Relation des choses de Yucatan de Diego de Landa: Texte espagnol et traduction française en regard, comprenant les signes du calendrier et de l'alphabet hiéroglyphique de la langue maya; accompagné de documents divers histori
DEL PRINCIPIO Y FUNDACION
DESTOS CUYOS OMULES DESTE
SITIO Y PUEBLO DE YTZMAL
SACADA
DE LA PARTE PRIMERA DE LA OBRA DEL PADRE LIZANA TITULADA
HISTORIA DE NUESTRA SEÑORA DE YTZAMAL.
DU COMMENCEMENT ET DE LA FONDATION
DE CES OMULES SACRÉS DE CE
SITE ET VILLE D’IZAMAL
EXTRAIT
DU LIVRE PREMIER DE L’OUVRAGE DU PÈRE LIZANA, INTITULÉ
HISTORIA DE NUESTRA SEÑORA DE YTZAMAL[1].
1. Llamavan esta tierra en la gentilidad, tierra de pavos y venados, u luumil cutz, u luumil ceb, y la causa era porque la abundancia que destas cosas tenia de su naturaleza la tierra, en que mas se señalava que en otras..... Lo primero que se debe advertir es que esta tierra es la parte oriental de la Nueva-España, tierra firme con ella, por la parte del Puniente y conjunta con la de Guatemala por la parte de medio dia. Fué sujeta esta tierra al emperador de Mexico, Monteçuma: y si bien es verdad que avia aqui muchos reyecuelos y señores propios, reconocian y pagavan tributos al Monteçuma. Algunos dicen que le embiavan por tributo hijas destos reyeçuelos y otras principales donzellas, por ser hermosas. Otros que le embiavan mantas de lana y unas monedas que ellos usavan, y que oy se llaman cuzcas.
2. Y aunque es verdad que al tiempo de la conquista desta tierra de Yucatan, havia muchos reyeçuelos, segun la antigua noticia, en sus principios fué sujeta a solo un rey y señor y la tyrania vino á criar muchos señores y a ser muchos esclavos y perseguidores de otros, y assi se destruyeron, de suerte que dexando las ciudades y edificios de piedra, se huyian a los montes y se escondian las familias juntas. Y al mayor destos reconocian y estimaban por mayor cabeça, y assi creo que esto era lo que sucedio en la ley natural, y se siguió por muchos tiempos despues del diluvio, hasta que la tyrania dió traça de que huviessen reyes y cabeças, que sujetaron familias y assimismo se fundaron y nombraron reynos. Y volviendo de donde salimos, he dicho que huvo un rey solo y cabeças por que los edificios que oy se ven despoblados son de una misma manera y un mismo modelo, y todos fundados sobre cerros, ó cuyos, hechos á mano; y es de creer que entonces, por indulto y orden de uno se hazia y fabricava, pues todo iva de una forma misma.
Ay grande suma de vestigios destos edificios, y muchos dellos casi enteros y tan suntuosos y bien labrados de figuras y hombres armados, y animales de piedra blanca, con portadas de mucho primor, que sin duda son muy antiquissimos; si bien es verdad, que oy se ven algunos tan nuevos y blancos, y los marcos de puertas de madera, y estavan tan sanos, que no parecia haver veynte años que se edificaron, y a estos tales no los habitavan estos indios, quando llegaron los españoles, mas estavan en casas de paja en los montes, por familias, como dicho es: les servian empero de templos y sanctuarios, que ellos dezian, y sobre cada uno, en lo mas alto tenian su Dios, si bien falso, y alli le ofrecian sacrificios, á las vueltas muchos hombres y mugeres y niños, y assimismo hazian otras oraciones y ceremonias, ayunos penitencias que despues diré, por haber al intento que llevo, de los mas nombrados y suntuosos sanctuarios, ó el mas celebrado y reverenciado de los que en esta tierra avia, y adonde todos acudian de muchas partes, era este pueblo y cuyos de Ytzamal que oy llaman; y por que su fundacion es, como ya he dicho antiquissima, y que se sepa quien los fundó, se declarará en el capitulo siguiente.
3. La historia y autores que podemos alegar, son unos antiguos caracteres, mal entendidos de muchos y glossados de unos indios antiguos, que son hijos de los sacerdotes de sus Dioses, que son los que solo sabian leer y adivinar, y a quien creian y reverenciavan los demas como á Dioses destos: pues supieron los padres antiguos, que primero plantaron la Fé de Christo en Yucatan, que la gente de aqui, parte vino del puniente, y parte del oriente; y assi en su lengua antigua, nombran al oriente de otra manera que oy. Oy llaman al oriente Likin, que es lo mismo que donde se levanta el sol sobre nosotros, y al puniente llaman Chi-kin, que es lo mismo que caida ó final del sol, ó donde se esconde de nos otros. Y antiguamente dezian al oriente Cen-ial, Pequeña-Baxada, y al puniente Nohen-ial, la Grande-Baxada.
Y es el caso que dizen que por la parte del oriente baxó á esta tierra poca gente, y por la parte del puniente mucha; y con aquella silaba entendian poco ó mucho al oriente y puniente; y la poca gente de una parte, y la mucha de otra; y qual fuesse la una y la otra gente, remito al lector, que quisiere saber mas al P. Torquemada, en su Historia indiana, que alli verá como los Mexicanos vinieron del Nuevo-Mexico, y de alli aqui. Y como la isla Hispañola se poblo de Cartagineses, y de estos se pobló Cuba, y esta tierra, por saber edificar tan suntuosos edificios y sujetar á otras gentes, sino que como les faltó la comunicacion de Carthago, en los tiempos los convirtio con los climas en gente barbara y tosca.....
4. Ay en este pueblo de Ytzamal cinco cuyos ó cerros muy altos, todos levantados de piedra seca, con sus fuerças y reparos, que ayudan á levantar la piedra en alto, y no se ven edificios enteros oy, mas los señales y vestigios están patentes en uno dellos de la parte de mediodia. Tenian los antiguos un idolo el mas celebrado, que se llamava Ytzmal-ul, que quiere dezir el que recibe y possee la gracia, ó rozio, ó sustancia del cielo: y este idolo no tenia otro nombre, ó no se le nombravan, porque dizen que fue un rey, gran señor desta tierra, que era obedecido por hijo de dioses: y quando le preguntavan como se llamava, ó quien era, no dezia mas destas palabras: Ytzen caan, ytzen muyal, que era dezir yo soy el rozio ó sustancia del cielo y nubes.
Murió este rey y levantaron altares, y era oraculo, y despues se verá como le edificaron otro templo y para que. Quando vivia este rey idolo, le consultavan los pueblos las cosas que sucedia en las partes remotas, y les dezia esto, y otras cosas futuras. Assimismo le llevavan los muertos, y dizen que los resucitava, y á los enfermes sanava, y assi le tenian grande veneracion, y con razon si fuera verdad que era Dios verdadero, que solo puede dar vida á los muertos, y salud á los enfermos; pues es impossible que un hombre gentil, ni el demonio sino es el mismo Dios que es señor de la vida y de la muerte. Ellos pues creian esso, y no conocian otro Dios, y por esso dizen que los resucitava y sanava.
Otro altar y templo sobre otro cuyo levantaron estos indios en su gentilidad á aquel su rey ó falso Dios Ytzmat-ul, donde pusieron la figura de la mano, que les servia de memoria, y dizen que alli le llevavan los muertos y enfermos, y que alli resucitavan y sanavan, tocandolos la mano; y este era el que está en la parte del puniente; y assi se llama y nombra Kab-ul que quiere dezir mano obradora. Alli ofrecian grandes limosnas, y llevavan presentes, y hazian romerias de todas partes, para lo qual havian hecho quatro caminos ó calçadas á todos los quatre vientos, que llegavan á todos los fines de la tierra y passavan á la de Tabasco, y Guatemala y Chiapa, que aun oy se vé en muchas partes pedaços y vestigios dellos. Tanto era el concurso de gente que acudia á estos oraculos de Ytzmat-ul y Kab-ul, que havia hechos caminos. Assimismo havia otro cuyo, ó cerro de la parte del norte, que oy es el mas alto; que se llamava Kinich-Kakmó, y era la causa, que sobre él havia un templo, y en él un idolo, que se llamava assi, y significa en nuestra lengua. «Sol con rostro que sus rayos eran de fuego;» y baxava á quemar el sacrificio á mediodia, como baxava bolando la vacamaya, con sus plumas de varios colores.
Y este Dios ó idolo era venerado, y dezian que quando tenian mortandad, ó pestes, ó otros comunes males, ivan á él todos, assi hombres como mugeres, y llevando muchos presentes, les ofrecian, y que alli á la vista de todos baxava un fuego (como es dicho) á mediodia, y quemava el sacrificio; y les dezia el sacerdote lo que avia de suceder de lo que querian saber de la enfermedad, hambre ó mortandad, y conforme á esso quedavan ya sabidores de su mal ó su bien, si bien veian á las vezes lo contrario y no lo quo les dezia.
Avia assimismo otro cuyo llamado (aun oy en dia por los naturales) Ppapp-Hol-Chac, que es él en que oy está fundado el convento de mi padre San Francisco y significa en Castilla el nombre «Casa de las Cabeças y Rayos,» y es que alli moravan los sacerdotes de los dioses, y eran tan venerados, que ellos eran los señores y los que castigavan y premiavan, y á quien obedecian con grande estremo; y lo que ellos declaravan, creian con tanto estremo, que no avia cosa que fuesse creyble. En contrario llamavanse y se llaman oy los sacerdotes en esta lengua de Maya Ahkin, que se deriva de un verbo kinyah, que significa «sortear ó echar suertes.» Y por que los sacerdotes antiguos las echavan en sus sacrificios, quando querian saber ó declarar cosas que se les preguntava, los llamavan Alakin y oy llaman en su lengua al sacerdote de Christo Ahkin, como antiguamente llamavan a los de sus dioses falsos.
Otro cerro ay, que era casa y morada de un gran capitan que se llamava Hunpictok, y este está entre el mediodia y puniente; significa el nombre deste capitan en castellano, el «Capitan que tiene exercito de ocho mil pedernales,» que eran los hierros de sus lanças, y flechas con que peleavan en las guerras. Su officio deste era el mayor y esta gente servia de sujetar los vassallos y obligalles a que sustentassen al rey, ó idolo y á los sacerdotes y para defensa de todos los sujetos á este reyno y guarda de sus templos. Estos eran los oraculos mas nombrados de Ytzmat-ul ó Ytzamal, que oy llaman.
1. Au temps de la gentilité, ce pays s’appelait la Terre des Oisons et des Daims, u luumil cutz, u luumil ceb; la raison en était dans l’abondance qu’il y en avait naturellement dans le Yucatan. La première chose à observer, c’est que cette région est la partie orientale de la Nouvelle-Espagne, terre ferme avec elle du côté du couchant, et unie avec celle de Guatémala, du côté du midi. Ce pays fut sujet à Montézuma[2], empereur du Mexique, et s’il est vrai qu’il y avait ici un grand nombre de petits rois et de princes particuliers, ils le reconnaissaient néanmoins et payaient tribut à ce souverain. Quelques-uns disent qu’on lui envoyait pour tribut les filles de ces princes, ainsi que d’autres demoiselles de qualité, à cause de leur beauté. D’autres assurent qu’on lui envoyait des étoffes de laine[3] et de certaines monnaies à leur usage qu’on appelle aujourd’hui cuzcas.
N. 2. Quoiqu’il soit vrai de dire qu’au temps de la conquête de cette terre de Yucatan, il y avait beaucoup de petits rois, d’après les relations antiques, elle fut soumise au commencement à un seul monarque et seigneur; mais la tyrannie étant venue à donner naissance à un grand nombre de princes comme à la servitude et à la persécution contre d’autres, ils se ruinèrent de telle sorte, qu’abandonnant les villes et les édifices de pierre, ils se réfugièrent dans les forêts, où les familles vécurent réunies en petits groupes. Dans cette situation, c’était le plus grand qui exerçait l’autorité, et qu’on tenait pour chef principal; d’où je crois que c’est ce qui arriva dans la loi naturelle, et qui continua longtemps, à la suite du déluge, jusqu’à ce que la tyrannie eût donné lieu à ce qu’il existât des rois et des chefs qui assujettirent les familles, fondant des royaumes auxquels ils donnèrent ce nom. Mais pour retourner à l’objet qui nous occupe, j’ai dit qu’il y avait un roi unique et un seul chef; car les édifices que l’on voit aujourd’hui abandonnés, sont tous d’une même architecture et d’un même style, tous fondés sur des élévations ou Ku, faits à la main, ce qui donne à penser qu’alors, par l’ordre et le commandement d’un seul, tous ces édifices se seraient élevés, puisqu’ils se ressemblaient tous[4].
Il existe une grande quantité de vestiges de ces édifices; la plupart, encore presque entiers, sont si somptueux et si bien travaillés de figures et d’hommes armés et d’animaux en pierre blanche, avec des façades d’une grande beauté, qu’ils ne peuvent qu’être excessivement anciens; sans omettre, toutefois, qu’on en voit quelques-uns qui paraissent si neufs et si blancs, avec des linteaux de bois aux portes[5] qui étaient si sains, qu’on dirait qu’il n’y a pas vingt ans qu’ils ont été bâtis; cependant ces édifices n’étaient pas habités par les Indiens, lorsqu’arrivèrent les Espagnols[6], car ils demeuraient par familles dans des chaumières éparpillées au milieu des bois, comme je l’ai remarqué plus haut. Mais ils s’en servaient comme de temples et de sanctuaires, disaient-ils, et en chacun d’eux, à l’endroit le plus élevé, ils tenaient leur dieu, tout faux qu’il fût, et là, ils lui offraient des sacrifices, quelquefois d’hommes, de femmes ou d’enfants: c’est là également qu’ils faisaient leurs prières et leurs cérémonies, leurs jeûnes et pénitences, comme je le dirai ensuite, ne voulant, pour le moment, parler que des sanctuaires les plus renommés ou du plus célèbre qu’il y avait dans ce pays, et auquel on accourait de toutes parts. C’était cette ville et les temples d’Ytzamal, ainsi qu’on l’appelle aujourd’hui[7]; or, comme leur fondation est, ainsi que je l’ai dit, d’une très-haute antiquité, et qu’on sait qui les fonda, on le fera connaître dans le chapitre suivant.
