz y que fueron bien recibidos, entre los quales venia un hombre de grandes fuerças y que este quito un alfange a un negrillo que le llevava detras de su amo y quiso matar con el al Adelantado, el qual se defendio y se llegaron españoles y se apaziguo el ruydo y entendieron que era menester andar sobre aviso.
Que el Adelantado procuro entender qual era la mayor poblacion, y entendio que era la de Tecoh donde eran señores los Cheles, la qual estava en la costa la tierra abaxo por el camino que los españoles llevavan, y que los indios pensando que caminavan para salirse de la tierra, no se alteravan, ni les estorvavan el camino y que desta manera llegaron a Tecoch y que hallaron ser pueblo mayor y mejor que avian pensado, y que fue dichoso no ser señores de aquella tierra los Covohes de Champoton que siempre fueron de mas corage que los Cheles, los quales con el sacerdotio que les dura hasta oy, no son tan orgullosos como otros, y que por esto concedieron al Adelantado que pudiesse hazer un pueblo para su gente y les dieron para ello el assiento de Chicheniza, VII leguas de alli, que es muy excellente, y que desde alli fue conquistando la tierra, lo qual hizo facilmente porque los de Ahkinchel no le resistieron, y los de Tutuxiu le ayudaron y con esto los demas hizieron poca resistencia.
Que desta manera pidio el Adelantado gente para edificar en Chicheniza, y que en breve edifico un pueblo, haziendo las casas de madera y la cobertura de ciertas palmas y paja larga al uso de los indios. Y assi viendo que los indios servian sin pesadumbre, conto la gente de la tierra que era mucha y repartio los pueblos entre los españoles, y segun dizen a quien menos cabia alcanzava dos o tres mil indios de repartimiento y que assi començo a dar orden a los naturales, como avian de servir a aquella su cibdad y que no pluxo mucho a los indios, aunque dissimularon por entonces.
§ XII.—Montejo s’embarque pour le Yucatan et en prend possession. Les Chèles lui cèdent pour s’établir le cité de Chichen Itza. Les Indiens l’obligent à le quitter.
Dans le temps que Montejo resta à la cour, il négocia pour lui-même la conquête du Yucatan, quoiqu’il eût pu négocier des choses plus avantageuses. On lui donna le titre d’adelantado, après quoi il vint à Séville, où il prit avec lui un de ses neveux, âgé de treize ans et portant son nom: il trouva aussi à Séville son fils, qui avait alors vingt-huit ans et qu’il emmena également avec lui. En même temps, il travailla à arranger son mariage avec une dame de cette ville, veuve et riche, ce qui lui donna le moyen de réunir cinq cents hommes, qu’il embarqua dans trois navires. Il continua ensuite son voyage avec eux et aborda à Cuzmil, qui est une île du Yucatan: les Indiens ne s’émurent pas à son arrivée, accoutumés qu’ils étaient aux Espagnols de Cortès. Durant son séjour en cet endroit, il s’occupa d’apprendre un grand nombre de mots de leur langue, afin de s’entendre avec eux; ensuite, il mit à la voile pour le Yucatan, et son porte-drapeau prit possession du pays, le drapeau à la main, disant: «Au nom de Dieu, je prends possession de la terre pour Dieu et pour le roi de Castille!»
De cette manière, il descendit la côte, qui était alors fort peuplée, jusqu’à Conil, ville située dans cette direction[74]; mais les Indiens, alarmés à la vue de tant de gens et de chevaux, donnèrent avis à toute la terre de ce qui se passait, attendant la fin de l’entreprise des Espagnols.
Les seigneurs indigènes de la province de Chicaca[75] se présentèrent à l’adelantado avec des intentions pacifiques, et ils reçurent de lui un accueil bienveillant. A leur suite venait un homme qui se distinguait par sa force: il arracha un sabre à un nègre qui le portait en arrière de son maître, et voulut tuer l’adelantado qui se défendit; entre temps, les Espagnols arrivèrent, le bruit s’apaisa; mais ils comprirent qu’il fallait marcher en se tenant sur leurs gardes.