3. L’histoire et les auteurs que nous pouvons citer, sont certains caractères antiques, mal entendus du plus grand nombre, et expliqués par quelques vieillards indiens[8] qui étaient fils des prêtres de leurs dieux; car ceux-ci étaient les seuls qui sussent lire et tirer des horoscopes, et les autres les croyaient et les vénéraient comme leurs dieux eux-mêmes; or nos pères les plus anciens, qui jetèrent les premiers fondements de la foi du Christ en Yucatan, apprirent d’eux que le peuple de ce pays était venu, partie du couchant et partie du levant; c’est pourquoi, dans l’ancienne langue, ils nommaient le levant autrement qu’aujourd’hui. Actuellement, ils appellent l’orient Likin, qui est la même chose que dire que de là le soleil se lève sur nous, et au couchant, ils disent Chi-kin, c’est-à-dire la chute ou la fin du soleil, ou là où il se cache de nous. Mais dans l’antiquité ils appelaient l’orient Cen-ial, petite descente, et l’occident Nohen-ial, grande descente.
En effet, on dit que du côté de l’orient il débarqua peu de monde dans ce pays, mais que du côté de l’occident il en vint beaucoup. A l’aide de cette syllabe, ils entendaient ou peu ou beaucoup, au levant ou au couchant; mais quoi qu’il en soit du peu d’un côté, et du beaucoup de l’autre, quelles que soient encore les nations arrivées alors, je remets le lecteur qui en voudra savoir davantage, au père Torquemada dans son Histoire indienne[9], où il verra que les Mexicains sortirent du Nouveau-Mexique, d’où ils vinrent par ici. Or, comme l’île espagnole se peupla de Carthaginois, et que de ceux-ci se peupla aussi Cuba, et ensuite cette contrée (car eux seuls furent en état de construire de si somptueux édifices et de s’assujettir les nations), les communications venant à manquer avec Carthage, ces populations, avec le temps et le climat, se changèrent en des gens rudes et barbares[10].
4. Il existe, dans cette ville d’Ytzamal, cinq pyramides sacrées ou collines très-élevées, entièrement édifiées de pierre sèche, avec leurs soutiens et contreforts, au moyen desquels la pierre se dresse jusqu’en haut; mais on ne voit aucun édifice en son entier aujourd’hui, quoiqu’il y ait des traces et des vestiges de ce qu’ils étaient, dans l’un d’entre eux qui se trouve du côté du midi. Les anciens avaient une idole qui était parmi eux la plus renommée, appelée Ytzmat-ul, ce qui signifie «celui qui reçoit et possède la grâce ou la rosée, ou la substance du ciel.» Cette idole n’avait pas d’autre nom, ou du moins on ne lui en donnait aucun; mais on ajoute que c’était un roi puissant dans cette région, à qui on obéissait comme au fils des dieux[11]. Quand on lui demandait comment il se nommait, qui il était, il ne répondait que par ces paroles: Ytzen caan, ytzen muyal, ce qui voulait dire: «Je suis la rosée ou la substance du ciel et des nuages.»
Ce roi étant mort, on lui érigea des autels, il fut un oracle, et on verra plus loin comment et pourquoi on lui éleva un autre temple. Au temps où ce roi-dieu vivait, les peuples venaient le consulter sur les choses à venir, des contrées les plus lointaines; et il le leur disait, ainsi que d’autres choses futures. On lui portait aussi les morts, et on disait qu’il les ressuscitait et qu’il guérissait les malades: c’est pourquoi on avait pour lui une grande vénération, et non sans raison, s’il eût été avéré qu’il fût le dieu véritable, qui seul peut donner la vie aux morts et la santé aux malades; ce qui est impossible de la part d’un gentil ou d’un démon, Dieu seul pouvant le faire, puisqu’il est le maître de la vie et de la mort. Mais ces peuples le croyaient ainsi, et ils ne connaissaient point d’autre dieu, et c’est à cause de cela qu’ils disaient qu’il ressuscitait et guérissait.
Ces mêmes Indiens érigèrent encore un autre autel avec un temple, durant la gentilité, à cet Ytzmat-ul, leur roi ou leur faux dieu: ils y mirent la figure d’une main qui était là pour le leur rappeler à la mémoire; car ils disent que c’était là qu’ils lui portaient leurs morts et leurs malades, et qu’il les ressuscitait et les guérissait, en les touchant de la main. Ce temple était celui qui est du côté du couchant, et il s’appelle et se nomme Kab-ul, ce qui signifie «la Main opératrice.» Là ils offraient des aumônes considérables et portaient des présents; on y venait de toutes parts en pèlerinage; c’est pourquoi ils avaient fait aux quatre vents quatre routes ou chaussées qui s’étendaient à toutes les extrémités du pays, allant jusqu’à la terre de Tabasco, de Guatémala et de Chiapa, de quoi l’on voit encore aujourd’hui des restes et des vestiges en beaucoup d’endroits. Tel était le concours de monde qui accourait à ces oracles d’Ytzmat-ul et de Kab-ul pour qui on avait fait ces routes[12]. Une autre pyramide ou colline sacrée existait du côté du nord, et c’est aujourd’hui la plus élevée: elle s’appelait Kinich-Kakmó, parce que à sa cime se trouvait un temple avec une idole qui s’appelait de ce nom, ce qui signifie dans notre langue «Soleil avec visage aux rayons de feu,» lequel descendait à midi pour brûler le sacrifice, de la même manière que descend en volant l’Ara aux plumes de couleurs diverses[13].
On avait beaucoup de respect pour ce dieu ou cette idole; car on disait que lorsqu’il y avait de la mortalité, des pestes ou autres calamités publiques, tout le monde s’adressait à lui, hommes et femmes, portant un grand nombre de présents, qu’ils offraient, et qu’à la vue de tous, un feu descendait (comme je l’ai dit) à l’heure de midi, et consumait le sacrifice[14]. Alors le prêtre leur disait ce qui devait arriver au sujet de ce qu’ils désiraient savoir, des maladies, de la famine ou de la mortalité, et suivant ces choses, ils demeuraient instruits du bien ou du mal à venir, quoiqu’il leur arrivât quelquefois le contraire de ce qu’on leur avait annoncé.
Il y avait une autre pyramide, nommée encore aujourd’hui par les naturels, Ppapp-Hol-Chac, qui est la même où est fondé actuellement le couvent de notre père saint François, et ce nom signifie en castillan «Maison des Têtes et des Éclairs[15]»: car c’était là que demeuraient les prêtres des dieux, où on les respectait et tenait pour seigneurs, d’où ils châtiaient et récompensaient, où on les servait avec l’obéissance la plus entière; c’était de là qu’ils déclaraient leurs oracles, auxquels on croyait avec une foi absolue, rien ne pouvant sortir de leur bouche qui ne fût croyable au dernier degré. En opposition à ces choses, les prêtres s’intitulaient et s’intitulent encore aujourd’hui, dans la langue de Maya, Ahkin, mot qui vient de Kinyah, qui signifie «jeter au sort ou tirer des présages.» Or, comme les prêtres d’autrefois les tiraient dans leurs sacrifices, lorsqu’ils voulaient savoir ou déclarer les choses qu’on leur demandait, on les appelait Alakin[16], et actuellement au prêtre du Christ, les Mayas disent dans leur langue Ahkin, de la même manière qu’anciennement ils disaient à ceux de leurs faux dieux.
Une autre pyramide était la maison et la demeure d’un grand capitaine nommé Hunpictok, qui est située entre le midi et le couchant. Le nom de ce capitaine signifie en castillan, le «capitaine qui a une armée de huit mille silex»[17], parce que c’étaient là les pointes des lances et des flèches avec lesquelles ils combattaient dans les guerres; sa charge était la principale, cette armée servant à tenir les vassaux dans la soumission, et à les obliger à maintenir le roi ou le dieu, ainsi que les prêtres[18], comme à défendre les sujets de ce royaume, et à garder leurs temples. Tels étaient les oracles les plus renommés d’Ytzmat-ul, ou Ytzamal, ainsi qu’on l’appelle aujourd’hui.
NOTES
[1] Voici le titre de ce livre, aujourd’hui si rare, tel que je l’ai trouvé dans Pinelo: Devocionario de Nuestra Señora de Itzmal, Historia de Yucatan i conquista espiritual, 1663.
[2] Il est douteux que la puissance de Montézuma se fit sentir au delà de la lagune de Terminos; mais l’auteur, ainsi que Landa, comprenant Tabasco dans les limites du Yucatan, on peut dire que sous ce rapport il avait raison. Les documents existants donnent tous à penser que les princes de la Péninsule étaient parfaitement indépendants.
[3] Il est fort douteux également que les Mayas eussent des étoffes de laine, quoiqu’ils en fabriquassent qui pussent à première vue passer pour telles.
[4] C’est à cause de ces élévations pyramidales que l’auteur donne aux monuments d’Izamal le nom d’Omul, dans le titre de ce chapitre. Voir Landa, §, note.
[5] Stephens, en plusieurs endroits de son ouvrage, parle de ces linteaux en bois, sculptés d’ordinaire, et qu’il trouva dans un état parfait de conservation. (Incidents of travel in Yucatan, vol. I, chap. 8, etc.)
[6] Il ne paraît pas qu’il en fût de même pour toutes les provinces du Yucatan. Voici ce qu’écrit, d’abord en parlant de Cozumel, l’aumônier de la flotte de Grijalva: «Nous entrâmes dans le village dont toutes les maisons étaient bâties en pierres. On en voyait entre autres cinq fort bien faites et dominées par des tourelles. La base de ces édifices est très-large et massive; la construction est très-petite dans le haut; ils paraissent être bâtis depuis longtemps, mais il y en avait aussi de modernes..... Ce village ou bourg était pavé en pierres concaves; les rues élevées sur les côtes descendaient en pente dans le milieu, qui était pavé entièrement de grandes pierres. Les côtés étaient occupés par les maisons des habitants; elles sont construites en pierres depuis les fondations jusqu’à la moitié de la hauteur des murailles et couvertes en paille. A en juger par les édifices et les maisons, ces Indiens sont très-ingénieux: si l’on n’avait pas vu plusieurs constructions récentes, on aurait pensé que ces bâtiments étaient l’ouvrage des Espagnols.» (Itinéraire du voyage de la flotte du roi catholique à l’île de Yucatan dans l’Inde, fait en l’an 1518, etc. Trad. Ternaux. Recueil de pièces relatives à la conquête du Mexique.) Dans le même document, l’auteur parle de villes sur la côte du Yucatan, d’une aussi belle apparence que Séville, etc.
[7] Autrefois les Mayas disaient Itzmat-Ul; aujourd’hui on appelle cette ville purement Izamal, quoique je trouve le mot fréquemment écrit Itzmal, qui paraît en être la vraie prononciation.
[8] Ces paroles prouvent que malgré les auto-da-fé de Landa, il était resté de ces livres au temps de Lizana, qui écrivait en l’an 1626. Ils existèrent d’ailleurs chez les Itzas du Peten jusqu’à l’époque de la destruction de ce peuple, en 1697, le dernier qui fût demeuré en corps de nation dans l’Amérique centrale. Il est probable même qu’on en trouverait encore parmi les Lacandons avec qui se mêlèrent les derniers restes des Itzas, qui refusèrent de se soumettre aux Espagnols.
[9] La Monarquia Indiana.
[10] Ceci est tout simplement une hypothèse du père Lizana. Il parait certain, toutefois, que l’île Espagnole ou Haïti, aussi bien que Cuba, furent anciennement habitées par des nations analogues à celles de Yucatan, avec qui ces îles furent toujours en relation. On trouve dans les montagnes de Cuba, dans l’intérieur de Haïti, et même de la Jamaïque, des débris de constructions cyclopéennes et des rochers sculptés, où ceux qui les ont vus ont cru reconnaître des caractères du même genre que les lettres hébraïques.
[11] «Avec les populations qui vinrent du côté de l’Orient, il y eut un homme qui était comme leur prêtre, appelé Zamná, qui, à ce qu’ils disent, fut celui qui donna les noms par lesquels on distingue aujourd’hui, dans leur langue, tous les ports de mer, les pointes de terre, les estuaires, les côtes et tous les parages, sites, montagnes et autres lieux de ce pays, que, certes, c’est une chose admirable, s’il en fut ainsi, qu’un tel partage de toute la terre où tout avait son nom, au point qu’il y a à peine un pouce de terrain qui ne l’ait dans leur langue.» (Cogolludo, Hist. de Yucatan, lib. IV, cap. 3.) Ailleurs cet auteur ajoute: «Les Indiens de Yucatan croyaient qu’il y avait un Dieu unique, vivant et véritable, qu’ils disaient être le plus grand des dieux, qui n’avait point de figure et ne pouvait se représenter, parce qu’il était incorporel. Ils l’appelaient Hunab-Ku (seul saint).... Ils disaient que de lui procédaient toutes choses...... et qu’il avait un fils, qu’ils nommaient Hun Ytzamna ou Yax-Coc-Ahmut.» (Id. ibid., cap. 6.) Quant à ce fils du Dieu unique, qu’ils reconnaissaient avoir, comme je l’ai dit, et qu’ils appelaient Ytzamna, je tiens pour certain que c’était l’homme qui le premier parmi eux inventa les caractères qui servaient de lettres aux Indiens, parce que celui-ci aussi ils l’appelaient Ytzamna et l’adoraient comme un dieu...... (Id. ibid., cap. 8.)
[12] Voir encore au § XLII, etc., ainsi que la note 2, page 352, de ce chapitre, à propos des rues pavées de grandes pierres.
[13] J’ai déjà dit que ce nom, écrit ailleurs Kinich-Kakmó, signifie plus littéralement «visage ou œil du soleil de l’ara de feu.»
[14] L’ara est un symbole du soleil dans des parties fort distinctes de l’Amérique, où il parait être opposé à celui du serpent, Lizana ajoute ailleurs à ce sujet: «.... Quant à ses rayons (ceux du soleil), quelques poëtes les appellent des cheveux ou des plumes dorées, d’où il semble y avoir une allusion à ce que disaient ces naturels des rayons du soleil, en adorant les plumes, aux couleurs variées de l’ara, comme aussi en faisant consumer leurs offrandes; je crois donc qu’ils symbolisaient par là l’embrasement des bois et le desséchement de la verdure, occasionnés par sa chaleur et ses rayons, puisque c’était pour eux le seul moyen de les brûler, afin d’ensemencer ensuite, cela étant l’unique charrue à leur service; n’en pouvant user d’autre que le feu, la terre n’offrant que de la pierre en tous lieux.» (Hist. de Nª. Sª. Ytzamal, cap. 10.) En effet, dans cette contrée comme dans beaucoup d’autres, quand les Indiens veulent préparer leurs semailles, ils mettent tout simplement le feu au bois et aux broussailles, sèment entre les cendres après la première pluie et laissent à l’incomparable fertilité du climat le soin de faire le reste.
[15] Cogolludo, rapportant l’idée de Lizana, dit que ces mots sont métaphoriques et doivent s’entendre par «Maison des prêtres des dieux.» Je crois que ni l’un ni l’autre n’a réfléchi au nom de Chac, qui, suivant Landa, était celui des dieux de l’orage, de la pluie et conséquemment des moissons, ce mot ayant le sens d’éclair ou de tonnerre. Le mot hol signifie tête ou chef, dans l’idée de principal, et doit se joindre à chac, ce qui donne au nom de ce temple le sens complet de Maison du Dieu principal des éclairs, et conséquemment de la pluie. Ce devait être le temple correspondant à celui de Tlaloc, au Mexique, dieu des orages et des moissons, représenté lançant la foudre. (Torquemada, Monarq. Ind., lib. VI, cap. 23.)
[16] Alakin me paraît être une faute d’impression qui doit se corriger par ahkin.
[17] Hunpic est la même mesure ou nombre, appelé en langue nahuatl xiquipilli, représenté par un sac de 8,000 noix de cacao. Tok est le silex. Cette divinité paraît être la même que le Tihax des Quichés et Cakchiquels, le Tecpatl des Mexicains, la lance ou la flèche, adorée par un grand nombre de populations, entre autres par la plupart des nations chichimiques du Mexique.
[18] Dans le Livre sacré (Popol Vuh) et dans le Codex Chimalpopoca, il est fait plus d’une fois allusion, lors de la création de l’homme (du noble, du guerrier), à ce qu’il doit être, le soutien, le nourricier des dieux. Le Manuscrit Cakchiquel donne, à ce sujet, une tradition fort remarquable; on y voit clairement la création de la noblesse guerrière, faite uniquement dans le but de soutenir le sacerdoce: «Ici Hunpictok, la noblesse guerrière est figurée sous le nom de Chay-Abah, l’Obsidienne: Chay-Abah est sorti de Xibalbay, du riche et du puissant Xibalbay. L’homme (le guerrier) est l’œuvre de son créateur et formateur, et celui qui soutient le Créateur, c’est Chay-Abah.... Et l’homme ayant été créé, fut perfectionné. Treize hommes et quatorze femmes furent ainsi faits... Ils se marièrent, et deux femmes furent les épouses d’un seul. C’est pourquoi l’homme commença à s’unir, l’homme supérieur (ou des temps antiques?)...... Ils eurent des filles et des fils, et ce fut là la première humanité. Ainsi se fit cette race, ainsi fut formé Chay-Abah qui protège l’entrée de Tullan (le premier royaume nahuatl) où nous étions. Ensemble sont les Zotzils qui ferment l’entrée de Tullan, où nous vînmes à être engendrés et mis au monde...» Zotzil ou Zotzlem est le nom antique de Cinacantlan, ville située à l’entrée de la vallée de Ghovel au Ciudad-Real de Chiapas, chemin d’Ococingo et de Palenqué.
CRONOLOGIA ANTIGUA
DE YUCATAN
Y EXAMEN DEL METODO CON QUE LOS INDIOS CONTABAN EL TIEMPO,
SACADA DE VARIOS DOCUMENTOS ANTIGUOS, POR DON JUAN PIO PEREZ,
JEFE POLITICO DE PETO, YUCATAN.
CHRONOLOGIE ANTIQUE
DU YUCATAN
ET EXAMEN DE LA MÉTHODE A L’AIDE DE LAQUELLE LES
INDIENS COMPUTAIENT LE TEMPS,
TIRÉS DE DIVERS DOCUMENTS ANCIENS, PAR DON JUAN PIO PEREZ, CHEF POLITIQUE
DE PETO, YUCATAN.
§ I.—Origen de las Triadecatéridas.
Los indios que poblaban esta peninsula yucateca que á la llegada de los españoles se llamaba Mayapan y mucho antes Chacnouitan, dividian el tiempo para contar y calcularlo casi del mismo modo que los tultecos sus ascendientes, diferenciandose solamente en la distinta coordinacion de sus grandes siglos.
La triadecatérida ó periodo de trece dias, resultado de sus primeras combinaciones, fué su numero sagrado en lo sucesivo, y procuraron usarlo y conservarlo ingeniosa y constantemente, sometiéndole todas las divisiones que imaginaron para concordar y arreglar sus calendarios al curso solar: asi es que dias, años y siglos fueron contados por periodos de trece partes.
Es muy probable que los indios ántes de la correccion de su computo usasen de neomenías para arreglar el curso anual del sol, señalando á cada neomenía veinte y seis dias, que es poco mas ó menos el tiempo en que la luna se deja ver sobre el orizonte en cada una de sus revoluciones. Dividieron este periodo en dos triadecatéridas que les sirvieron de semanas; señalando á la primera los trece primeros dias en que la luna nueva se dejaba ver hasta la llena; y á la segunda, los otros trece en que decreciendo se ocultaba á la simple vista.
Pasádose algun tiempo y con mejores observaciones conocieron que los veinte y seis dias ó las dos triadecatéridas no daban una lunacion completa, en que el año podia arreglarse con exactitud por lunaciones; por que las revoluciones solares no coinciden con las de la luna sino á largos espacios de tiempo. Seguros de esto y con mejores principios compusieron definitivamente su calendario, arreglandolo al curso del sol; mas conservando siempre sus triadecatéridas, no ya para concordarlas al curso aparente de la luna, sino para que les sirviesen como semanas para sus divisiones cronológicas.
§ I.—Origine des périodes de treize jours.
Les Indiens qui peuplaient cette péninsule appelée Mayapan, et plus anciennement Chacnouitan, divisaient le temps pour le computer et le calculer, à peu près de la même manière que les Toltèques, leurs ancêtres, n’y ayant de différence que dans la coordination particulière de leurs grands cycles.
Les triadécaterides ou périodes de treize jours, résultat de leurs premières combinaisons, devinrent ensuite leur nombre sacré[1]; ils s’efforcèrent donc de s’en servir ingénieusement et de le conserver avec non moins de constance, en y subordonnant toutes les divisions qu’ils inventèrent, pour concorder et régler leurs calendriers au cours du soleil; c’est ainsi que les jours, les ans et les cycles furent computés par périodes de treize parties.
Il est fort probable qu’avant la correction de leur comput, les Indiens se servaient de néoménies, pour régler le cours annuel du soleil, assignant à chaque néoménie vingt-six jours, ce qui est un peu moins que le temps où la lune se laisse voir à l’horizon en chacune de ses révolutions. Ils partagèrent cette période en deux treizaines qui leur servaient de semaines, assignant à la première les premiers treize jours où la nouvelle lune se montrait jusqu’à ce qu’elle fût pleine, et aux seconds les autres treize, où, en décroissant, elle se cachait à la simple vue.
Avec le temps et des observations constantes, ils reconnurent que les vingt-six jours ou les deux treizaines ne donnaient pas une lunaison entière, et que l’année pouvait d’autant moins se régler par néoménies, que les révolutions solaires ne coïncident pas avec celles de la lune, excepté à de longs intervalles. En ajoutant cette connaissance à des principes plus corrects, ils finirent par mettre leur calendrier d’accord avec le cours du soleil, en conservant toujours, néanmoins, leurs périodes de treize jours, non plus pour les faire concorder avec la marche apparente de la lune, mais bien afin de s’en servir comme de semaines pour leurs divisions chronologiques.
§ II.—Del dia y de sus divisiones.
Al dia llamaban Kin, es decir sol, y en esto se parecen á otras naciones que cuentan los dias por soles: lo dividian en dos partes naturales, á saber la noche y el tiempo en que aquel astro está sobre el orizonte. En este distinguian la parte que antecede al nacimiento del sol, expresándola con las palabras hach hatzcab, muy de mañana, ó con la de malih-okoc kin, antes que salga el sol, ó con la de pot akab que señala la madrugada. Con la palabra hatzcab designaban el tiempo que corre de la salida del sol al medio dia, á este lo llamaban chunkin que es contraccion de chumuc-kin, centro del dia ó medio dia; aunque en la actualidad designan con esta palabra las horas que se acercan al media dia. Tzelep-kin llamaban la hora en que el sol declina en el arco diurno aparentemente, esto es, á las tres de la tarde. Oc-na-kin es la entrada de la noche ó puesta del sol. Para significar la tarde, dicen que cuando refresca el sol y lo espresan diciendo cu ziztal kin. La noche es akab: su mitad ó media es chumuk-akab, y para señalar el tanto del dia ó de la noche intermedio á los puntos dichos, señalan en el arco diurno del sol lo que este habia corrido ó correrá, y por la noche la salida ó estado de alguna estrella ó planeta conocida.
Los dias son veinte, que por lo regular se dividen de cinco en cinco, para la mejor inteligencia de las reglas que se darán despues.
| Primera quinterna. | Segunda. | Tercera. | Quarta. |
|---|---|---|---|
| Kan. | Muluc. | Gix (ó hix). | Cauac. |
| Chicchan. | Oc. | Men. | Ajau (ó ahau). |
| Quimij (ó cimij). | Chuen. | Quib (ó cib). | Ymix. |
| Manik. | Eb. | Caban. | Yk. |
| Lamat. | Been. | Edznab (ó Eɔnab). | Akbal. |
Es necesario advertir que la traducion de estos nombres no es tan facil como podia considerarse, ya porque se han anticuado, ya porque las palabras se tomaron de alguna lengua estraña; ó finalmente por que como no están en uso, y su escritura no está bien arreglada á la pronunciacion tienen varios significados sin poderse atinar él que tenian verdaderamente. 1. Kan, en la actualidad significa el mecate ó hilo de henequen torcido.—2. Chicchan, si fuera chichan se entenderia pequeño, mas del modo escrito no es conocida su significacion.—3. Cimi: asi es el pretérito del verbo cimil morirse.—4. Manik, es perdida su verdadera acepcion; pero si se divide la espresion man-ik viento que pasa, quizá se entenderia lo que fué.—5. Lamat, este se ignora lo que debe significar; entre los nombres de los dias que Boturini hallo en Oaxaca se halla escrito Lambat.—6. Muluc, se halla igualmente entre los del referido Chiapas: aunque si es raiz del verbal mulucbál, pudiera entenderse por reunion á amontonamiento.—7. Oc es lo que cabe en el hueco de la mano encogida, formando concha.—8. Chuen: antiguamente se decia para significar tabla chuenché; tambien hay un árbol llamado zac chuenché, ó chuenché blanco.—9. Eb, se dice por la escalera.—10. Been tambien es nombre chiapaneco como los dichos anteriormente, y solo se halla en el idioma maya el verbo beentah gastar con economia.—11. Gix ó Hix esta entre los de Chiapas; en el uso actual se encuentra el verbo hiixtah bajar toda la fruta de un árbol, quitar todas las hojas de una rama; y el nombre iixcay como antiguamente se escribia; que significa levisa ó lija, cuero de un pez, y la palabra hihixci aspero.—12. Men, artifice.—13. Quib ó cib cera, vela ó copal.—14. Caban, de significacion desconocida.—15. Edznab ó Eɔnab, del mismo modo desconocida.—16. Cauac, idem.—17. Ahau, el rey ó el periodo de 24 años.—18. Ymix, desconocido.—19. Yk, viento, aire.—20. Akbal desconocido: tambien se halla entre los dias chiapanecos, escrito Aghual.
§ II.—Du jour et de ses divisions.
Le jour était appelé kin dans la langue maya, c’est-à-dire soleil, suivant en cela la coutume de plusieurs autres nations, de compter par soleils: ils le divisaient en deux parties naturelles, savoir la nuit et le temps où l’astre demeure sur l’horizon. Ils distinguaient aussi le moment qui précède le lever du soleil qu’ils exprimaient par ces paroles hach-hatzcab, de très-bon matin, ou par celles-ci: malih-ocok-kin, avant la sortie du soleil, ou encore par celles de pot-akab, qui énonce le point du jour. Par le mot hatzcab ils désignaient le temps qui s’écoule de l’apparition du soleil jusqu’à midi, qu’ils appelaient chunkin, contracté de chumuc-kin, centre ou milieu du jour[2], quoique aujourd’hui ils désignent ainsi les heures qui se rapprochent du milieu du jour. Tzelep-kin était l’heure où le soleil décline apparemment vers l’arc diurne, c’est-à-dire trois heures du soir: Oc-na-kin est l’entrée de la nuit ou le coucher du soleil. Pour signifier le soir, ils disent que c’est le moment où le soleil se repose, et ils l’énoncent en disant cu ziztal kin. La nuit se nomme akab; pour minuit on dit chumuc-akab et pour signifier les intervalles entre ces divers points, ils signalent dans l’arc diurne ce que le soleil y a parcouru ou doit parcourir encore et, dans la nuit, l’apparition ou l’état de quelque étoile ou planète connue[3].