Ayant cherché à savoir quelle était la ville la plus considérable, on lui désigna celle de Tecoh, soumise à la seigneurie des Chèles[76], située sur la côte en bas, par le chemin que les Espagnols avaient pris. Les Indiens, s’imaginant qu’ils étaient en route pour sortir de la contrée, n’en prirent aucune alarme, et ne mirent point d’obstacle à leur marche; de cette manière, ils arrivèrent à Tecoh, qu’ils trouvèrent être une ville plus grande et plus belle qu’ils ne l’eussent pensé. Il était fort heureux que les chefs du pays ne fussent pas les Covohes de Champoton[77], qui s’étaient montrés constamment plus courageux que les Chèles; car ceux-ci, avec le sacerdoce qu’ils ont continué à garder jusqu’aujourd’hui[78], ne sont pas aussi orgueilleux que les autres. C’est ce qui fait qu’ils concédèrent à l’adelantado l’autorisation d’édifier une ville pour les gens de sa suite; ils lui donnèrent à cet effet le site de Chichen-Itza, à sept lieues de là, et qui est des meilleurs[79]. Il en partit ensuite pour soumettre le pays, ce qu’il fit avec facilité; les Ahkin-Chel ne lui offrant aucune résistance et les Tutuxius lui prêtant leur aide, les autres ne purent mettre que peu d’entraves à sa marche.
L’adelantado demanda alors du monde pour bâtir à Chichen-Itza, et en fort peu de temps il construisît une bourgade, faisant les maisons de bois et le toit d’une sorte de palmes fort grandes et de paille, dont se servaient les Indiens. Voyant donc que les Indiens obéissaient sans murmure, il se mit à dénombrer la population du pays, qui était considérable, et partagea les communes entre les Espagnols; on dit que le moins qu’ils eussent chacun en partage était deux ou trois mille Indiens; c’est ainsi qu’il commença à mettre ordre parmi les indigènes sur la manière dont ils avaient à faire leur service dans la nouvelle ville, ce qui ne plut que médiocrement aux Indiens, bien qu’ils ne le manifestassent pas pour le moment.
§ XIII.—Montejo deja á Yucatan con toda su gente y vuelve a Mexico. Su hijo Francisco de Montejo pacifica despues a Yucatan.
Que el Adelantado Montejo no poblo a proposito.... de quien tiene enemigos, porque estava muy lexos de la mar, para tener entrada y salida a Mexico y para las cosas de España; y que los indios pareciendoles una cosa dura servir a estrangeros donde ellos eran señores, començaron a offenderle por todas partes, aunque el se defendia con sus cavallos y gente, y les matava muchos; pero los indios se reforçavan cada dia y de manera que los vino a faltar la comida, y que al fin dexaron la cibdad una noche, poniendo un perro atado al badajo de la campana y un poco de pan apartado que no lo pudiesse alcançar, y que cançaron el dia antes a los indios con escaramuças para que no los siguiessen, y que el perro repicava la campana por alcançar el pan, lo qual hizo mucha maravilla en los indios, pensando que querian salir a ellos, y que despues de sabido, estavan muy corridos de la burla y acordaron seguir a los españoles por muchas partes por no saber el camino que llevavan; y que la gente que fue por aquel camino alcançaron a los españoles, dandoles mucha grita como a gente que huye y que seis de cavallo les esperaron en un raso y alcançaron muchos dellos y que uno de los indios asio de la pierna de un cavallo y le detuvo como si fuera un carnero, y que los españoles llegaron a Zilan que era muy hermoso pueblo cuyo señor era un mancebo de los Cheles ya christiano y amigo de españoles, el qual les trato bien y que estava cerca Ticokh, lo qual y todos los otros pueblos de aquella costa estavan en obediencia de los Cheles, y que assi los dexavan estar seguros algunos meses.