Les jours sont au nombre de vingt; on les partage d’ordinaire en cinq pour mieux faire comprendre les règles qui viennent ensuite[4].
| Premier cinq. | Deuxième. | Troisième. | Quatrième. |
|---|---|---|---|
| Kan. | Muluc. | Hix. | Cauac. |
| Chicchan. | Oc. | Men. | Ahau. |
| Cimi. | Chuen. | Cib. | Ymix. |
| Manik. | Eb. | Caban. | Yk. |
| Lamat. | Been. | Eɔnab ou Edznab. | Akbal. |
Ce qu’il y a à remarquer ici, c’est que la traduction de ces noms n’est pas aussi facile qu’on pourrait se l’imaginer; soit parce qu’ils sont tombés en désuétude, ou bien pour avoir été empruntés à quelque langue étrangère; soit aussi que, leur orthographe n’étant pas d’accord avec la prononciation, ils prêtent à plusieurs interprétations à la fois, sans qu’on puisse en découvrir le sens véritable. 1. Kan aujourd’hui signifie la corde ou le fil de henequen tordu[5].—2. Chicchan, en supposant que ce fût chichan, voudrait dire petit; mais tel qu’il est écrit on n’en connaît pas la signification.—3. Quimi ou cimi est le prétérit du verbe cimil, mourir[6].—4. Manik a perdu son acception véritable; mais, en le décomposant, man-ik, on y trouve le vent qui passe, qui en est peut-être le sens ancien.—5. Lamat; on ignore absolument ce que celui-ci devrait signifier; mais, entre les noms que Boturini donne des jours du calendrier d’Oaxaca, on le trouve écrit Lambat.—6. Muluc se trouve également parmi ceux du calendrier de Chiapas; mais comme ce mot est aussi la racine du dérivé verbal mulucbal, il pourrait s’entendre par réunion ou amoncellement.—7. Oc est ce que contient le creux de la main à demi fermée en forme de coquille.—8. Chuen; anciennement pour désigner une planche on disait le mot chuen-ché; il y a également un arbre qu’on appelle Zac-chuen-che[7], ou chuenché blanc.—9. Eb se dit pour un escalier.—10. Been est également un nom chiapanèque comme ceux qu’on a dit précédemment; seulement on trouve dans la langue maya le verbe beentah, dépenser avec économie[8].—11. Gix ou Hix se trouve encore parmi ceux de Chiapas; dans l’usage actuel on a le verbe hiixtah, faire la cueillée de tout le fruit d’un arbre, ou enlever toutes les feuilles d’une branche; le mot iixcay, ainsi qu’on l’écrivait autrefois signifiait la peau de poisson, et le mot hihixci, âpre[9].—12. Men, édificateur.—13. Quib ou cib est la cire ou le copal.—14. Caban, sens inconnu.—15. Edznab ou Eɔnab est également inconnu[10].—16. Cauac, inconnu.—17. Ahau, le roi ou la période de 24 ans.—18. Ymix, inconnu[11].—19. Ik est le vent ou le souffle[12].—20. Akbal, incompréhensible: il se trouve aussi entre les jours du calendrier chiapanèque, écrit aghual[13].
§ III.—De la semana.
Ninguna debe figurarse que la semana de los antiguos indios se parazca en mucho á la nuestra, esto es, que sea la revolucion de siete dias, señalados con un nombre particular: porque aquella era el curso periodico de trece numeros que se aplicaban indistintamente á los veinte dias del mes, segun su orden numerico.
El año se componia de veinte y ocho semanas y un dia, resultando de este sobrante que el curso de los años seguia la misma progresion ordenada de los trece numeros de la semana; asi es que si el año comenzaba por el numero primero de ella, el siguiente debia principiar precisamente por el segundo y asi sucesivamente hasta cerrar sus trece números, formándose una semana de años ó una indiccion como se dirá despues.
§ III.—De la semaine.
On ne doit pas s’imaginer que la semaine des anciens Indiens ait la moindre ressemblance avec la nôtre, c’est-à-dire que ce soit la révolution de sept jours, signalés par un nom particulier; leur semaine, au contraire, était une période de treize nombres qui s’appliquaient indistinctement aux vingt jours du mois, dans leur ordre numérique.
L’année étant composée de vingt-huit semaines et un jour, le cours des années, en raison de cet excédant, suivait la progression arithmétique des treize nombres de la semaine; en sorte que si une année commençait par le numéro 1, la suivante commençait par 2, et ainsi de suite jusqu’à la clôture des treize années, qui formaient une indiction, comme on le verra tout à l’heure.
§ IV.—Del mes.
El mes en lengua yucateca se llamaba U, que tambien significa luna, corroborando esto la presuncion de que los indios pasaron del computo de las lunaciones ó neomenías, como por escala para fijar el curso solar, llamando luna á los meses; pero en los manuscritos antiguos se le dá el nombre de Uinal en singular y Uinalob en plural á los diez y ocho meses del año, haciendose estensiva esta denominacion ó palabra á la série, y á cada uno de los nombres particulares que señalan los veinte dias que componen el mes.
Como los nombres de los dias son tantos cuantos eran los del mes, resultaba que sabido el titular con que daba principio el año y que los indios llamaron Cuch haab (cargador del año) se sabia ya el primero de todos los meses siguientes; distinguiendose solamente en que al contarlos se les añadia el número de la semana en que pasaban. Mas siendo esta de trece numeros, era preciso que el mes constare de una semana y siete numeros mas para completar los veinte dias de que se formaban; de modo que si el mes principiaba por el número primero, terminaba por el septimo de la siguiente, y el segundo mes por consecuencia en el numero ocho. Ahora para saber los numeros ó tanto de la semana en que debian comenzar los meses, inventaron la regla que llamaban bukxoc ó cuenta general que es la siguiente.
| 1 | Hun in uaxac | de | 1 | á | 8 |
| 8 | Uaxac in ca | de | 8 | á | 2 |
| 2 | Ca in bolon | de | 2 | á | 9 |
| 9 | Bolon te ox | de | 9 | á | 3 |
| 3 | Ox te lahun | de | 3 | á | 10 |
| 10 | Lahun te can | de | 10 | á | 4 |
| 4 | Can in buluc | de | 4 | á | 11 |
| 11 | Buluc te hó | de | 11 | á | 5 |
| 5 | Hó in lahca | de | 5 | á | 12 |
| 12 | Lahca in uac | de | 12 | á | 6 |
| 6 | Uac te oxlahun | de | 6 | á | 13 |
| 13 | Oxlahun te uuc | de | 13 | á | 7 |
| 7 | Uuc in hun | de | 7 | á | 1 |
| 1 | Hun in uaxac | de | 1 | á | 8 |
| 8 | Uaxac in ca | de | 8 | á | 2 |
| 2 | Ca in bolon | de | 2 | á | 9 |
| 9 | Bolon te ox | de | 9 | á | 3 |
| 3 | Ox te lahun | de | 3 | á | 10 |
Los diez y ocho numeros 1, 8, 2, 9, 3, 10, 4, 11, 5, 12, 6, 13, 7, 1, 8, 2, 9, 3, son otros tantos principios de meses, de tal suerte dispuestos que debiendo comenzar el año por uno de ellos, los diez y siete restantes van de sucesiva, cada uno siendo precisamente el numero con que deben principiar los demas meses del año señalado, yá sea pasado, presente ó venidero.
Los meses como se ha dicho son diez y ocho, y sus nombres son los siguientes.
En la traducion de estos nombres resultará lo mismo que en lá de los dias, pues por ser algunos tan antiguos ó tomados de estraño idioma no se sabe lo que significan y los otros teniendo á veces dos acepciones se ignora la cierta.—1. Pop estera ó petate. 2. Uo, rana.—3. Zip solo hay un árbol llamado Zipché.—4. Zodz ó Zoɔ, murciélago.—5. Zeec se ignora.—6. Xul, termino.—7. Dzeyaxkin se ignora.—8. Mol, reunir, recoger, y mool significa garra de animal.—9. Chen, pozo.—10. Yáx, verde ó azúl ó de yáx primero, ó principio del sol de primavera.—11. Zac, blanco.—12. Queh ó Ceh, venado.—13. Mac, tapar, cerrar.—14. Kankin, sol amarillo, quizá por que en este mes por las quemas de los montes rozados para sembrar, el sol ó su luz se pone amarilla por el humo de la atmósfera.—15. Moan, significaba el dia nublado dispuesto á lloviznar á ratos.—16. Páx, instrumento de musica.—17. Kayab, canto.—18. Cumkú, la fuerte explosion como de un cañonazo lejano que se oye, y al principio de las aguas producido quizá por los pántanos que se hienden al secarse, ó por las explosiones del rayo en turbonadas distantes. Tambien llamanse hum-kú sonido ó ruido de Dios.
§ IV.—Du mois.
Le mois, en langue yucatèque, s’appelait U, qui signifie aussi lune, ce qui vient à l’appui de l’idée que les Indiens abandonnèrent la computation des mois lunaires ou néoménies, pour déterminer le cours du soleil, en continuant toutefois à nommer les mois des lunes: mais, dans les manuscrits anciens, on donne le nom de Uinal, au singulier, et de Uinalob, au pluriel, aux dix-huit mois de l’année, cette dénomination s’étendant à toute la série et à chacun des noms particuliers qui signalent les vingt jours dont se compose le mois[14].
Les noms des jours étant égaux en nombre aux jours des mois, il s’ensuivait que le premier jour de l’année que les Indiens appelaient Cuch-haab (porteur de l’année) étant connu, on connaissait naturellement le nom du premier jour de chacun des mois suivants; on les distinguait l’un de l’autre, en ajoutant simplement le chiffre de la semaine à laquelle ils appartenaient respectivement. Mais cette semaine étant de treize jours, le mois comprenait conséquemment une semaine et sept jours; de sorte que si le mois commençait avec le numéro un, il terminait avec le chiffre sept de la semaine suivante, et le second commençait avec le numéro huit. Ainsi, pour reconnaître les chiffres de la semaine, par lesquels devaient commencer les mois, ils avaient inventé la règle suivante, qu’ils appelaient bukxoc ou comput général.
| 1 | Hun in uaxac | de | 1 | à | 8 |
| 8 | Uaxac in ca | de | 8 | à | 2 |
| 2 | Ca in bolon | de | 2 | à | 9 |
| 9 | Bolon te ox | de | 9 | à | 3 |
| 3 | Ox te lahun | de | 3 | à | 10 |
| 10 | Lahun te can | de | 10 | à | 4 |
| 4 | Can in buluc | de | 4 | à | 11 |
| 11 | Buluc te hó | de | 11 | à | 5 |
| 5 | Hó in lahca | de | 5 | à | 12 |
| 12 | Lahca in uac | de | 12 | à | 6 |
| 6 | Uac te oxlahun | de | 6 | à | 13 |
| 13 | Oxlahun te uuc | de | 13 | à | 7 |
| 7 | Uuc in hun | de | 7 | à | 1 |
| 1 | Hun in uaxac | de | 1 | à | 8 |
| 8 | Uaxac in ca | de | 8 | à | 2 |
| 2 | Ca in bolon | de | 2 | à | 9 |
| 9 | Bolon te ox | de | 9 | à | 3 |
| 3 | Ox te lahun | de | 3 | à | 10 |
Les dix-huit chiffres 1, 8, 2, 9, 3, 10, 4, 11, 5, 12, 6, 13, 7, 1, 8, 2, 9, 3, sont donc autant d’autres signes initiaux des mois, disposés de telle manière, que l’année devant commencer avec l’un d’eux, les dix-sept autres viennent successivement, chacun étant précisément le chiffre avec lequel doivent commencer les autres mois de l’année signalée, passée, présente ou à venir[15].
Les mois sont, comme on l’a dit, au nombre de dix-huit et leurs noms sont les suivants:
| 1. | Pop | commençant au | 16 juillet. |
| 2. | Uo | — | 5 août. |
| 3. | Zip (sip) | — | 25 août. |
| 4. | Zoɔ (sodz) | — | 14 septembre. |
| 5. | Zeec (seec) | — | 4 octobre. |
| 6. | Xul (choul) | — | 24 octobre. |
| 7. | Dze-yaxkin (dzeyachkin) | — | 13 novembre. |
| 8. | Mol | — | 3 décembre. |
| 9. | Chen (djen) | — | 23 décembre. |
| 10. | Yaax (yaach) | — | 12 janvier. |
| 11. | Zak (sac) | — | 1 février. |
| 12. | Ceh (qeh) | — | 21 février. |
| 13. | Mac | — | 13 mars. |
| 14. | Kankin | — | 2 avril. |
| 15. | Moan | — | 22 avril. |
| 16. | Pax (pach) | — | 12 mai. |
| 17. | Kayab | — | 1 Juin. |
| 18. | Cumku | — | 21 Juin. |
En transcrivant ici ces noms, il arrive naturellement ce qui est arrivé pour les noms des jours: l’antiquité de quelques-uns et, peut-être, l’origine étrangère de quelques autres, ne permettant guère d’en donner une traduction exacte et nous offrant quelquefois deux acceptions au lieu d’une. 1. Pop est la natte.—2. Uo signifie grenouille.—3. Zip est la racine du mot zipché, qui est un arbre[16].—4. Zoɔ est la chauve-souris.—5. Zeec est inconnu[17].—6. Xul signifie le terme ou la fin.—7. Ɔe-yaxkin sans signification[18].—8. Mol, réunir, recouvrer, et mool est la griffe ou la serre d’un animal.—9. Chen est le puits ou le réservoir d’eau.—10. Yaax, verd ou bleu, ou Yax, premier, primitif, premier soleil du printemps.—11. Zac, blanc.—12. Qeh ou Ceh, cerf ou grand gibier.—13. Mac, fermer, boucher.—14. Kankin, soleil jaune, ainsi nommé peut-être parce que, durant ce mois, le soleil apparaît souvent jaune dans l’atmosphère, à cause de la fumée des broussailles que l’on brûle, avant les semailles, dans les campagnes[19].—15. Moan signifiait un jour couvert, disposé à de petites pluies[20].—16. Páx est le nom d’un instrument de musique[21].—17. Kayab signifie le chant.—18. Cumkú est le bruit d’une explosion, entendue au loin, comme celui qui peut être produit, vers le temps de la saison des eaux, dans les marais qui se fendent par la sécheresse, ou par l’éclat du tonnerre accompagné d’averses lointaines: ce bruit s’appelle également hum-kú, bruit ou résonnement divin[22].
§ V.—Del Año.
Hasta el presente llaman los indios al año haab (háb) y en su gentiládad comenzaba el diez y seis de julio, siendo digno de notarse que habiendo querido sus progenitores fijar el principio del año en el dia en que el sol pasa por el zenit de esta peninsula para ir á las regiones australes; sin mas instrumentos astronómicos para sus observaciones que la simple vista, solo se hayan equivocado en 48 horas de adelante. Esta pequeña diferencia prueba ciertamente, que procuraron fijar sino con la mayor exactitud, al menos con la mayor aproximacion, el dia en que el astro regulador del tiempo pasa por el punto mas culminante de nuestra esfera, y que conocian el uso y resultados del gnomon en los dias mas tempestuosos de las lluvias.
El año constaba segun se ha dicho de diez y ocho meses y estas de veinte dias y como solo resultaba de todos ellos 360, para completar los 365 que debe tener, le agregaron cinco dias mas, que llamaron innominados ó sin nombre, por que no hacian parte de mes alguno, y esto quiere decir xma kaba kin.
Tambien los llamaron uayab ó nayeb haab; mas esta denominacion tiene dos interpretaciones, por que la palabra nayeb puede derivarse del nombre nay que significa cama, celda ó aposento, presumiendo que los indios creyesen que en ellos descanse el año, ó el siguiente saliese como de un depósito, conjetura que tiene en su apoyo él que en algunos manuscritos se llamase u ná haab, madre del año, ó nayab çhab, cama ó aposento de la creacion. Algunos los llamaban u yail kin ó u yail haab que se traduce lo doloroso ó trabajoso de los dias ó del año, porque creian que en ellos sobrevenian muertes repentinas, pestes; y que fuesen mordidos por animales ponzoñosos ó devorados por las fieras, temiendo que si salian al campo á sus labores se les estacase algun palo, ó les sucediese cualquiera otro genero de desgracia.
Por todos estos motivos los destinaban á celebrar de un modo particular, la fiesta del dios Mam, abuelo. A este le traian y festejaban con gran pompa y magnificencia el primer dia; en el segundo se disminuía la solemnidad; el tercero le bajaban del altar y colocaban en medio del templo: el cuarto le ponian á los lumbrales ó puertas del mismo, y el quinto hacian la ceremonia de echarle y dispedirle para que se fuese y pudiese principiar el año nuevo en el siguiente que es el primer dia del mes Pop, á 16 de julio.
Ya se dijo que para completar los 365 dias del año se tomaban los cinco dias primeros de los veinte que traía el mes, y de esto resultaba que al año siguiente comenzaba por el sexto; el tercer año por el onzeno y el cuarto por el decimo sesto, volviendo el quinto año al primer dia; rodando siempre sobre los dias Kan, Muluc, Hix y Cauac (por lo cual los llamaron cargadores de años ó cuch haab) y siguiendo el orden correlativo de la semana en sus trece numeros.
§ V.—De l’année.
Les Indiens ont continué jusqu’aujourd’hui à appeler l’année haab (háb), et au temps de la gentilité, elle commençait au 16 de juillet, mais il est juste de remarquer que leurs ancêtres, ayant voulu fixer le commencement de l’année au jour où le soleil passe par le zénith de cette péninsule, pour aller aux régions australes, sans avoir eu d’autres instruments astronomiques, pour leurs observations, que l’œil nu, ils ne se sont trompés que de 48 heures en avance. Cette légère différence prouve certainement qu’ils étaient arrivés à déterminer avec la dernière exactitude, au moins avec autant de correction que possible, le jour où l’astre, régulateur du temps, passe par le point culminant de notre sphère, et qu’ils connaissaient l’usage du gnomon et de ses résultats, même aux jours les plus orageux de la saison des pluies.
On a déjà dit que l’année se composait de dix-huit mois, et ceux-ci chacun de vingt jours; ce qui donnait un résultat de 360: pour compléter les 365, on en ajoutait cinq autres qu’on appelait xma kaba kin, jours sans nom, parce qu’ils ne faisaient partie d’aucun mois.
On les appelait aussi uayab ou nayeb haab, ce qui s’entend de deux manières différentes; car le mot uayab peut venir de uay qui signifie lit, ou nayeb de nay qui est la chambre, le lieu de repos, dans l’idée que les Indiens auraient eue qu’alors l’année se reposait. A l’appui de cette conjecture, on trouve dans quelques manuscrits que ces jours s’appelaient u na haab, mère de l’année, ou uayab çhab (djab), lit ou chambre de la création[23]. Quelques-uns les désignaient aussi sous le nom de u yail kin ou u yail haab qui se traduit par la peine ou le travail des jours ou de l’année; car ils croyaient qu’il leur surviendrait alors des morts subites, des pestes, qu’ils seraient mordus par des reptiles venimeux ou dévorés par des animaux féroces; aussi craignaient-ils alors, s’ils allaient aux champs, d’être écrasés par la chute d’un arbre ou qu’il leur arrivât quelque autre accident fâcheux[24].
C’est dans cette appréhension qu’ils avaient destiné ces jours à célébrer la fête du dieu Mam, l’aïeul. Le premier jour, ils le portaient en procession et le fêtaient avec une grande magnificence; au second, la solennité était moindre; le troisième, ils descendaient le dieu de l’autel et le plaçaient au milieu du temple; le quatrième, ils le colloquaient entre les linteaux ou aux portes de l’édifice, et le cinquième ils faisaient la cérémonie de le mettre dehors et de prendre congé de lui, afin qu’il s’en allât et que l’on pût commencer le nouvel an le lendemain, qui était le premier jour du mois Pop, au 16 de juillet.
On a déjà fait remarquer que les Mayas, afin de compléter les 365 jours de l’année, prenaient les cinq premiers des vingt que comportait le mois: il en résultait que l’année suivante commençait avec le sixième, la troisième année par le onzième, la quatrième avec le seizième, reprenant pour la cinquième année le premier jour, ce qui faisait qu’on avait toujours l’un après l’autre les signes Kan, Muluc, Hix et Cauac, en suivant l’ordre corrélatif de la semaine dans les treize nombres, ce qui fit donner à ces quatre signes le nom cuch haab ou porteur de l’année.
§ VI.—Del Bisiesto.
Como el curso sucesivo de los trece números de la semana dan principio á otros tantos años, alternándose precisamente los cuatro dias iniciales, es dificil intercalar en el año un dia mas, para formar el bisiesto sin que las dos circumstancias espuestas no padezcan interrupcion; pero como el bisiesto es muy necesario para integrar el curso solar y este lo tenian los indios bien conocido, sin duda alguna, hacian la intercalacion, aunque del modo de verificarla no hayan dejado noticia alguna; par lo cual se tratará del que usaban los mexicanos por ser muy analoga su cronologia á la de nuestros indios habiendo tenido un mismo orígen. Veytia en el capitulo primero de su Historia antigua de Mexico, sacada segun él, de los geroglificos y pinturas que como anales nacionales se conservaban en su tiempo, asegura que conforme al sentir de los escritores mexicanos, el bisiesto se hacia de dos modos: Uno añadiendo al fin del decimo octavo mes, un dia, que era señalado con el geroglifica del anterior, aunque con diferente número de la semana; y el otro modo era aumentando los dias intercalares hasta seis, y marcando este último del mismo modo yá dicho en el primer método. En ambos casos se perturba el orden numérico con que correlativamente se suceden los años hasta los trece en que forman la semana, por que resultaria que el quinto año seria marcado con el número seis de la semana, y no con el 5 que correlativamente le corresponde pasando del 4 al 6: y saltándose cada cuatro años un número, jamás se conseguiria la cordinacion numeral de los trece años que invariablemente se advierte, y en que consiste el artificio ingenioso de las ruedas para formar las indiciones ó semanas de años que componen el siglo de 52 años.
Para salvar este inconveniente que no consideró Veytia, es necesario creer, que yá intercalasen el dia al fin del decimo-octavo mes ó ya despues de los cinco dias complementarios; no solo debian marcarlo con el número y geroglifico del dia anterior, sino con otra señal que lo distinguiese del mismo para no confundirlos en su cita ó data.
Esta refleccion tan óbvia á qualquiera que medite en dicho órden la halle confirmada por el Caballero Boturini en el § 20 de su obra «Idea de una nueva historia general de la America septentrional» que dice hablando de los tultecos... «Viendo que el año civil no se ajustaba con el astronómico y que iban alterados les equinoccios, determinaron cada cuatro años añadir un dia mas que recogiese las horas que se desperdiciaban, lo que supongo ejecutaron contados dos veces uno de los symbolos del último mes del año (á la manera de los romanos que uno y otro dia de 24 y 25 de febrero llamaban bis sexto kalendas martias, de cuyo uso se denominó el año bisexto) sin turbar el orden de dichos symbolos, pues cualquiera que se les añadiese ó quitase, destruiria su perpetuo sistema y de esta suerte combinaron el principio del año civil con el equinoccio verno que era la parte mas principal.»
Tratando el segundo modo de intercalar el dia bisestil dice en el parrafo 27: «Tambien apunté en el § 20, numero 2, que los sabios tultecos, desde la segunda edad, ordenaron el bisiesto apuntando el año civil con el equinoccio verno, y que en la tercera edad hubo otro modo de intercalar en cuanto al kalendario ritual. Y es asi que para no turbar el órden perpetuo de las fiestas fixas y de tabla y de las 16 movibles que circulaban en los symbolos de los dias del año, en ocasion de numerarse dos veces el symbolo del ultimo mes del año bisextil..., tuvieron por mejor evitar todas estas dificultades y confusiones reservando los trece dias bisextiles para el fin del cyclo de 52 años, los que destinguian en las ruedas ó tablas con 13 ceros ceruleos ó de otro color y no pertenecian ni a mes ni á año alguno, ni tenian symbolos propios como los demas dias. Se pasaba por ellos como si no hubiese tales dias, ni se aplicaban à Dios alguno de los suyos, por que los reputaban por aciagos. Toda esta triadecatérida era de penitencia y ayuno, por el miedo de que se acabase el mundo: no se comia cosa caliente, por que estaba apagado el fuego en toda la tierra hasta que empezase el otro cyclo, el que traia consigo la referida ceremonia del fuego nuevo. Y siendo asi que todo lo dicho pertenecia tan solamente á los ritos y sacrificios, luego este modo de intercalar no podia estenderse al año trópico, por que hubiera alterado notablemente los solsticios y equinoccios y los principios de los años y se prueba evidentemente por que tales trece dias no tenian symbolos algunos de los que pertenecian á los dias del año, y el kalendario ritual los reputaba por bisextiles á la decadencia de cada cyclo, imitando con diferente órden á el bisiesto del año civil mas proprio al gobierno de las cosas publicas.»
Como el Caballero Boturini tenia conocimientos superiores á cualquiera otro de las historias y pinturas de los indios, es evidente que nada puede contrabalancear su autoridad sobre esta materia, y que su pluma ha puesto la cuestion bajo su verdadero punto de vista.
§ VI.—De l’année bissextile.
Tel était l’accord existant entre les jours ou chiffres de la semaine, qui signalaient le commencement de l’année, et les quatre jours initiaux de chaque série de cinq, qu’il était fort difficile d’intercaler un jour additionnel aux années bissextiles, sans troubler l’ordre corrélatif des jours initiaux, qui se suit constamment dans la dénomination des années et forme leurs indictions ou semaines. Mais le bissextile étant de toute nécessité pour le complément du cours solaire, que les Indiens connaissaient parfaitement, il est hors de doute qu’ils avaient une manière particulière de faire cette intercalation, quoiqu’ils n’aient pas laissé les moyens de la vérifier[25]. C’est pourquoi nous parlerons ici de la méthode employée par les Mexicains, leur chronologie ayant une grande analogie avec celle de nos Indiens, qui avait avec la leur une origine commune. Veytia, dans le chapitre premier de son Histoire ancienne du Mexique, tirée, dit-il, des hiéroglyphes et peintures qui se conservaient de son temps, comme des annales nationales, assure, conformément au sentiment des écrivains mexicains, que l’année bissextile se réglait de deux manières différentes: la première, en ajoutant à la fin du dix-huitième mois ou des cinq jours supplémentaires, un jour de plus, signalé par le même hiéroglyphe que le précédent, mais avec un chiffre différent, quant à la semaine, c’est-à-dire avec le suivant. Mais, dans l’un et l’autre cas, il y a perturbation dans l’ordre numérique, par lequel les années se suivent l’une l’autre; car la cinquième année se trouverait ainsi signalée par le numéro 6 au lieu du numéro 5 de la semaine qui y correspond régulièrement, en passant de 4 à 6: ces interruptions arrivant tous les quatre ans, rendraient impossible la conservation de cette coordination numérale des treize ans qu’on retrouve constamment, et qui est la base du système ingénieux des roues, inventées pour former les indictions ou semaines d’années, dont se compose le cycle de 52 ans.
Pour obvier à cet inconvénient, auquel Veytia ne fit pas assez attention, il faut croire qu’ils intercalaient ce jour soit à la fin du dix-huitième mois, soit à la suite des cinq complémentaires; ils devaient non-seulement le marquer avec le chiffre et hiéroglyphe du jour précédent, mais aussi avec un autre signe qui le distinguât de celui-ci, afin qu’on ne les confondît pas dans les dates[26].
Cette réflexion, qui vient d’elle-même à quiconque veut se rendre compte de cet ordre de choses, se trouve confirmée par le chevalier Boturini, dans le § 20 de son ouvrage Idée d’une nouvelle histoire générale de l’Amérique septentrionale, lequel dit en parlant des Toltèques: «Voyant que l’année civile ne concordait pas avec l’année astronomique, et que les jours équinoxiaux commençaient à changer, ils conclurent d’ajouter tous les quatre ans un jour de plus, pour remplacer les heures qu’on perdait annuellement: ce qu’ils faisaient, je suppose, en comptant deux fois l’un des signes du dernier mois, de la même manière que les Romains qui donnaient au 24 et au 25 février le nom de bis sexto kalendas Martias, d’où vint à l’année celui de bissextile, sans pour cela troubler l’ordre desdits signes; car, qu’on en ajoutât ou qu’on en ôtât un, on troublait aussitôt tout l’ensemble du système. C’est ainsi qu’ils trouvèrent le moyen de faire accorder le commencement de l’année civile avec l’équinoxe du printemps, ce qui était la chose principale.»