Que el Adelantado viendo que desde alli no se podia socorrer de las cosas de España, y que si los indios tomavan sobre ellos que serian perdidos, acordo de irse a Campeche y a Mexico, dexando a Yucatan sin gente y que avia desde Zilan a Campeche quarenta y ocho leguas muy pobladas de gente, y que dieron parte a Vamuxchel, señor de Zilan, y el se ofreció de asegurarles el camino y acompanarlos, y que el Adelantado trato con el tio deste señor que era señor de Yobain que le diesse dos hijos que tenia bien dispuestos para que le acompañasen, de manera que con estos mancebos primos hermanos los dos en colleras, y el de Zilan a cavallo llegaron seguros a Campeche donde fueron recebidos en paz y se despidieron los Cheles, y volviendose a sus pueblos, se cayo muerto el de Zilan, y que desde alli partieron para Mexico donde Cortes avia señalado repartimientos de indios al Adelantado aunque estava ausente.
Que llegado el Adelantado a Mexico con su hijo y sobrino llego luego a buscar suya doña Beatrix de Herrera su muger y una hija que en ella tenia, llamada doña Beatrix de Montejo con quien avia casado clandestinamente en Sevilla... y dizen algunos que la negava; pero don Antonio de Mendoça virey de la Nueva España se paso de por medio, y que assi la recibio y le embio el virey por governador de Honduras donde caso su hija con el licenciado Alonso Maldonado, presidente de la audiencia de los confines y que despues de algunos años le passaron a Chiapa desde donde embio a su hijo con poderes a Yucatan y la conquisto y pacifico.
Que este don Francisco hijo del adelantado se crio en la corte del rey catholico y que le truxo su padre quando bolvio a las Indias a la conquista de Yucatan y de alli fue con el a Mexico y que el virey don Antonio y el marques don Hernando Cortes le quisieron bien, y fue con el marques a la jornada de Caliphornia y que tornado le proveyo el virey para regir a Tabasco y se desposo con una señora llamada doña Andrea del Castillo que avia passado donzella a Mexico con parientes suyos.
§ XIII.—Montejo abandonne le Yucatan et retourne à Mexico avec son monde. Francisco de Montejo, son fils, pacifie plus tard le Yucatan.
C’est à dessein que l’adelantado n’occupa pas..........[80]; car il était trop loin de la mer pour entretenir des relations avec Mexico et recevoir des choses d’Espagne. Les Indiens, de leur côté, trouvant qu’il était dur de servir des étrangers là où ils étaient les maîtres, commençaient à l’offenser en toutes les occasions, quoiqu’il se défendît avec ses gens et ses chevaux et tuât un assez grand nombre d’ennemis. Mais les Indiens reprenaient courage chaque jour: les vivres venant à manquer aux Espagnols, ils se décidèrent à abandonner la ville pendant la nuit: ils attachèrent un chien au battant de la cloche, avec un peu de pain à distance, de manière à ce que l’animal n’y pût atteindre, ayant le jour d’avant fatigué les Indiens par des escarmouches, afin qu’ils ne se missent pas à les suivre. Le chien sonnait la cloche pour tâcher de happer le pain, ce qui étonnait grandement les Indiens s’imaginant que les Espagnols s’apprêtaient à faire une sortie contre eux. Mais en apprenant ensuite ce qui avait eu lieu, furieux du tour qu’on leur avait joué, ils se résolurent à courir de tous les côtés à la fois après les Espagnols, ne sachant par quel chemin ils s’étaient dirigés. Ceux qui parvinrent à les rejoindre, leur tombèrent dessus avec de grands cris comme sur des fuyards; mais six cavaliers les attendirent dans une plaine et en tuèrent un grand nombre à coups de lance. Un Indien, entre autres, saisit un cheval par une jambe et le retint quelque temps, comme si c’eût été un mouton. Les Espagnols arrivèrent enfin à Zilan, qui est une fort belle ville, dont le seigneur était un jeune homme de la famille des Chèles, déjà chrétien et ami des Espagnols. Celui-ci les traita avec beaucoup de bienveillance; comme Ticokh était près de là, et que cette ville, ainsi que toutes les autres localités de cette côte, relevait de la seigneurie des Chèles, ils les laissèrent tranquilles durant plusieurs mois.