Parlant de la seconde manière d’intercaler le jour bissextile, il ajoute, au § 27: «J’ai observé au § 20 que les sages Toltèques avaient, dès le second âge, réglé le jour bissextile, en faisant accorder l’année civile avec l’équinoxe du printemps, et que dans le troisième âge, il y eut une autre manière d’intercalation, quant au calendrier rituel. C’est ainsi que pour ne pas troubler l’ordre perpétuel des fêtes fixes, ajustées au tableau, non plus que des seize fêtes mobiles, qui circulaient avec les signes des jours de l’année, en comptant deux fois le signe du dernier mois de l’année bissextile... ils trouvèrent qu’il valait mieux éviter toutes ces difficultés et cette confusion en réservant les 13 jours bissextiles pour la fin du cycle de 52 ans, et ils les distinguaient dans les roues ou tableaux par 13 zéros bleus ou d’une autre couleur, lesquels n’appartenaient à aucun mois, ni année, et n’avaient aucun signe en propre comme les autres jours. On passait par ces jours comme s’ils n’eussent pas existé, et ils ne les dédiaient à aucune de leurs divinités, parce qu’ils les considéraient comme néfastes. Cette treizaine entière de jours était de pénitence et de jeûnes, dans la crainte que le monde ne vînt à s’achever: on ne mangeait rien de chaud; car le feu était éteint par tout le pays, jusqu’au commencement du nouveau cycle qui amenait à sa suite la cérémonie du feu nouveau. Mais comme toutes ces choses ne référaient qu’à des rites et à des sacrifices (et non à la véritable computation du temps), ce mode d’intercalation ne pouvait s’étendre à l’année tropique; car il aurait changé notablement les solstices et les équinoxes, ainsi que le commencement de chaque année, ce qui se prouve suffisamment en ce que ces treize jours n’avaient aucun des signes qui appartiennent aux jours ordinaires de l’année, et le calendrier rituel les réputait pour bissextiles, à la décadence de chaque cycle, imitant dans un ordre différent le bissextile de l’année civile qui était plus approprié au gouvernement des choses publiques.»
Le chevalier Boturini ayant possédé des connaissances supérieures à celles d’aucun autre, relativement aux histoires et aux peintures des Indiens, rien ne peut évidemment contrebalancer son autorité dans cette matière, et l’on peut croire qu’il a placé cette question sous son véritable point de vue.
§ VII.—Del Katun ó siglo yucateco.
Estos indios pintavan una rueda pequeña, en la cual ponian los cuatro geroglificos de los dias con que principiava el año, Kan al oriente, Muluc al norte, Hix al poniente y Cauac al sur, para que se contasen en el mismo orden. Algunos suponen que cuando terminaba el cuarto año, habiendo vuelto otra vez el caracter Kan, se completaba un Katun ó lustro de cuatro años; otros que tres revoluciones de las de la rueda, con sus cuatro señales se contaban con una mas, haziendo asi 13 años para completar el Katun; otros, que cuatro semanas de años completas ó indicciones enteraban el Katun; y esto es lo mas probable. Ademas de la rueda pequeña ya dicha, hazian otra rueda grande que llamaban tambien buk-xoc, en que ponian tres revoluciones de los cuatro geroglificos de la pequeña, haziendo un total de 12 signos, principiando la cuenta con el primero Kan y siguiendo á contarlos hasta nombrar cuatro vezes el mismo Kan inclusivamente, haziendo asi trece años y formando una indiccion ó semana (de años); la segunda cuenta comenzaba con Muluc, acabando en el mismo, y esto hazia el otro trece, y siguiendo de la misma manera llegavan a Cauac, y esto era un Katun.
§ VII.—Du Katun ou Cycle yucatèque.
Les Indiens faisaient une petite roue dans laquelle ils plaçaient les signes des jours initiaux de l’année, Kan à l’orient, Muluc au nord, Gix ou Hix au couchant et Cauac au midi, pour être comptés dans le même ordre. Plusieurs écrivains supposent qu’au terme de la quatrième année, au retour du signe Kan, il se complétait un Katun ou lustre de quatre ans; d’autres qu’il fallait compter trois révolutions de la roue avec ses quatre signes, et un en plus, faisant ainsi treize ans, pour compléter le Katun; d’autres enfin, qu’il fallait quatre indictions ou semaines entières d’années pour constituer un Katun, et c’est là ce qu’il y a de plus probable. Outre la petite roue susdite, ils formaient une autre grande roue qu’ils appelaient aussi buk-xoc; ils y mettaient trois révolutions des quatre signes de la petite roue, formant un total de 12 signes, commençant à compter avec Kan et continuant la numération jusqu’au quatrième retour du même signe Kan inclusivement, faisant ainsi treize ans et formant une indiction ou semaine d’années. La seconde numération commençait avec Muluc et terminait avec le même, faisant une nouvelle treizaine, et ainsi de suite jusqu’à venir à Cauac, les quatre treizaines réunies faisant ce qu’on appelait un Katun.
§ VIII.—De la Indiccion ó siglo de 52 años, llamado Katun.
Se dá el nombre de indiccion á cada una de las cuatro semanas de años que componen un siglo de 52, que los indios llamaban Katun. Como por las esplicaciones anteriores se ha dado una idea de ella, se recopilarán aqui los datos espuestos, para no entrar en nuevas esplicaciones.
Se ha dicho que la semana yucateca se componia del curso de trece números aplicados indistintamente á los dias del mes que eran veinte. Tambien se ha espuesto que como el año constaba de 28 semanas y un dia, por este sobrante se verificaba que los años se sucedian siguiendo el orden correlativo de los números de la semana hasta el 13; de modo que el primer año de la indiccion comenzaba por el numero 1º de la semana y terminaba en el mismo; el segundo año por el 2; y asi de los demas hasta concluir los 13 numeros de ella: y si el año se hubiese compuesto de 28 semanas solamente, el primer año de la indiccion hubiera principiado por el número 1º de ella y terminado en el 13, y del mismo modo lo demas.
Igualmente se dijo que los indios viendo que los 18 meses de á veinte dias solo daban la suma de 360, para completarlo le añadieron cinco mas: de lo que resultó que los 20 dias del mes se dividieron en cuatro secciones, cuyo primer dia, á saber Kan, Muluc, Hix y Cauac, se volvieron iniciales de años, por que á su vez les daban principio; y llevados por un curso sucesivo terminaban á los cuatro años, volviendo á principiar por el primer inicial. Mas como la semana se componia de 13 numeros, solo entraban en ella tres revoluciones de dichos cuatro dias iniciales y uno mas, siendo este el motivo por que la semana ó indiccion que comenzaba por el primer Kan, habia de terminar en el 13, principiando la 2ª en el 1º Muluc, formandose de cada uno de ellos una indiccion que les era peculiar, por que le daban nombre en su primero y ultimo número como se ve en la tabla siguiente.
Tabla de las indicciones.
| Primera indiccion. |
Secunda indiccion. |
Tercera indiccion. |
Quarta indiccion. |
||||||||
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| 1841 | 1 | Kan. | 1854 | 1 | Muluc. | 1867 | 1 | Hix. | 1880 | 1 | Cauac. |
| 1842 | 2 | Muluc. | 1855 | 2 | Hix. | 1868 | 2 | Cauac. | 1881 | 2 | Kan. |
| 3 | Hix. | 3 | Cauac. | 3 | Kan. | 3 | Muluc. | ||||
| 4 | Cauac. | 4 | Kan. | 4 | Muluc. | 4 | Hix. | ||||
| 5 | Kan. | 5 | Muluc. | 5 | Hix. | 5 | Cauac. | ||||
| 6 | Muluc. | 6 | Hix. | 6 | Cauac. | 6 | Kan. | ||||
| 7 | Hix. | 7 | Cauac. | 7 | Kan. | 7 | Muluc. | ||||
| 8 | Cauac. | 8 | Kan. | 8 | Muluc. | 8 | Hix. | ||||
| 9 | Kan. | 9 | Muluc. | 9 | Hix. | 9 | Cauac. | ||||
| 10 | Muluc. | 10 | Hix. | 10 | Cauac. | 10 | Kan. | ||||
| 11 | Hix. | 11 | Cauac. | 11 | Kan. | 11 | Muluc. | ||||
| 12 | Cauac. | 12 | Kan. | 12 | Muluc. | 12 | Hix. | ||||
| 13 | Kan. | 13 | Muluc. | 13 | Hix. | 13 | Cauac. | ||||
Las cuatro indicciones ó semanas de años que resultan de la revolucion particular de los dias iniciales desde el numero 1, hasta el 13 cuyo conjunto da la suma de cincuenta y dos años, era lo que llamaban los indios un Katun; por que al fin de este periodo celebraban grandes fiestas, y levantaban un monumento en él que colocaban una piedra atravesada, como lo indica la palabra Kat-tun, para memoria y cuenta de los siglos ó katunes que pasaban. Debiendo notarse que hasta no completarse este periodo no volvian á caer los dias iniciales en los mismos numeros, por lo cual con solo citarlos sabian á que tantos del siglo estaban, ayudando á esto la rueda ó cuadro en que los grababan por medio de geroglificos; y les servia para señalar sus dias fastos y nefastos, las fiestas de sus templos, sus asuntos sacerdotales, y predicciones sobre las temperaturas y fenomenos estacionales.
§ VIII.—De l’Indiction du Cycle de 52 ans, appelé Katun.
Ces explications étant suffisantes pour donner une idée de l’indiction ou cycle de 52 ans, appelé Katun par les Indiens, nous récapitulerons ici brièvement les faits, afin de ne pas renouveler ensuite les mêmes explications.
On a dit que la semaine yucatèque se composait du cours de treize chiffres, appliqués indistinctement aux vingt jours du mois. On a observé également que l’année se composant de vingt-huit semaines et d’un jour, il arrivait, à cause de ce surcroît, que les années se succédaient, en suivant l’ordre corrélatif des chiffres de la semaine jusqu’à 13; en sorte que la première année de l’indiction commençait par le numéro 1 de la semaine et terminait avec le même; la seconde année par le numéro 2, et ainsi des autres jusqu’à finir avec ses treize chiffres: au lieu que si l’année se fût composée de 28 semaines seulement, la première année aurait commencé avec le numéro 1 et fini avec le numéro 13, et ainsi en eût-il été du reste.
On a expliqué aussi comment les Indiens en voyant que les dix-huit mois de vingt jours ne donnaient qu’une somme de 360, en ajoutèrent, pour les compléter, cinq en sus, d’où il résulta que les 20 jours du mois se partagèrent en quatre sections: les premiers de chacune d’elles, Kan, Muluc, Hix et Cauac, devinrent les jours initiaux des années, parce qu’à leur tour ils en devenaient le commencement, et, après une course successive de quatre ans, retournaient à recommencer par le premier. Mais comme les semaines étaient composées de treize chiffres, il y avait dans chaque semaine trois révolutions des quatre initiaux et d’un initial en plus; ainsi l’indiction ou semaine d’année, commençant avec Kan, terminait aussi avec le même Kan; en sorte que l’indiction suivante pût commencer avec Muluc, second jour initial, et à son tour finir avec le même Muluc, et ainsi consécutivement, jusqu’à ce que chacun des signes initiaux eût formé son indiction ou semaine, en lui donnant son nom, l’ensemble faisant un cycle de 52 ans, ce qui est la somme des quatre semaines de treize ans chaque, ainsi qu’on le voit dans le tableau suivant:
Table des indictions.
| Première indiction. |
Deuxième. | Troisième. | Quatrième. | ||||||||
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| 1841 | 1 | Kan. | 1854 | 1 | Muluc. | 1867 | 1 | Hix. | 1880 | 1 | Cauac. |
| 1842 | 2 | Muluc. | 1855 | 2 | Hix. | 1868 | 2 | Cauac. | 1881 | 2 | Kan. |
| 3 | Hix. | 3 | Cauac. | 3 | Kan. | 3 | Muluc. | ||||
| 4 | Cauac. | 4 | Kan. | 4 | Muluc. | 4 | Hix. | ||||
| 5 | Kan. | 5 | Muluc. | 5 | Hix. | 5 | Cauac. | ||||
| 6 | Muluc. | 6 | Hix. | 6 | Cauac. | 6 | Kan. | ||||
| 7 | Hix. | 7 | Cauac. | 7 | Kan. | 7 | Muluc. | ||||
| 8 | Cauac. | 8 | Kan. | 8 | Muluc. | 8 | Hix. | ||||
| 9 | Kan. | 9 | Muluc. | 9 | Hix. | 9 | Cauac. | ||||
| 10 | Muluc. | 10 | Hix. | 10 | Cauac. | 10 | Kan. | ||||
| 11 | Hix. | 11 | Cauac. | 11 | Kan. | 11 | Muluc. | ||||
| 12 | Cauac. | 12 | Kan. | 12 | Muluc. | 12 | Hix. | ||||
| 13 | Kan. | 13 | Muluc. | 13 | Hix. | 13 | Cauac. | ||||
Les quatre indictions ou semaines d’années qui résultent de la révolution particulière des jours initiaux, depuis le numéro 1 jusqu’à 13, et dont l’ensemble donne la somme de cinquante-deux ans, étaient ce à quoi les Indiens donnaient le nom de Katun; car à la fin de cette période ils célébraient de grandes fêtes et érigeaient un monument, dans lequel ils plaçaient une pierre en travers, ainsi que l’indique le mot Kat-tun, en commémoration des cycles ou katun écoulés. Il est bon toutefois de remarquer que jusqu’à parfait complément de cette période, les jours initiaux ne retombaient point dans les mêmes chiffres; en sorte qu’il suffisait de les mentionner pour savoir en quelle année du cycle on se trouvait, ce à quoi les aidait la roue ou le tableau où ils étaient inscrits au moyen de leurs hiéroglyphes. Cela leur servait en même temps à signaler leurs jours fastes et néfastes, les fêtes qui se célébraient dans les temples, les affaires qui intéressaient le sacerdoce, ainsi que les prédictions du temps et des phénomènes de la saison.
§ IX.—De los Ahau-Katunes ó grande siglo de 312 años.
Ademas del Katun ó siglo de 52 años, habia otro grande siglo peculiar de estos indios de Yucatan, en cuyas epocas señalaban los acontecimientos de su historia. Este siglo se componia de trece periodos ó epocas de á 24 años, llamadas Ahau-Katun, cuyo conjunto daba la suma de 312.
Cada periodo ó Ahau-Katun se dividia en dos partes; una de 20 años que era incluida en la rueda ó cuadro, por lo que los llamaban amaytun, lamaitun ó lamaité, y la otra de 4 años y la significaban como pedestal de la anterior, y la titulaban chek-oc-katun ó lath-oc-katun, que todo quiere decir pedestal. A estos cuatro años los consideraban como intercalares y como no existentes creyendolos aciagos por esto, y al modo de los cinco dias complementarios del año los llamaban tambien u yail haab, ó años trabajosos.
De la costumbre de considerarlos como no existentes separándolos de la cuenta de los años, nació la opinion de creer que los Ahau-Katunes eran solamente de 20 años, yerro en que cayeron casi todos los que trataron de paso el asunto; y si hubieran contado los años que intermediaban de una á otra época, jamas hubieran dudado de esta verdad, que confirman los manuscritos diciendo terminantemente que eran de 24 años en la forma dicha.
Nadie duda que estos periodos, epocas, ó edades, como las llamaron los escritores españoles, tomaron su nombre de Ahau-Katun, por que comenzaban á contarse desde el dia Ahau, segundo de los años que principiaban en Cauac, señalandolos con el respectivo numero de la semana en que caían; mas como terminaban de 24 en 24, dichos periodos, jamas podian tener numeros correlativos y segun su orden aritmético, sino con el siguiente: 13, 11, 9, 7, 5, 3, 1, 12, 10, 8, 6, 4, 2. Es probable que principió en el numero 13 por haber acontecido en él algun suceso notable pues despues se contaban por el 8; y acabada la conquista de esta peninsula propúso un escritor indio comenzasen á contar en lo sucesivo estas épocas por el 11 Ahau, por que en el se verificó aquella. Habiendose dicho que el 13 Ahau Katun debia comenzar par un dia segundo del año, precisamente fué este el de 12 Cauac duodécimo de la primera indiccion, cuyo segundo dia fué 13. El 11 Ahau Katun debia comenzar en el 10 Cauac sucediendo despues de un periodo de 24 anos; y asi sucesivamente en los demas periodos, siendo de notar que la secuela de los números de ellos solo se encuentran de 24 en 24 anos, lo que acaba de confirmar que este era su periodo y no el de 20, como algunos creyeron.
Série de los años corridos en dos Ahau Katun, tomando su principio en 1392 en que pasó segun los manuscritos el 8 Ahau en el año 7 cauac.
8ᵉ Ahau Katun.
6ᵉ Ahau Katun.
| 1416 | 5 | Cauac. | 1428 | 4 | Cauac. |
| 1417 | 6 | Kan. | 1429 | 5 | Kan. |
| 1418 | 7 | Muluc. | 1430 | 6 | Muluc. |
| 1419 | 8 | Hix. | 1431 | 7 | Hix. |
| 1420 | 9 | Cauac. | 1432 | 8 | Cauac. |
| 1421 | 10 | Kan. | 1433 | 9 | Kan. |
| 1422 | 11 | Muluc. | 1434 | 10 | Muluc. |
| 1423 | 12 | Hix. | 1435 | 11 | Hix. |
| 1424 | 13 | Cauac. | 1436 | 12 | Cauac. |
| 1425 | 1 | Kan. | 1437 | 13 | Kan. |
| 1426 | 2 | Muluc. | 1438 | 1 | Muluc. |
| 1427 | 3 | Hix. | 1439 | 2 | Hix. |
El punto de apoyo de que se valen para acomodar los Ahau katunes á los años de la era cristiana y contar los periodos y siglos que en ella han pasado, y entender y saber concordar los años que citan los indios en sus historias con los que corresponden á los de dicha era, es el año de 1392, el cual segun todos los manuscritos, y algunos de ellos apoyándose en el testimonio de D. Cosme de Burgos escritor y conquistador de esta peninsula cuyos escritos se han perdido, fué el referido año, en el cual cayó 7 Cauac y dió principio en su segundo dia el 8 Ahau; y de este como de un trunco se ordenan todos los que antecedieron y sucedieron segun el orden numérico que guardan y va espuesto: y como con este concuerdan todas las séries que se hallan en los manuscritos, es necesario creerlo como incontrovertible.
«Al fin de cada Ahau Katun ó periodo de 24 años, dice un manuscrito, se celebraban grandes fiestas en honor del dios de la tal edad, y levantaban y ponian una estátua del dios con letras y rótulos.»
Sumamente importante y ventajoso era el uso de este siglo; pues cuando en las historias se citaba el 8 Ahau, por exemplo y despues de transcurridas otras épocas con diferentes acontecimientos, se volvia á citar como presente el referido Ahau, se suponian pasados los 312 años que componian el siglo, ó Ahau Katun como decian. Las citas se hacian de varios modos, yá refiriendose al medio, ó fin de la época, ó citando ó señalando les años que de allá habian pasado cuando el hecho aconteció. Pero la cita mas exacta que podian hacer, era designando el Ahau Katun, los años que habian pasado, el numero y nombre del que se contaba, el mes, dia, semana en que se verificó el suceso. De este modo se refiere la muerte de peste de un tal Ahpulá, pues dicen que sucedió el 6º año de 13 Ahau, cuando el año de 4 Kan se contaba al oriente de la rueda, á 18 del mes Zip en 9 Ymix. Para sacar esta data es necesario señalar el año de la era vulgar en que pasó el 13 Ahau mas proximo á la conquista, y segun lo que se dice al fin de este opúsculo, fue en él de 1488: ahora los seis años que habian corrido de él se contaron por su secuela y son 12 Cauac en que principió el 13 Ahau en su segundo dia en 1488.—13 Kan en 1489.—1 Muluc en 1490.—2 Hix en 1491.—3 Cauac en 1492;—y 4 Kan que es el citado en 1493. El dia 18 del mes Zip se hallará del mismo modo: el mes Zip es el tercero del año, y segun la regla que se puso cuando se trató del mes, se buscará su principio: habiendo el año empezado en 4 Kan, su segundo mes, comenzó en 11 Kan, el tercero por 5 Kan que es el que se busca: los dias corridos del 1º del mes al 18 son los siguientes.
MES ZIP.
| 1. | 5 | Kan. |
| 2. | 6 | Chicchan. |
| 3. | 7 | Quimi. |
| 4. | 8 | Manik. |
| 5. | 9 | Lamat. |
| 6. | 10 | Muluc. |
| 7. | 11 | Oc. |
| 8. | 12 | Chuen. |
| 9. | 13 | Eb. |
| 10. | 1 | Been. |
| 11. | 2 | Hix. |
| 12. | 3 | Men. |
| 13. | 4 | Quib. |
| 14. | 5 | Caban. |
| 15. | 6 | Edznab. |
| 16. | 7 | Cauac. |
| 17. | 8 | Ahau. |
| 18. | 9 | Ymix. |
| Que está señalado en la cita. | ||
Ahora el mes Zip, comienza el 25 de agosto: su decimo octavo dia debe ser el once de setiembre, por que 7 dias que hay desde el 25 al 31 de agosto que se toman de setiembre son los 18 echados del mes Zip. Con esto queda demostrado que la fecha indiana fué el año de 1493 á 11 de setiembre, tan exacta como si se hubiera usado segun nuestro actual estilo, pudiendo servir esta de medio para computar otras que se encuentren.
§ IX.—Des Ahau-Katun ou grands Cycles de 312 ans.
Outre le Katun ou cycle de 52 ans, les Indiens du Yucatan avaient un autre cycle qui leur était particulier, et dans les époques duquel ils signalaient les événements de leur histoire. Ce cycle se composait de treize périodes ou époques de vingt-quatre ans appelées Ahau-Katun, dont l’ensemble donnait la somme de 312.
Chaque période ou Ahau-Katun se divisait en deux parties, l’une de 20 ans, qui était renfermée dans la roue ou tableau, d’où on l’appelait amayun, lamaitun ou lamaité; et l’autre de 4 ans: celle-ci était, dans leur idée, comme le piédestal de la précédente, et ils l’appelaient chek-oc-Katun ou lath-oc-Katun, ce qui dans l’un et l’autre cas signifie piédestal. Ces derniers quatre ans étaient considérés comme intercalaires et sans existence, les croyant à cause de cela funestes, et, de même que les cinq jours complémentaires de l’année, ils les appelaient aussi u yail haab, c’est-à-dire années de peine ou de travail.
De l’usage de les considérer comme sans existence, en les séparant de la computation des années, naquit l’erreur de croire que les Ahau-Katun n’étaient que de 20 ans, erreur dans laquelle tombèrent presque tous ceux qui ont traité, en passant, cette matière; mais s’ils avaient compté les années qu’il y avait d’une époque à une autre, ils n’auraient jamais douté de cette vérité, confirmée, d’ailleurs, par les manuscrits anciens, qui tous déclarent d’une manière absolue qu’elles étaient de 24 ans, et de la manière énoncée plus haut[27].
Il est hors de doute que ces périodes, époques ou âges, ainsi que les appelèrent les écrivains espagnols, ont pris le nom d’Ahau-Katun, parce qu’ils commencèrent à se compter du jour Ahau, le second des années commençant en Cauac, en les signalant avec le nombre respectif de la semaine où ils tombaient; mais ces périodes, se terminant de 24 en 24 ans, ne pouvaient jamais avoir de chiffres corrélatifs et selon l’ordre arithmétique, mais seulement comme ci-après: 13, 11, 9, 7, 5, 3, 1, 12, 10, 8, 6, 4, 2. Le chiffre 13, qui paraît avoir été le premier, l’aurait été probablement, à cause de quelque événement notable qui se serait passé dans sa durée: ensuite ils comptèrent à commencer par le chiffre 8; puis à l’achèvement de la conquête de la péninsule, un écrivain indigène proposa de commencer désormais la computation avec le 11 Ahau, comme étant la période durant laquelle cette conquête avait eu lieu. Maintenant, s’il est vrai que le 13 Ahau-Katun dut commencer avec un deuxième jour de l’année, ce dut être précisément l’année commençant au 12 Cauac, la 12ᵉ de l’indiction, et dont le second jour fut signalé au chiffre 13. Le 11 Ahau-Katun aurait commencé dans l’année 10 Cauac; ce qui aurait eu lieu après une période de 24 ans; et ainsi du reste, sans oublier de remarquer que la suite de ces chiffres ne se retrouve que de 24 en 24 ans, autre preuve que l’Ahau-Katun se composait de ce nombre d’années et non de vingt seulement[28].
Série des années de deux Ahau-Katun, commençant en 1392, année en laquelle, suivant certains manuscrits, le 8 Ahau serait passé à l’an 7 Cauac.
8ᵉ Ahau Katun.
6ᵉ Ahau Katun.
| 1416 | 5 | Cauac. | 1428 | 4 | Cauac. |
| 1417 | 6 | Kan. | 1429 | 5 | Kan. |
| 1418 | 7 | Muluc. | 1430 | 6 | Muluc. |
| 1419 | 8 | Hix. | 1431 | 7 | Hix. |
| 1420 | 9 | Cauac. | 1432 | 8 | Cauac. |
| 1421 | 10 | Kan. | 1433 | 9 | Kan. |
| 1422 | 11 | Muluc. | 1434 | 10 | Muluc. |
| 1423 | 12 | Hix. | 1435 | 11 | Hix. |
| 1424 | 13 | Cauac. | 1436 | 12 | Cauac. |
| 1425 | 1 | Kan. | 1437 | 13 | Kan. |
| 1426 | 2 | Muluc. | 1438 | 1 | Muluc. |
| 1427 | 3 | Hix. | 1439 | 2 | Hix. |
Le point de départ fondamental sur lequel ils s’appuient pour faire accorder les Ahau-Katun avec les années de l’ère chrétienne et compter les périodes et les cycles qui se sont écoulés, afin d’ajuster les années, citées par les Indiens dans leurs histoires, à celles de la même ère, est l’année 1392. Cette année serait, au témoignage des manuscrits cités plus haut, confirmée par celui de don Cosme de Burgos, l’un des écrivains et des conquérants de cette péninsule, dont les mémoires sont aujourd’hui perdus[29], celle précisément en laquelle tombait le 7 Cauac et qui, en son second jour, donnait le 8 Ahau; de celle-ci, comme de source, découlent celles qui précèdent et celles qui ont suivi dans l’ordre numérique qu’elles gardent dans le tableau; comme avec ce tableau concordent toutes les séries qui se trouvent dans les monuments en question, il faudrait croire qu’elles sont incontestables[30].
«A la fin de chaque Ahau-Katun ou période de 24 ans, dit un manuscrit, on célébrait de grandes fêtes en l’honneur du dieu qui en était le protecteur, et on lui érigeait une statue avec des lettres et un cartouche[31].»
L’usage de ce cycle était aussi important qu’avantageux: en effet, lorsqu’ils référaient, dans leurs histoires, le 8 Ahau, à propos de quelque événement qu’il fallait distinguer des autres, ils l’établissaient comme une date distincte, dans l’intelligence qu’il s’était écoulé une période de 312 ans, ce qui comprenait tout l’ensemble du cycle. Il y avait différentes manières de citer le Katun, en signalant le milieu ou la fin de la période, ou bien encore le nombre des années écoulées, au moment de l’événement en question. La manière la plus exacte était de désigner l’Ahau-Katun, les années passées, le nombre et le nom de celui qu’on comptait, le mois, le jour et la semaine en laquelle s’était vérifié le fait. C’est ainsi qu’on rapporte la mort par la peste d’un certain Ahpula, qui arriva, à ce qu’ils disent, la 6ᵉ année du 13 Ahau, quand l’année du 4 Kan se comptait à l’orient de la roue, au 18 du mois Zip, 9ᵉ jour Ymix. Pour découvrir cette date, il faut signaler l’année de l’ère vulgaire qui se rattache au 13 Ahau, la plus rapprochée de la conquête, et, d’après ce qui se dit à la fin de cet opuscule, ce fut en l’année 1488[32]. En prenant maintenant les six ans qui doivent suivre, on trouve le 12 Cauac avec lequel commença le 13 Ahau, en son second jour, l’an 1488.—Le 13 Kan en 1489.—1 Muluc en 1490.—2 Hix en 1491.—3 Cauac en 1492;—et 4 Kan en 1493. Le 18ᵉ jour du mois Zip se trouvera de la même manière: le mois Zip est le troisième de l’année, et on en cherchera le commencement, suivant la règle adoptée ici à propos du mois; l’année ayant commencé avec le 4 Kan, son second mois a dû commencer avec le 11 Kan, et le troisième avec le 5 Kan qui est la date cherchée. Les jours écoulés du premier du mois au 18 sont les suivants:
MOIS ZIP.
| 1. | 5 | Kan. |
| 2. | 6 | Chicchan. |
| 3. | 7 | Quimi. |
| 4. | 8 | Manik. |
| 5. | 9 | Lamat. |
| 6. | 10 | Muluc. |
| 7. | 11 | Oc. |
| 8. | 12 | Chuen. |
| 9. | 13 | Eb. |
| 10. | 1 | Been. |
| 11. | 2 | Hix. |
| 12. | 3 | Men. |
| 13. | 4 | Quib. |
| 14. | 5 | Caban. |
| 15. | 6 | Edznab. |
| 16. | 7 | Cauac. |
| 17. | 8 | Ahau. |
| 18. | 9 | Ymix. |
| C’est le jour signalé dans la citation. | ||
Maintenant le mois Zip commence au 25 août; son dix-huitième jour doit donc tomber au 11 septembre en comptant sept jours, du 25 au 31 août, et onze qu’on prend à septembre. De cette manière, il reste démontré que la date indienne concordait avec le 11 septembre de l’année 1493, aussi exacte que si l’on avait fait usage de notre style moderne et pouvant servir de moyen pour computer les autres qu’on viendrait à trouver.