Considérant qu’il lui était impossible, en ce lieu, de recevoir aucun secours d’Espagne, qu’en cas d’un soulèvement des Indiens, ils seraient inévitablement perdus, l’adelantado prit la résolution de partir pour Campêche et Mexico, abandonnant entièrement le Yucatan avec son monde. De Zilan à Campêche, il y a quarante-huit lieues. Ayant fait part de son dessein à Vamux-Chel, seigneur de Zilan[81], celui-ci s’offrit à assurer le chemin et à accompagner les Espagnols: l’adelantado traita l’affaire avec un oncle de ce seigneur qui était seigneur de Yobaïn[82], et obtint qu’il lui donnât pour l’accompagner deux fils qu’il avait, jeunes gens de fort bonne mine. De cette façon, ayant placé ces deux jeunes princes en croupe et celui de Zilan à cheval, il arriva en sécurité avec eux à Campêche, où il fut reçu pacifiquement ainsi que son monde. Là, les Espagnols prirent congé des Chèles; mais le prince de Zilan tomba mort en s’en retournant dans ses États. L’adelantado partit pour Mexico où Cortès lui avait signalé des Indiens en partage, quoiqu’il fût absent.
L’adelantado étant arrivé à Mexico, avec son fils et son neveu, se mit aussitôt à la recherche de doña Beatrix de Herrera, sa femme, avec qui il s’était marié clandestinement à Séville, ainsi qu’une fille qu’il avait d’elle, nommée doña Beatrix de Montejo. D’autres disent qu’il refusait de la reconnaître pour son épouse, mais que don Antonio de Mendoza, vice-roi de la Nouvelle Espagne, s’entremit pour les mettre d’accord et la fit recevoir. Le vice-roi l’envoya ensuite comme gouverneur en Honduras, et là sa fille épousa le licencié Alonso de Maldonado, président de l’Audience des Confins[83]. Quelques années après, il fut transféré au gouvernement de Chiapa, d’où Montejo envoya son fils avec ses pouvoirs au Yucatan, et celui-ci en fit la conquête et pacifia le pays.
Ce même don Francisco, fils de l’adelantado, avait été élevé à la cour du roi catholique: son père l’emmena avec lui, lorsqu’il retourna aux Indes, pour la conquête du Yucatan, d’où ils allèrent ensuite ensemble à Mexico. Le vice-roi don Antonio et le marquis Hernando Cortès avaient pour lui beaucoup d’affection, c’est ce qui fit que le marquis l’emmena à son tour dans son expédition de la Californie. A son retour à Mexico, il fut pourvu par le vice-roi du poste de gouverneur de Tabasco, et il y épousa une dame nommée doña Andrea del Castillo, laquelle était venue fille à Mexico, avec ses parents.
§ XIV.—Estado de Yucatan despues de la salida de los españoles. Don Francisco hijo del Adelantado Montejo restablece el govierno español en Yucatan.
Que salidos los españoles de Yucatan, falto el agua en la tierra, y que por aver gastado sin orden su maiz en las guerras de españoles, les sobrevino gran hambre, tanto que vinieron a comer cortezas de arboles, en especial de uno que llaman cumché, que es fofo por de dentro y blando, y que por esta hambre los Xiuis, que son los señores de Mani acordaron hazer un sacrificio solemne a los idolos, llevando ciertos esclavos y esclavas a echar en el pozo de Chicheniza y que avian de pasar por el pueblo de los señores Cocomes sus capitales enemigos, y que pensando que en tal tiempo no renovarian las passiones viejas, les embiaron a rogar que les dexassen passar por su tierra y que los Cocomes les engañaron con buena respuesta: y que dandoles posada a todo juntos en una gran casa les pegaron fuego y mataron a los que escapavan y que por esto uvo grandes guerras; y que se les recrecio langosta por espacio de cinco años que no les dexava cosa verde, y que vinieron a tanta hambre que se cayan muertos por los caminos, de manera que quando los españoles volvieron, no conocian la tierra, aunque en otros quatro años buenos despues de la langosta se avian algo mejorado.
Que este don Francisco se partio para Yucatan por los rios de Tabasco y entro por las lagunas de dos bocas y que el pueblo primero que topo fué Champoton con cuyo señor llamado Mochkovoh le fue mal a Francisco Hernandez y a Grijalva; y por ser ya muerto, no uvo alli resistencia, antes los deste pueblo sustentaron a don Francisco y a su gente dos años en el qual tiempo no pudo passar adelante por la mucha resistencia que hallava, y que despues passo a Campeche y vino a tener mucha amistad con los de aquel pueblo. De manera que con su ayuda y de los de Champoton acabo la conquista prometiendoles que serian remunerados del rey por su mucha fidelidad, aunque hasta agora el rey no lo ha cumplido.