§ X.—Del origen de este Siglo.
Se ignora cual fué el origen y en que tiempo principió el uso de este siglo, pues ni los mexicanos, ni los tultecos autores y correctores en esta America del sistema cronologico para computar el tiempo, no se sirvieron jamas del presente metodo, ni sus escritores tuvieron noticia de su existencia: los pocos é incompletos manuscritos que existen en esta península, tampoco lo indican: asi es que nada se puede averiguar y decir ni aun por adivinanza: á no ser que en la obra que escribió D. Gaspar Antonio Xiu, nieto del rey de Maní, por orden del gobierno de entónces, y segun el padre Cogolludo existia en su tiempo y que aun existe, segun afirman algunos, se diga sobre esto alguna cosa.
Solo el caballero Boturini parece que tuvo alguna noticia aunque inexacta y desfigurada de este método de contar, por que en su obra ya citada á hojas 122 dice que «cuando los indios cuentan por este numero de ce uno; v. g. ce Tecpatl, un pedernal, se entiende una vez cada quatro cyclos, por que hablan entonces de los caracteres iniciales de cada cyclo; y asi segun el artificio de sus ruedas pintadas, entra ce Tecpatl, tan solamente una vez en los principios de los cuatro cyclos, por que empezando el primer cyclo por el caracter ce Tecpatl, el segundo cyclo empieza por ce Calli, el tercero por ce Tochtli, y el cuarto por ce Acatl; por cuyo motivo puesto en la historia algun carácter de estos iniciales, es fuerza que pasen cuatro cyclos indianos de á 52 años cada uno que hacen 208 años, antes de poderse hallar en adelante, por que de esta manera no se cuenta por los caracteres que estan en el cuerpo de los cuatro cyclos, y aunque se encuentran en ellos mismos caracteres ce Tecpatl, ce Calli, ce Tochtli, ce Acatl, no hacen al caso.....»
Ciertamente este metodo es muy raro y confuso, por que como el siglo lleva la misma denominacion que el año, no puede distinguirse cuando se debe entender este ó aquel, lo que no tiene el gran siglo yucateco, por que tiene la denominacion del 2º dia del año Cauac en que comenzaba el numéro de este dia y la añadidura de Katun que indicaba ser epoca ó periodo de años.
Veytia asegura que en ninguno de los monumentos antiguos que recogió, ha hallado una explicacion semejante, ni cosa que le haga perceptible el sistema que indica Boturini, y que ningun historiador indio lo usa ni aun para señalar sus épocas mas notables. Aunque creo se debe contestar á estas observaciones, visto el sistema que usaban los indios de esta peninsula, que el Caballero Boturini habia indagado, como el mismo asegura en otra parte, los calendarios que en la antiguedad usaron los de Oaxaca, Chiapas y Soconusco, que parciendose en mucho á los yucatecos, no es incongruente que tambien aquellos como estos contasen siglos mayores que los mexicanos, y tomasen la idea, aunque inexacta y confusa en la obra de Boturini, de los Ahaues ó grandes siglos.
Se ha dicho que los calendarios de Chiapas y Soconusco son muy semejantes ál yucateco; y esto se manifiesta comparando los dias del mes que segun Boturini tenian, y los de esta peninsula.
| DIAS DEL MES CHIAPANECO. |
DIAS DEL MES YUCATECO. |
||
|---|---|---|---|
| 1. | Votan. | 1. | Kan. |
| 2. | Ghanan. | 2. | Chicchan. |
| 3. | Abagh. | 3. | Cimi. |
| 4. | Tox. | 4. | Manik. |
| 5. | Moxic. | 5. | Lamat. |
| 6. | Lambat. | 6. | Muluc. |
| 7. | Muluc. | 7. | Oc. |
| 8. | Elab. | 8. | Chuen. |
| 9. | Batz. | 9. | Eb. |
| 10. | Euob. | 10. | Ben. |
| 11. | Ben. | 11. | Hix. |
| 12. | Hix. | 12. | Men. |
| 13. | Tziquin. | 13. | Cib. |
| 14. | Chabin. | 14. | Caban. |
| 15. | Chic. | 15. | Edznab. |
| 16. | Chinax. | 16. | Cauac. |
| 17. | Cahogh. | 17. | Ahau. |
| 18. | Aghual. | 18. | Ymix. |
| 19. | Mox. | 19. | Yk. |
| 20. | Ygh. | 20. | Akbal. |
No hay que ponderar sobre la semejanza de los dias del mes chiapaneco con él de Yucatan, con solo una ojeada se halla. Todo esto y el dato de que alguno, de los nombres de los dias yucatecos no tienen significacion conocida ni mas ni menos que el chiapaneco inducen a creer que ambos calendarios tuvieron un origen comun; solamente con la mutacion que los sacerdotes, por sucesos particulares ú opiniones propias hicieron en ellos, y el uso de nuestros peninsulares sancionó; dejando los otros por costumbre, ó por que los era conocida su significacion que al presente se ha olvidado.
Los indios de Yucatan tenian aun otra especie de siglo ó computo; pero como no se ha podido hallar el método que guardaban para servirse de él ni aun ejemplo alguno para suponerlo, se copiará unicamente lo que á la letra dice el manuscrito.
«Habia otro número que llamaban Ua Katun el que les servia como llave para acertar y hallar los katunes, y segun el orden de sus movimientos cae á los dos dias del Uayeb haab y dá su vuelta al cabo de algunos años: Katunes 13, 9, 5, 1, 10, 6, 2, 11, 7, 3, 12, 8, 4.»
Lo dicho solo indica que servia solo para hallar los Katunes ó indiciones, comenzandose á contar aquellos números en el segundo dia intercalar ó complementario. Ahora si solamente se busca el curso de estos dias por los números señalados pasarán respectivamente cada diez años, empezando por el 3º de la indiccion sumando todos juntos 130 años; mas esto es muy vago y conjetural.
Tal es la breve descripcion de la antigua cronologia yucateca, trabajo que emprendido hace algun tiempo, lo dediqué á mi amigo el señor Stephens, quien lo imprimió en su obra sobre las ruinas de Yucatan. Mis amigos los editores del Registro Yucateco verán que si no he tiempo para escribir algo nuevo, he sacudido el polvo de este cuaderno, por si lo juzgan digno de ocupar un lugar en las columnas de su acreditado periódico.
§ X.—De l’origine de ce Cycle.
On ignore quelle fut l’origine de ce cycle et en quel temps il commença; car ni les Mexicains, ni les Toltèques, auteurs et correcteurs du système chronologique dans cette partie de l’Amérique, n’usèrent jamais de la présente méthode et leurs écrivains n’en connurent pas l’existence. Les manuscrits, si incomplets et en si petit nombre, que l’on trouve dans cette péninsule, ne l’indiquent pas davantage[33]: on ne saurait en vérifier ni en dire rien par conjecture; à moins que l’ouvrage écrit par don Gaspar Xiu, petit-fils du roi de Mani, par ordre du gouvernement d’alors et qui, suivant le père Cogolludo, existait de son temps et qui existerait encore aujourd’hui, au dire de certaines personnes, ne relate quelque chose à ce sujet.
Le chevalier Boturini est le seul qui paraisse avoir eu quelque idée, bien qu’incomplète et défigurée, de ce système de computation; voir à la page 122 de son ouvrage, déjà cité, où il dit que: «Lorsque les Indiens comptent par ce nombre Ce, un; v. g.: ce Tecpatl, un silex, on entend une fois à chaque quatre cycles, parce qu’ils parlent alors des caractères initiaux de chaque cycle, et ainsi, suivant la façon ingénieuse de leurs roues peintes, le ce Tecpatl n’entre qu’une seule fois dans les commencements des quatre cycles, parce que le premier cycle, commençant par le caractère ce Tecpatl, le second cycle commence par ce Calli, le troisième par ce Tochtli et le quatrième ce Acatl, d’où il résulte que, ayant mis dans l’histoire quelqu’un de ces caractères initiaux, il est absolument nécessaire qu’il s’écoule quatre cycles indiens de 52 ans chacun, ce qui fait 208 ans, avant de pouvoir se trouver en avant, parce que de cette manière on ne compte pas par les caractères qui sont dans le corps des quatre cycles, et quoiqu’on y trouve les mêmes caractères ce Tecpatl, ce Calli, ce Tochtli, ce Acatl, ils n’y viennent pas d’office...»
Ce système est certainement bien extraordinaire et bien confus, car le cycle, portant la même dénomination que l’année, on ne saurait les distinguer, lorsqu’il faudrait entendre celui-ci ou celui-là; c’est ce qu’on ne voit pas dans le grand cycle yucatèque, ayant pour dénomination le 2ᵉ jour de l’année Cauac, avec lequel il commençait, le chiffre de ce jour et l’addition de Katun qui indiquait que c’était une époque ou période d’années.
Veytia assure qu’en aucun des monuments antiques qu’il avait réunis, il ne trouva d’explication semblable, ni rien qui lui rendît perceptible le système indiqué par Boturini; il ajoute qu’aucun historien indigène n’en fit usage, pas même pour signaler ses époques les plus notables. Bien qu’on puisse répondre à ces observations, vu le système usité par les Indiens de cette péninsule, que le chevalier Boturini avait, ainsi qu’il l’avance ailleurs, examiné les calendriers en usage anciennement chez ceux d’Oaxaca, de Chiapas et de Soconusco, et si analogues à celui des Yucatèques, il n’est pas impossible que ceux-là aient compté, comme ceux-ci, des cycles plus grands que ceux des Mexicains et pris ainsi l’idée des Ahau ou grands cycles, bien qu’aujourd’hui elle apparaisse confuse et incorrecte dans l’ouvrage de Boturini.
On vient de dire que les calendriers de Chiapas et de Soconusco étaient fort analogues à ceux des Yucatèques; ceci devient manifeste, si l’on met en comparaison les jours du mois, tels qu’ils sont donnés dans Boturini avec ceux de cette péninsule.
| JOURS DU MOIS CHIAPANÈQUE. |
JOURS DU MOIS YUCATÈQUE. |
||
|---|---|---|---|
| 1. | Votan. | 1. | Kan. |
| 2. | Ghanan. | 2. | Chicchan. |
| 3. | Abagh. | 3. | Quimi. |
| 4. | Toh. | 4. | Manik. |
| 5. | Moxic. | 5. | Lamat. |
| 6. | Lambat. | 6. | Muluc. |
| 7. | Muluc. | 7. | Oc. |
| 8. | Elab. | 8. | Chuen. |
| 9. | Batz. | 9. | Eb. |
| 10. | Euob. | 10. | Ben. |
| 11. | Ben. | 11. | Hix. |
| 12. | Hix. | 12. | Men. |
| 13. | Tziquin. | 13. | Quib. |
| 14. | Chabin. | 14. | Caban. |
| 15. | Chic. | 15. | Edznab. |
| 16. | Chinax. | 16. | Cauac. |
| 17. | Cahogh. | 17. | Ahau. |
| 18. | Aghual. | 18. | Ymix. |
| 19. | Mox. | 19. | Yk. |
| 20. | Ygh. | 20. | Akbal. |
Il est inutile de s’appesantir davantage sur la ressemblance des jours des deux calendriers, et un simple coup d’œil suffit pour la trouver. Tout cela joint à l’ignorance où l’on est sur la signification de quelques-uns des noms, dans l’un comme dans l’autre calendrier, donne bien à penser qu’ils eurent une origine commune, les différences qu’on y voit ayant dû être introduites par les prêtres, pour quelque raison particulière. Ces différences, nos péninsulaires les adoptèrent, sans rien changer aux autres choses, soit parce qu’ils y étaient déjà accoutumés, soit que leur signification, oubliée aujourd’hui, leur fût connue alors.
Les Indiens du Yucatan avaient encore une autre espèce de cycle, mais comme on n’a pas retrouvé la méthode usitée par eux, et qu’on ne peut imaginer rien qui en puisse donner une idée, je me contenterai de copier littéralement ce qui en est dit dans un manuscrit:
«Ils avaient un autre chiffre qu’ils appelaient Ua Katun, qui leur servait comme de clef, pour ajuster et trouver les katun et suivant l’ordre de ses mouvements, il tombe aux deux jours du Uayeb haab et retourne à la fin de quelques années: Katun 13, 9, 5, 1, 10, 6, 2, 11, 7, 3, 12, 8, 4.»
Ceci suffit pour indiquer que cette méthode ne servait qu’à trouver les katun ou indictions, ces chiffres commençant à se compter au second jour intercalaire. Si nous cherchons maintenant la course de ces jours par les chiffres signalés, ils se présenteront respectivement tous les dix ans, à commencer par le troisième de l’indiction et formant un ensemble de 130 ans; mais tout ceci est fort vague et n’a autre fondement que des conjectures.
Telle est la description abrégée de l’antique chronologie yucatèque, travail entrepris il y a quelques années, et que je dédiai à mon ami M. Stephens, qui l’imprima dans son ouvrage relatif aux ruines du Yucatan[34]. Mes amis, les éditeurs du Registro Yucateco, verront que si je n’ai pas eu le temps d’écrire quelque chose de neuf, j’ai secoué au moins la poussière de ce cahier, pour le cas où ils jugeraient opportun de lui donner place dans les colonnes de leur estimable revue[35].