Que la resistencia no fue bastante para que don Francisco dexasse de llegar con su exercito a Tiho, donde se poblo la cibdad de Merida, y que dexando el bagage en Merida començaron a proseguir su conquista embiando capitanes a diversas partes, y que don Francisco embio a su primo Francisco de Montejo a la villa de Valladolid, para pacificar los pueblos que estavan algo rebeldes, y para poblar aquella villa como aora esta poblada. Y que poblo en Chectemal la villa de Salamanca, y que tenia ya poblado a Campeche, y dio orden en el servicio de los indios y en el govierno de los españoles, hasta que el Adelantado su padre vino a governar desde Chiapa con su muger y casa y fue bien recebido en Campeche y llamo a la villa Sant Francisco por su nombre, y despues passo a la cibdad de Merida.
§ XIV.—Etat du Yucatan après le départ des Espagnols. Don Francisco fils de l’Adelantado Montejo rétablit le gouvernement espagnol dans ce pays.
Après le départ des Espagnols du Yucatan, l’eau manqua à la terre: comme les habitants avaient gaspillé le maïs dans les guerres avec l’étranger, il y eut une si grande famine, qu’ils en vinrent à manger des écorces d’arbre, en particulier de celui qu’ils appellent cum-ché, dont l’intérieur est mou et tendre. Par suite de cette famine, les Xiuis, qui sont les princes de Mani, résolurent d’offrir un sacrifice solennel aux idoles, emmenant avec eux des esclaves des deux sexes, pour les jeter dans le puits de Chichen-Itza. Comme ils devaient, à cet effet, traverser une localité appartenant aux princes Cocom, leurs ennemis déclarés, s’imaginant qu’en de telles circonstances ceux-ci ne renouvelleraient pas les haines antiques, ils leur envoyèrent demander de les laisser passer par leurs terres, à quoi les Cocomes répondirent, avec une apparente cordialité, afin de les attirer dans le piége. Ils les reçurent tous ensemble dans une grande maison, à laquelle ils mirent ensuite le feu, massacrant ceux qui parvenaient à se sauver des flammes[84]. Cette trahison donna lieu à une recrudescence d’hostilités; il y eut en même temps une invasion de sauterelles cinq années successivement, durant lesquelles il ne resta rien de vert; ce qui causa une telle famine, que les gens tombaient morts dans les chemins, en sorte que lorsque les Espagnols retournèrent, ils ne reconnaissaient plus le pays, bien que quatre années d’abondance eussent remédié, tant soit peu, à la ruine occasionnée par les sauterelles.
Don Francisco, fils de l’adelantado, se mit en chemin pour le Yucatan, par les rivières de Tabasco; étant entré dans les lagunes de Dos Bocas[85], la première localité qu’il toucha fut Champoton, dont le seigneur Mochcovoh avait si mal reçu auparavant Francisco Hernandez et Grijalva. Mais celui-ci était mort. Don Francisco n’éprouva de leur part aucune résistance; ils le nourrirent, au contraire, lui et ses gens, pendant deux années qu’il y demeura, sans pouvoir marcher en avant, à cause de la grande opposition qu’on lui faisait plus loin. Il passa ensuite à Campêche, dont les habitants s’allièrent à lui solidement: à l’aide de ceux de cette ville et de Champoton, il acheva ainsi la conquête du pays, leur promettant, aux uns et aux autres, qu’ils seraient récompensés par le roi, pour leur fidélité, bien que jusqu’aujourd’hui le roi n’ait pas encore pensé à remplir cet engagement.
Cette résistance fut, par conséquent, insuffisante pour empêcher don Francisco d’arriver avec son armée jusqu’à Tiho, où il établit la cité de Mérida[86]. Laissant les bagages dans cette ville, il commença à poursuivre sa conquête, dirigeant des capitaines en différentes parties du pays, envoya son cousin Francisco de Montejo à la ville de Valladolid, afin de pacifier les populations qui se montraient quelque peu rebelles et pour coloniser cette ville de la manière qu’elle est occupée actuellement: il établit pareillement à Chectemal la ville de Salamanca, et comme il occupait déjà Campêche, il régularisa le service des Indiens et le gouvernement des Espagnols, jusqu’à l’arrivée de son père l’adelantado: celui-ci vint alors de Chiapa, avec sa femme et sa maison, afin de prendre les rênes de l’autorité; il fut parfaitement reçu à Campêche, qu’il appela de son nom la ville de San-Francisco, et se transporta ensuite à la cité de Mérida.
§ XV.—Crueldades de los españoles en los naturales. Como se disculparon.
Que los indios recibian pesadamente el iugo de la servidumbre; mas los españoles tenian bien repartidos sus pueblos que abraçavan la tierra, aunque no faltava entre los indios quien los alterasse, sobre lo qual se hizieron castigos muy crueles, que fue causa que se apocasse la gente. Quemaron vivos algunos principales de la provincia de Cupul, y ahorcaron otros. Hizose informacion contra los de Yobain, pueblo de los Cheles, y prendieron la gente principal y metieronlos en una casa en cepos y pegaron fuego a la casa y se abrasaron vivos con la mayor inhumanidad del mundo, y dize este Diego de Landa que el vio un gran arbol cerca del pueblo en el qual un capitan ahorco muchas mugeres indias de las ramas, y de los pies dellas los niños sus hijos y que en este mismo pueblo, y en otro que dizen Verey, dos leguas del, ahorcaron dos indias la una donzella, y la otra rezien casada, no por otra culpa, sino porque eran muy hermosas, y temian que se rebolveria el real de los españoles sobre ellas, y porque pensassen los indios que no se les dava nada a los españoles de las mugeres, y que destas dos ay mucha memoria entre los indios y españoles por su gran hermosura y por la crueldad con que las mataron.
Que se alteraron los indios de la provincia de Cochua y Chectemal y que los españoles los apaziguaron de tal manera que siendo dos provincias las mas pobladas y llenas de gente, quedaron las mas desventuradas de toda aquella tierra, haziendo en ellas crueldades inauditas, cortando manos, braços, y piernas, y a las mugeres los pechos y echandolas en lagunas hondas con calabaças atadas a los pies, y dando de estocadas a niños porque no andavan tanto como las madres; y si los que llevavan en colleras enfermavan, o no andavan tanto como los otros, cortavanles entre los otros las cabeças por no pararse a soltarlos, y que trayan gran numero de mugeres y nombres captivos para su servicio con semejantes tratamientos. Y que sa afirma que don Francisco de Montejo no hizo ninguna destas crueldades, ni se hallo a ellas, antes le parecieron muy mal, pero que no pudo mas.
Que los españoles se desculpan con dezir que siendo ellos pocos, no podian sujetar tanta gente sin ponerles miedo con castigos terribles y traen exemplo de historias y de la passada de los Hebreos a la tierra de promission con grandes crueldades, por mandado de Dios, y que por otra parte tenian razon los indios de defender su libertad, y confiar en los capitanes que tenian muy valientes para entre ellos y pensavan que assi serian contra los españoles.
Que cuentan de un ballestero español y de un flechero indio que por ser muy diestros el uno y el otro se procuravan matar y no podian tomarse descuidados, y que el español fingio descuidarse puesta la una rodilla en tierra, y que el indio le dio un flechazo por la mano que le subio el braço arriba y le aparto las canillas una de otra, y que al mismo tiempo solto el español la ballesta y dio al indio por los pechos; y que sintiendose herido de muerte, porque no dixessen que español le avia muerto, corto un bexuco que es como minbre y muy mas largo, y se ahorco a vista de todos con el; y que destas valentias ay muchos exemplos.
§ XV.—Barbaries des Espagnols envers les indigènes; comment ils se disculpent.
Ce n’était pas sans douleur que les Indiens voyaient s’appesantir sur eux le joug de la servitude: mais les Espagnols tenaient leurs communes habilement réparties sur toute l’étendue du pays. Il n’en manqua cependant pas d’entre les Indiens qui excitassent leurs frères à la révolte, à quoi ceux-là répondirent par des châtiments cruels qui causèrent une diminution sensible dans la population. Quelques-uns des principaux seigneurs de la province de Cupul furent brûlés vifs et d’autres pendus. On fit une information juridique contre ceux de Yobaïn, ville des Chèles; on se saisit des plus distingués d’entre les chefs et on les mit aux fers, dans une maison, qu’ensuite on livra aux flammes. Ces infortunés furent brûlés vivants dans l’embrasement avec la plus grande inhumanité du monde, et ce Diego de Landa dit qu’il vit, près de cette ville, un grand arbre aux branches duquel un officier pendit un grand nombre de femmes indiennes, en pendant, en outre, leurs petits enfants à leurs pieds. Dans cette même ville et dans une autre du nom de Verey, à deux lieues de celle-là, ils pendirent deux Indiennes, l’une encore vierge, et l’autre mariée récemment, qui n’avaient d’autre crime que leur beauté. Ce fut au point que l’on craignit que les Espagnols ne se révoltassent eux-mêmes contre leurs chefs, à cause de ces femmes: les capitaines qui commandèrent cette barbarie n’en agirent de cette sorte que pour laisser croire aux Indiens que les Espagnols étaient insensibles à leurs femmes: aussi le souvenir de la beauté de ces deux victimes et la cruauté de ceux qui les condamnèrent, n’est-elle pas restée moins vivante parmi les Espagnols, que parmi les Indiens eux-mêmes[87].
Les Indiens des provinces de Cochua et de Chectemal s’étant soulevés, les Espagnols les pacifièrent si bien, que ces deux provinces, qui étaient auparavant les plus peuplées et les plus remplies de monde, demeurèrent les plus désolées de toute la contrée; ils commirent des cruautés inouïes, tranchant les mains, bras et jambes, coupant les mamelles aux femmes, les jetant dans des lagunes profondes avec des calebasses attachées aux pieds, frappant à coups de crosse les petits enfants, parce qu’ils ne marchaient pas aussi vite que leurs mères. Quant à ceux qu’ils emmenaient à la chaîne, s’ils devenaient malades et n’allaient pas comme les autres, ils leur coupaient la tête au milieu des autres pour ne pas se donner la peine de s’arrêter et de les délier; c’est avec ces traitements inhumains qu’ils traînaient à leur suite pour leur service un grand nombre d’hommes et de femmes qu’ils avaient réduits en esclavage. On affirme, cependant, que don Francisco de Montejo n’eut à se reprocher aucune de ces barbaries, et qu’il ne s’en commit jamais en sa présence; loin de là, il les condamna toujours, mais ne fut pas assez puissant pour y mettre un frein.
Les Espagnols s’efforcent de se disculper à ce sujet, en disant qu’étant en petit nombre, ils n’auraient pu soumettre tant de monde, s’ils ne leur avaient imposé par la terreur de ces terribles châtiments: ils apportent pour exemple l’histoire, comme aussi le passage des Hébreux à la terre de promission, où il y eut de si grandes cruautés commises par ordre de Dieu; mais, de leur côté, les Indiens avaient raison de chercher à défendre leur liberté et de mettre leur confiance dans les vaillants chefs qu’ils avaient parmi eux, dans l’espoir de se délivrer ainsi des Espagnols.
On raconte d’un arbalétrier espagnol et d’un archer indien, l’un et l’autre également adroits, que depuis quelque temps ils cherchaient à se surprendre mutuellement, mais qu’ils n’avaient pu réussir jusque-là à se trouver en défaut de vigilance. L’Espagnol feignant un jour de s’oublier un moment, mit un genou en terre: l’Indien lui lança alors une flèche à la main qui lui fit monter le bras et entr’ouvrir les jambes; mais au même instant l’Espagnol lâcha son coup d’arbalète à travers la poitrine de l’Indien; se sentant blessé à mort, celui-ci ne voulant pas qu’on pût dire qu’un Espagnol l’avait tué, coupa une liane, semblable à de l’osier, mais fort longue, et s’y pendit en vue de tous; et de ces actes de courage il y a un grand nombre d’exemples.